Lunes, 21 de marzo, 2022
Osman Kavala fue acusado de organizar las protestas de Gezi, manifestaciones multitudinarias celebradas en 2013 contra un proyecto de desarrollo urbanístico en Estambul. Tras su absolución por un tribunal, las autoridades volvieron a detenerlo de inmediato como sospechoso de estar detrás del fallido intento golpista de 2016. También lo acusaron de “espionaje”
Ante la quinta, y posiblemente última, vista del juicio del defensor de los derechos humanos Osman Kavala y otros siete encausados, el 21 de marzo, Amnistía Internacional pide la absolución de todas estas personas y la puesta en libertad inmediata de Kavala.
En su opinión final, el fiscal ha solicitado que Osman Kavala y Mücella Yapıcı —uno de los encausados con él, que actuó como portavoz de Solidaridad Taksim en la época de las protestas del parque Gezi— sean declarados culpables de “intentar derrocar al gobierno”. Podrían ser condenados a cadena perpetua agravada.
“Este fin de semana, Osman Kavala cumplió su día número 1.600 en la cárcel. Pese a no haber cometido ningún delito reconocido internacionalmente, continúa detenido de forma arbitraria por cargos carentes de fundamento en una instalación lejos de su familia”, ha afirmado Nils Muižnieks, director para Europa de Amnistía Internacional.
“Desde 2017, las autoridades fiscales intentan hacer aparecer de la nada un delito, pero han fracasado una y otra vez. Por el contrario, cada tortuoso giro en este enjuiciamiento por motivos políticos ha puesto aún más de manifiesto el sinsentido del sistema de justicia turco.”
En enero, el Comité de Ministros del Consejo de Europa tomó la poco habitual decisión de iniciar el proceso formal de infracción contra Turquía por no haber puesto en libertad a Osman Kavala. Esta decisión se tomó dos años después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declarase que las autoridades turcas habían violado el derecho de Osman Kavala a la libertad con la ulterior motivación de silenciarlo, y pidiera su excarcelación inmediata.
Resulta sorprendente que el fiscal también dijera en su opinión final que el cargo de “espionaje” por el que Kavala está encarcelado está incluido en el cargo del que le gustaría que Kavala fuera declarado culpable. Sin embargo, fue respondiendo precisamente a este cargo donde el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló que no existían sospechas razonables de que hubiera cometido un delito que justificara su encarcelamiento en espera de juicio. Mientras tanto, las autoridades turcas han dedicado los últimos dos años a discutir sobre el significado de “espionaje” para justificar su encarcelamiento.
“Osman Kavala nunca recobrará los cuatro años y medio que ya ha pasado entre rejas sin otro motivo que su activismo de la sociedad civil”, ha afirmado Nils Muižnieks.
“Pero esta vergonzosa farsa sólo puede tener un resultado justo: la absolución de Osman Kavala y todos los demás encausados con él.
Información complementaria
Osman Kavala fue acusado de organizar las protestas de Gezi, manifestaciones multitudinarias celebradas en 2013 contra un proyecto de desarrollo urbanístico en Estambul. Tras su absolución por un tribunal, las autoridades volvieron a detenerlo de inmediato como sospechoso de estar detrás del fallido intento golpista de 2016. También lo acusaron de “espionaje”.
El verano pasado, la decisión del tribunal de fusionar el enjuiciamiento de Gezi con el de 35 aficionados al fútbol —una medida que habría prolongado el tiempo de Kavala entre rejas, a pesar de la creciente presión para que se cumpla la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y ponerlo en libertad— fue anulada de improviso en la última vista de febrero tras la petición en ese sentido de la fiscalía.
Turquía es sólo el segundo país que se enfrenta a procedimientos de infracción por no aplicar aplicar un fallo vinculante del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.