Miércoles, 31 de octubre, 2018

“Esta es una sentencia histórica y una victoria importante para la tolerancia religiosa en Pakistán. Durante casi ocho años, la vida de Aasia Bibi, jornalera cristiana pobre y madre de cinco hijos, ha pendido de un hilo. Basándose en pruebas no creíbles, fue condenada a muerte en 2010. Las personas que la defendieron recibieron amenazas e incluso fueron asesinadas", dijo Omar Waraich, director adjunto para Asia meridional de Amnistía Internacional


Ante la decisión del Tribunal Supremo de Pakistán de absolver de los cargos de blasfemia a Aasia Bibi, conocida también como Aasia Noreen, que había sido condenada a muerte por un juzgado de primera instancia en 2010, Omar Waraich, director adjunto para Asia meridional de Amnistía Internacional, ha declarado:

“Esta es una sentencia histórica y una victoria importante para la tolerancia religiosa en Pakistán. Durante casi ocho años, la vida de Aasia Bibi, jornalera cristiana pobre y madre de cinco hijos, ha pendido de un hilo. Basándose en pruebas no creíbles, fue condenada a muerte en 2010. Las personas que la defendieron recibieron amenazas e incluso fueron asesinadas.

“Este caso se utilizó para provocar la aparición de multitudes airadas y violentas a fin de justificar el asesinato de dos altos cargos en 2011 e intimidar y someter al Estado paquistaní. Afortunadamente, ha prevalecido la justicia. Ahora hay que dejar claro que no se volverán a utilizar las leyes sobre la blasfemia para perseguir a las sufridas minorías religiosas de Pakistán”.

Información complementaria

Aasia Bibi es una jornalera cristiana pobre, madre de cinco hijos, de un pueblo de Punyab, cerca de Nankana Sahib.

En noviembre de 2010, un juzgado de primera instancia la condenó a muerte por los cargos de blasfemia formulados contra ella el año anterior. Ese mismo mes, Salmaan Taseer, entonces gobernador de Punyab, la visitó en prisión y le pidió que cumplimentara una petición de indulto dirigida al presidente de Pakistán, e hizo campaña en favor de su libertad.

Las leyes sobre la blasfemia de Pakistán son imprecisas, generales y coercitivas. Se vienen utilizando contra las minorías religiosas, para venganzas personales y para que grupos parapoliciales cometan actos violentos. Sobre la base de pocas pruebas o de ninguna, la persona acusada tendrá dificultades para establecer su inocencia mientras una multitud airada y violenta trata de intimidar a la policía, a los y las testigos, a la fiscalía y a la judicatura.

En enero de 2011, Salmaan Taseer, gobernador de Punyab, fue asesinado por su propio guardaespaldas, que le disparó 27 veces. En marzo del mismo año, Shahbaz Bhatti, el único ministro cristiano del gabinete en ese momento, fue asesinado frente al domicilio de su madre, en Islamabad.

En 2015, el Tribunal Supremo de Pakistán aceptó el recurso de Aasia Bibi contra su condena a muerte.