Viernes, 29 de septiembre, 2023
Con motivo del quinto aniversario el 2 de octubre del asesinato sancionado por el Estado del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha declarado:
“Cinco años después del brutal asesinato de Jamal Khashoggi que conmocionó al mundo, el camino a la justicia por su muerte sigue totalmente bloqueado. Aún no ha habido una investigación penal independiente e imparcial sobre el papel desempeñado por altos cargos sino que, en su lugar, las autoridades saudíes continúan con su implacable represión de la libertad de expresión con total impunidad.”
“La desaparición forzada, tortura y ejecución extrajudicial de Khashoggi constituyen crímenes de derecho internacional que deben ser investigados con urgencia y que podría enjuiciar cualquier Estado en virtud de la jurisdicción universal. Es terrible que, en lugar de presionar en favor de la justicia por su asesinato, la comunidad internacional siga desplegando la alfombra roja para los dirigentes de Arabia Saudí en cualquier oportunidad, anteponiendo los intereses diplomáticas y económicos a los derechos humanos.”
Amnistía Internacional sigue pidiendo que se abra una investigación internacional, independiente e imparcial sobre el asesinato de Khashoggi para identificar a todas las personas involucradas, cualquiera que sea su rango o posición, y garantizar que los presuntos responsables responden ante la justicia en juicios conformes a las normas internacionales.
Información complementaria
Las autoridades de Arabia Saudí cerraron el caso de Jamal Khashoggi en 2019 después de que se dictara sentencia condenatoria contra ocho personas en un juicio a puerta cerrada que careció de credibilidad y transparencia. En un informe de la ONU hecho público en junio de 2019 por Agnès Callamard, entonces relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, se concluyó que Jamal Khashoggi había sido víctima de “una ejecución extrajudicial premeditada de la que es responsable el Estado de Arabia Saudí”.
Desde el asesinato de Khashoggi, las autoridades de Arabia Saudí, encabezadas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, han intensificado su escalofriante campaña de represión con un alcance y una escala sin precedentes. El 9 de julio, las autoridades condenaron a muerte a un profesor retirado a raíz de que protestara contra las políticas gubernamentales en la red social X (antes conocida como Twitter).