Miércoles, 26 de junio, 2024
“Las autoridades pakistaníes deben poner fin de inmediato al hostigamiento, la intimidación y los ataques contra la comunidad ahmadí, y defender su derecho a la libertad de creencias y de religión antes, durante y después de las festividades religiosas musulmanas como el Eid al Adha”, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Entre el 10 y el 19 de junio, la organización de derechos humanos ha documentado 36 arrestos y detenciones arbitrarias, además de decenas de casos de hostigamiento policial de ahmadíes, así como órdenes de prohibición a los miembros de este grupo minoritario de celebrar ritos religiosos. También se produjeron varios ataques contra lugares de culto ahmadíes sin que las autoridades garantizaran la seguridad de los miembros de la comunidad.
Las autoridades deben acabar con los crecientes ataques contra la comunidad ahmadí y respetar, proteger, promover y hacer efectivos los derechos humanos de sus miembros.
Livia Saccardi, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Asia Meridional
“Estos incidentes de violaciones de derechos humanos por parte de las administraciones de distrito de todo Pakistán muestran que la comunidad ahmadí sigue siendo una de las más discriminadas sistemáticamente de Pakistán. Las autoridades deben acabar con los crecientes ataques contra la comunidad ahmadí y respetar, proteger, promover y hacer efectivos los derechos humanos de sus miembros”, declaró Livia Saccardi, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Asia Meridional.
Múltiples arrestos y detenciones arbitrarias
En la provincia de Punyab se denunciaron al menos 36 arrestos arbitrarios y detenciones de ahmadíes para impedir que celebrasen los ritos religiosos de sacrificio de animales.
En declaraciones a Amnistía Internacional, un hombre de 60 años de la comunidad ahmadí de la provincia de Punyab dijo que la policía había entrado en su casa sin autorización legal escalando los muros mientras su familia sacrificaba una cabra el primer día del Eid. “La comunidad ahmadí se enfrenta a amenazas cada año, pero lo de este año no tiene precedentes. Se llevaron a ocho miembros de mi familia bajo custodia, incluidos mis hijos, mis sobrinos y mi cuñado, simplemente porque estábamos practicando nuestra fe dentro de las cuatro paredes de nuestra casa. Todas las personas ahmadíes de mi localidad viven con miedo, muchas han sido arrestadas”, dijo.
Amnistía Internacional ha examinado 11 partes iniciales de denuncia presentados contra al menos 14 miembros de la comunidad ahmadí los días 17 y 18 de junio en las ciudades punyabíes de Toba Tek Singh, Gujranwala, Sheikhupura, Sargodha, Khushab y Gojra. Estos partes iniciales contienen cargos en virtud de las draconianas leyes contra la blasfemia del Código Penal de Pakistán cuya derogación viene propugnando Amnistía Internacional. Varios de estos partes se basan en denuncias presentadas por personas afiliadas al Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP), partido conocido por fomentar el discurso de odio y la violencia contra las minorías religiosas en Pakistán.
El 10 de junio, el comisionado adjunto de Chakwal emitió órdenes que permitían la detención preventiva de tres hombres ahmadíes durante 30 días sobre la base de que podrían celebrar el ritual de sacrificar un animal en el Eid. Los hombres fueron puestos en libertad dos días después tras aceptar firmar una declaración jurada, que sus abogados enviaron a Amnistía Internacional, de que se abstendrían de celebrar el ritual. La administración del distrito de Sialkot emitió órdenes similares para detener e impedir que 16 hombres ahmadíes observaran ritos religiosos durante el Eid so pretexto de mantener el orden público.
Ataques contra lugares religiosos ahmadíes
La madrugada del 17 de junio, día del Eid, una turba violenta de unas 150 personas atacó el lugar de culto de la comunidad ahmadí en Kotli, en la región de Jammu y Cachemira administrada por Pakistán. Los asaltantes abrieron fuego y posteriormente destruyeron los minaretes y el arco del edificio.
El 12 de junio, fueron profanadas 17 tumbas de la comunidad ahmadí en Basti Shukrani, distrito de Bahawalpur (Punyab). Miembros de la comunidad denunciaron que la responsable de la profanación había sido la sección local del TLP. Estos ataques violentos se cometieron tras el asesinato por motivos religiosos de dos hombres ahmadíes en Saad Ullah Pur (Mandi Bahauddin) el 8 de junio a manos de un adolescente, alumno de una madraza local.
“Los grupos religiosos llevan emitiendo amenazas abiertas desde semanas antes del Eid y, a pesar de una notificación del Ministerio del Interior a los inspectores generales y secretarios principales provinciales en la que se ordenaba un aumento de la seguridad en los lugares de culto ahmadíes, hemos visto que la policía y los gobiernos provinciales han actuado de manera extrajudicial en todo el país. Es evidente que a las personas ahmadíes no se las considera ciudadanas de Pakistán”, dijo Mahmood Iftikhar, abogado y activista de derechos humanos paquistaní.
El gobierno y las autoridades provinciales de Pakistán deben establecer salvaguardias para garantizar la seguridad de la comunidad ahmadí.
Livia Saccardi
En una carta abierta dirigida al primer ministro Shahbaz Sharif el 10 de junio, la Comisión Nacional de Derechos Humanos instó al gobierno a que garantizara la protección de las minorías “durante momentos vulnerables como las próximas fiestas religiosas”. A pesar de esta petición, las autoridades judiciales y de distrito de Quaidabad en Punyab (15 de junio), Mirpur (15 de junio) y Kotli (7 de junio), en la región de Jammu y Cachemira administrada por Pakistán, dictaron activamente órdenes —que ha visto Amnistía Internacional— para impedir el sacrificio de cualquier animal por parte de la comunidad ahmadí. En Kotli, se impusieron restricciones adicionales a la distribución de carne por los miembros de esta comunidad durante los días del Eid al Adha.
“El papel activo de los organismos estatales, como la policía y las autoridades de distrito, en la denegación del derecho de la comunidad a la libertad de creencias y religión es una violación grave de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos de Pakistán y del artículo 20 de la propia Constitución del país. El gobierno y las autoridades provinciales de Pakistán deben establecer salvaguardias para garantizar la seguridad de la comunidad ahmadí. Las autoridades deben poner en libertad de inmediato a todas las personas detenidas y encarceladas arbitrariamente. Amnistía Internacional insta a las autoridades a que deroguen con urgencia las perniciosas leyes contra la blasfemia que se utilizan habitualmente para atacar y discriminar a las minorías en Pakistán”, concluyó Livia Saccardi.
Información complementaria
La comunidad ahmadí de Pakistán, que cuenta con 500.000 miembros, es una minoría religiosa que se considera musulmana, pese a lo cual las estrictas leyes contra la blasfemia de Pakistán le prohíben referirse a sí misma como tal y practicar ciertos aspectos de su fe. En el Eid al Adha, que este año se celebró el 17 de junio, incluso se negó a sus miembros el derecho a participar en el sacrificio ritual de animales que llevan a cabo comunidades musulmanas de todo el mundo.