Jueves, 12 de octubre, 2023
Ante la noticia del catastrófico terremoto que sacudió la provincia occidental afgana de Herat durante el fin de semana, Zaman Sultani, investigador regional de Amnistía Internacional para Asia Meridional, ha afirmado:
“Amnistía Internacional expresa sus más profundas condolencias a las familias que han perdido a seres queridos en el devastador terremoto.
Amnistía Internacional pide a las autoridades de facto talibanas que atiendan las necesidades inmediatas y esenciales de las comunidades afectadas y garanticen que las operaciones de salvamento y ayuda humanitaria se llevan a cabo sin discriminación y de manera compatible con las normas internacionales de derechos humanos. Es fundamental que toda ayuda cubra las necesidades de los grupos que corren mayor riesgo —mujeres, niños y niñas, personas mayores y personas con discapacidad, entre otros—, que en situaciones de crisis suelen enfrentarse a dificultades añadidas.
Las autoridades de facto talibanas deben garantizar que las operaciones de salvamento y ayuda humanitaria se llevan a cabo sin discriminación y de manera compatible con las normas internacionales de derechos humanos.
Zaman Sultani, investigador de Amnistía Internacional sobre Asia Meridional
La población de Afganistán ya sufre las consecuencias de una aguda crisis económica y varios años de conflicto. Ahora que se avecinan los meses de invierno y miles de familias con sus casas destruidas por el terremoto se enfrentan a un futuro incierto, Amnistía Internacional pide a las autoridades de facto y a la comunidad internacional que movilicen recursos de inmediato para apoyar el acceso a vivienda, alimentación adecuada, agua potable, saneamiento seguro y asistencia médica. Asimismo, las autoridades de facto deben garantizar el acceso seguro y sin trabas de los organismos humanitarios a las zonas afectadas.”
Información complementaria
El 8 de octubre, un fuerte terremoto sacudió la provincia occidental afgana de Herat. Ha sido uno de los terremotos más mortíferos del mundo este año, con más de 2.400 víctimas mortales según las autoridades de facto talibanas; según los datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de la Asistencia Humanitaria a Afganistán (OCAH) en Afganistán a fecha del domingo, las muertes eran superiores a 1.000 y había más de 1.600 personas heridas.
El sistema de asistencia médica de Afganistán, que depende casi por completo de la ayuda humanitaria extranjera, ha sufrido recortes demoledores en los dos años transcurridos desde que los talibanes tomaron el poder y se interrumpió gran parte de la ayuda internacional. Las iniciativas de ayuda humanitaria también pueden verse afectadas por la prohibición impuesta a las mujeres afganas de trabajar para la ONU y para ONG presentes en el país.