Jueves, 07 de septiembre, 2023
En respuesta a un informe publicado hoy por la Organización Meteorológica Mundial, en el que se muestra que el aumento de la frecuencia y la intensidad de las olas de calor reducen significativamente la calidad del aire en todo el mundo y constituyen una amenaza para la salud de las personas y su derecho a un medioambiente limpio, saludable y sostenible, Ann Harrison, asesora de política sobre cambio climático de Amnistía Internacional, ha manifestado:
“El cambio climático aumenta la intensidad y frecuencia de las olas de calor; a su vez, el calor extremo, agravado por los incendios forestales y el polvo del desierto, daña sensiblemente la calidad del aire a gran escala y supone una amenaza para el derecho humano de la población a la salud y a un medioambiente sano”.
El cambio climático aumenta la intensidad y frecuencia de las olas de calor; a su vez, el calor extremo, agravado por los incendios forestales y el polvo del desierto, daña sensiblemente la calidad del aire a gran escala.
Ann Harrison, asesora de política sobre cambio climático de Amnistía Internacional
“El cambio climático y la calidad del aire están unidos inextricablemente. Los mismos contaminantes que provocan el cambio climático empeoran la calidad del aire, lo que crea riesgos para la salud humana, daña los ecosistemas, disminuye la productividad agrícola y pone vidas en peligro a diario.”
“Es especialmente preocupante saber que los datos en los que se basa este informe pertenecen al año pasado y aún no se tienen en cuenta las enormes cantidades de contaminantes generadas por las altas temperaturas globales récord alcanzadas en los últimos tres meses, ni las partículas generadas por los vastos incendios forestales de Canadá y Europa, muchos de los cuales siguen activos.”
“Se subraya la necesidad de acometer una acción climática rápida, efectiva y participativa, en la que se incluya el pronto abandono gradual de los combustibles fósiles mediante una transición energética justa que respete y proteja plenamente los derechos humanos, a fin de garantizar el disfrute de los derechos a la vida, la salud, el agua y el saneamiento, entre otros.”
Se subraya la necesidad de acometer una acción climática rápida, efectiva y participativa, en la que se incluya el pronto abandono gradual de los combustibles fósiles mediante una transición energética justa.
Ann Harrison
“Si queremos evitar una catástrofe climática aún peor, ahora es el momento de tomar medidas significativas. No podemos confiar en tecnologías no probadas de captura de carbono, eliminación y almacenamiento, ya que no hacen más que desalentar el abandono progresivo de los combustibles fósiles. Los mercados de créditos de carbono —que han demostrado ser susceptibles de manipulación y abuso por parte de quienes contaminan con combustibles fósiles y oponen resistencia a la transición justa que se necesita— tampoco son la respuesta a esta crisis.”
“Los países deben actuar para salvaguardar la salud pública y los derechos humanos. Aquellos que tienen una mayor responsabilidad en las emisiones históricas deben garantizar el cumplimiento de los compromisos existentes en materia de financiación climática para proteger los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades marginadas más vulnerables al cambio climático.”
Información complementaria
Amnistía Internacional ha destacado los impactos del cambio climático sobre la salud, que son peores para las personas y los grupos marginados, como las personas refugiadas y migrantes. También ha documentado el impacto de las olas de calor sobre los derechos humanos en comunidades vulnerables.
Amnistía Internacional forma parte de una coalición de la sociedad civil y los pueblos indígenas, que ha ganado el prestigioso Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por su exitosa campaña para que se reconozca universalmente el derecho de todas las personas a un medioambiente limpio, saludable y sostenible.
La Organización Meteorológica Mundial es la agencia de las Naciones Unidas responsable de la ciencia atmosférica y la climatología, la hidrología y la geofísica. Según los datos publicados hoy por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, financiado con fondos europeos, junio, julio y agosto de 2023 fue el trimestre más caluroso jamás registrado.