Miércoles, 16 de octubre, 2024
Las autoridades israelíes deben rescindir las crueles e ilegítimas órdenes de “evacuación” —eufemismo que Israel utiliza para el desplazamiento forzado— emitidas la semana pasada contra la población de la gobernación del Norte de Gaza, y deben permitir de inmediato la entrada sin trabas de suministros esenciales, incluidos alimentos y combustible, a la zona. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional, mientras crece el temor por la suerte de la población civil atrapada bajo asedio.
En los últimos días, la cifra de muertes de civiles en toda la Franja de Gaza ocupada ha seguido aumentando, y han surgido escenas espeluznantes tras los mortíferos ataques aéreos israelíes, especialmente en la gobernación del Norte de Gaza. La población civil ha tenido que soportar implacables bombardeos y ataques de artillería israelíes, sin acceso a suministros esenciales críticos para su supervivencia, entre ellos alimentos y agua potable.
Ya han pasado nueve meses desde que la Corte Internacional de Justicia advirtió de que el riesgo de genocidio en Gaza es real, y aun así las autoridades israelíes siguen violando las medidas provisionales dictadas por la Corte.
Heba Morayef, Amnistía Internacional
Las últimas órdenes de “evacuación” emitidas por el ejército israelí a ciudades y campos de la gobernación del Norte de Gaza el 7, 10 y 12 de octubre y el endurecimiento del asedio de la zona constituyen una aterradora escalada de la larga lista de horrores infligidos desde octubre de 2023 a la población que vive en la zona al norte de Wadi Gaza.
“El ejército israelí ha intensificado sus esfuerzos por forzar el desplazamiento hacia el sur de toda la población civil de la zona al norte de Wadi Gaza, empezando con la gobernación del Norte de Gaza, y para ello obliga a la población civil a elegir entre la hambruna y el desplazamiento, mientras sus hogares y calles son atacados implacablemente con bombas y artillería”, ha manifestado Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“El mundo debe dejar de mirar impasible mientras Israel utiliza el asedio, la hambruna y crímenes atroces para forzar el desplazamiento, destruir a la población civil y terminar con su vida. Estas órdenes deben rescindirse y debe haber un alto el fuego inmediato de todas las partes para detener la avalancha de sufrimiento que inunda a la población civil de Gaza desde hace más de un año.”
Hace un año, el 12 de octubre de 2023, se calcula que 1,1 millones de palestinos y palestinas que vivían en la zona al norte de Wadi Gaza fueron sometidos a una orden ilegítima de “evacuación” masiva, que obligó a cientos de miles de personas a huir hacia el sur en busca de seguridad. Durante muchos meses, los cientos de miles de personas que permanecieron en el norte de Wadi Gaza quedaron básicamente aislados del resto de la Franja por una zona militar fortificada israelí. En diciembre de 2023, los principales expertos en hambruna del mundo informaron de que en esa zona el hambre estaba especialmente generalizado y era particularmente severo, pero las autoridades israelíes obstaculizaron y denegaron reiteradamente el acceso humanitario a la zona. En los últimos días, la situación se ha vuelto aún más desesperada, después de que el ejército israelí endureciera su asedio de la zona. Los tres hospitales que funcionan parcialmente en el norte —Kamal Adwan, Al-Awda y el hospital indonesio— se enfrentan a órdenes de “evacuación”.
“Después de un año de muerte y destrucción, resulta angustioso escuchar a profesionales de la medicina del norte de Gaza contar que tienen que realizar numerosas amputaciones cada día, o a familias atrapadas en el asedio relatar que hay decenas de cadáveres irreconocibles diseminados por la calle, o a personas contar que no pueden enterrar a sus seres queridos a causa de los incesantes bombardeos. Las escenas del campo de personas refugiadas de Yabalia han sido especialmente escalofriantes: quienes residen en el campo tienen miedo de salir de sus casas, incluso para buscar una bolsa de harina, por temor a recibir un disparo de los omnipresentes drones cuadricópteros. Lo que resulta totalmente incomprensible es cómo la comunidad internacional ha permitido que este horror siga perpetrándose una y otra vez”, ha manifestado Heba Morayef.
“Ya han pasado nueve meses desde que la Corte Internacional de Justicia advirtió de que el riesgo de genocidio en Gaza es real, y aun así las autoridades israelíes siguen violando las medidas provisionales dictadas por la Corte.”
Los dirigentes mundiales deben exigir un alto el fuego inmediato para aliviar el sufrimiento sin precedentes que llevamos presenciando desde hace un año. Israel se ha visto envalentonado, con la ayuda de transferencias de armas de países como Estados Unidos, a continuar impunemente su ruta de destrucción en Gaza.
“Además de dictar un alto el fuego inmediato y poner fin tanto al cruel e inhumano bloqueo a Gaza como a su asedio en el norte, Israel debe permitir que observadores independientes accedan de inmediato a Gaza para investigar todos los ataques. Deben rendirse cuentas de la devastación causada a la población de Gaza durante el último año”, ha manifestado Heba Morayef.
Información complementaria
Unas 400.000 personas civiles siguen viviendo en el norte de Wadi Gaza, que se compone de las gobernaciones de Norte de Gaza y Gaza; esta cifra representa poco más de un tercio de la población que había en la zona antes de octubre de 2023. Quienes se quedaron han tenido que soportar, además de los devastadores bombardeos y la destrucción, una emergencia alimentaria creada por Israel, que alcanzó niveles aterradores en febrero y marzo, cuando la gente tuvo que recurrir a comer comida para animales y los hospitales no podían tratar a pacientes a causa de la falta de combustible. Aunque, a raíz de la indignación internacional, el acceso a la zona del norte de Wadi Gaza mejoró ligeramente a mediados de 2024, Israel, una vez más, ha impedido la llegada de ayuda para la supervivencia de la población civil.