Miércoles, 23 de octubre, 2024
Los ataques de las fuerzas armadas israelíes contra sucursales de Qard al Hassan, entidad económica sin ánimo de lucro afiliada a Hezbolá, con más de 30 sucursales en todo Líbano, probablemente es una violación del derecho internacional humanitario y debe investigarse como crimen de guerra; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
Según las leyes de la guerra, las sucursales de entidades económicas son bienes civiles a menos que se utilicen para fines militares. Por tanto, estos ataques probablemente suponen ataques directos contra bienes civiles.
A las 8:55 pm del 20 de octubre de 2024, la portavocía árabe de las fuerzas armadas israelíes anunció en X (antes Twitter) que sus fuerzas empezarían a “atacar infraestructuras pertenecientes a Qard al Hassan de Hezbolá” y daba instrucciones a la población de alejarse inmediatamente de esas sucursales. El primer ataque, según informes, tuvo lugar 35 minutos después, hacia las 9:30 pm. Medios de comunicación oficiales libaneses informaron de un total de 11 ataques contra sedes de Qard al Hassan en la zona suburbial del sur de Beirut, y contra varias sucursales más en el sur, el valle de la Becá y otras partes del país.
Qard al Hassan, que opera con una licencia concedida por el gobierno libanés, es actualmente el mayor proveedor de microcréditos de Líbano. Muchas personas civiles libanesas, principalmente chiíes, recurren a ella para obtener créditos pequeños sin intereses. Muchas personas libanesas pertenecientes a varias sectas recurren cada vez más a préstamos de Qard al Hassan para cubrir gastos de educación, asistencia médica y pequeños negocios, sobre todo desde que el sector bancario colapsó en Líbano en 2019. Qard al Hassan está sujeta a sanciones de Estados Unidos desde 2007.
Las fuerzas israelíes han atacado una entidad que, para incontables civiles libaneses, es una tabla de salvación económica.
Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas
“Las fuerzas israelíes han atacado una entidad que, para incontables civiles libaneses, es una tabla de salvación económica. Esto, unido a la advertencia de evacuación emitida menos de 40 minutos antes de iniciarse los ataques, pone de manifiesto el desprecio de Israel por el derecho internacional humanitario. Aunque fuera cierto que esta entidad financia a Hezbolá, como afirman las fuerzas armadas israelíes, es improbable que cumpla los requisitos para ser calificada de objetivo militar, sobre todo si se trata de sucursales que atienden a clientes civiles”, ha afirmado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.
“El derecho internacional humanitario prohíbe los ataques contra civiles y bienes de carácter civil. Debe iniciarse con urgencia una investigación internacional sobre los ataques contra Qard al Hassan. Mientras, las fuerzas armadas israelíes deben adoptar todas las medidas necesarias para proteger a la población y cumplir estrictamente el derecho internacional humanitario. Las fuerzas israelíes deben hacer una distinción clara entre objetivos militares y bienes civiles en todo momento. Israel debe renunciar a hacer una definición de los objetivos militares tan amplia que incluya sucursales de una entidad económica.”
Con arreglo al derecho internacional humanitario consuetudinario, un objeto debe cumplir dos criterios para ser clasificado como objetivo militar: primero, debe contribuir efectivamente a la acción militar, por su ubicación, naturaleza, finalidad o uso; y segundo, la destrucción del objeto debe proporcionar una ventaja militar indudable en las circunstancias imperantes en ese momento.
El derecho internacional humanitario prohíbe los ataques directos contra “bienes de carácter civil”, como casas, pisos, empresas y tiendas, a menos que estos edificios se estén utilizando con fines militares. Tener una asociación con Hezbolá no es razón suficiente para catalogar como objetivo militar un edificio civil ni a los civiles que están en su interior.
Muchas de las sucursales y oficinas de Qard al Hassan están situadas en bloques residenciales y en medio de zonas residenciales densamente pobladas. Cientos de residentes tuvieron que huir de sus casas tras varias advertencias de evacuación emitidas por las fuerzas armadas israelíes.
Un alto mando de inteligencia israelí afirmó, según citaron medios de comunicación, que, además de dificultar el funcionamiento de Hezbolá y su reconstrucción tras la guerra, “el objetivo principal es mermar la confianza entre el grupo y muchos miembros de la comunidad chií que recurren a esta asociación como entidad bancaria”. Socavar la confianza entre Hezbolá y la comunidad chií no es una justificación legítima para atacar militarmente a esta entidad.