Miércoles, 13 de noviembre, 2019
El 18 de septiembre de 2019, sin notificárselo previamente a sus abogados, Zahra Mohammadi fue trasladada a la Sección 1 del Tribunal Revolucionario de Sananda. Ella padece una enfermedad de estómago para la que el equipo médico de la prisión le ha prescrito una medicación que le produce náuseas y que la enfermedad persista
Zahra Mohammadi, activista kurda de la sociedad civil, de 29 años, se halla recluida arbitrariamente desde su detención, el 23 de mayo de 2019, en Sanandaj, provincia de Kurdistán (Irán). Está acusada de delitos contra la seguridad nacional por el trabajo que realiza como activista de la sociedad civil para empoderar a los miembros, marginados, de la minoría kurda de Irán.
Actúen: redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo
Fiscal general de Sanandaj / Prosecutor General of Sanandaj
Mohammad Jabbari
c/o Permanent Mission of Iran to the UN
Chemin du Petit-Saconnex 28
CH - 1209 Geneva 8, Suiza
Señor Mohammad Jabbari:
Zahra Mohammadi, activista kurda de la sociedad civil, ha sido acusada de cooperar con grupos kurdos de oposición —por lo que se han presentado cargos contra ella por delitos contra la seguridad nacional— como consecuencia de las actividades pacíficas que realiza para empoderar a los miembros de la marginada comunidad kurda de Irán, entre ellas enseñar kurdo. El 18 de septiembre de 2019, sin notificárselo previamente a sus abogados ni a su familia, fue trasladada a la Sección 1 del Tribunal Revolucionario de Sanandaj para una vista que al final se aplazó.
Fue detenida en su casa el 23 de mayo de 2019, por agentes del Ministerio de Inteligencia vestidos de civil, y estuvo recluida en régimen de aislamiento en un lugar no revelado hasta el 31 de mayo, cuando la trasladaron a la prisión de Sanandaj y se informó a su familia de su paradero. Durante una visita que le hizo posteriormente su familia, dijo que la habían presionado durante ocho días de detención secreta para que hiciera una “confesión” forzada. Desde primeros de junio hasta primeros de julio de 2019, estuvo constantemente en contacto con su familia. Después, del 6 de julio al 16 de septiembre de 2019, estuvo recluida en régimen de incomunicación y se negó su familia toda información sobre ella a pesar de sus numerosos intentos de averiguar lo que le había ocurrido. Tras este periodo de detención en régimen de incomunicación pudo hablar con su familia y decirle que, durante ese tiempo, la habían llevado todos los días a un centro del Ministerio de Inteligencia para interrogarla durante largas horas y la habían sometido de nuevo a intensa presión para que “confesara” que había colaborado con grupos kurdos de oposición, lo que ella negó. Zahra Mohammadi dijo que sus interrogadores la habían amenazado con detener a miembros de su familia si no accedía a trabajar para el Ministerio de Inteligencia y firmar una “confesión” escrita previamente. Se ha reunido con sus abogados sólo una vez, casi cuatro meses después de su detención y tras la segunda tanda de interrogatorios que se llevó a cabo durante su detención en régimen de incomunicación.
Zahra Mohammadi está mal de salud. Padece una enfermedad de estómago. También sufre una dolencia digestiva, que tenía ya antes de su detención, y para la que necesita una medicación que no puede conseguir en prisión.
Lo insto a dejar a Zahra Mohammadi en libertad de inmediato y sin condiciones, pues es presa de conciencia, recluida únicamente por su trabajo pacífico como activista de la sociedad civil. Hasta entonces, se debe garantizar que está protegida de la tortura y otros malos tratos y puede recibir visitas periódicas de su abogado y su familia, así como la atención médica que necesite, incluido tratamiento especializado.
Atentamente,
[NOMBRE]
Información complementaria
El 18 de septiembre de 2019, sin notificárselo previamente a sus abogados, Zahra Mohammadi fue trasladada a la Sección 1 del Tribunal Revolucionario de Sanandaj. Al avisarles de que estaba en la sede del Tribunal, su abogado y su familia acudieron enseguida allí para protestar por la celebración de la vista sin notificación previa. La vista se aplazó entonces a una fecha posterior, pero aún no se ha celebrado, y el Tribunal ha remitido la causa a la fiscalía para que se realicen nuevas investigaciones. Zahra Mohammadi se ha reunido con sus abogados sólo una vez, casi cuatro meses después de su detención, y tras finalizar —el 16 de septiembre— la segunda tanda de interrogatorios en régimen de incomunicación.
Durante el tiempo que pasó en régimen de incomunicación, sometida a interrogatorio durante más de dos meses y sin acceso a un abogado, sus familiares se dirigieron en numerosas ocasiones a distintos departamentos del gobierno de Sanandaj para saber qué le había ocurrido. Durante una visita a la sede del Ministerio de Inteligencia, les permitieron hablar por teléfono con la persona responsable de su interrogatorio. Según la información recibida por Amnistía Internacional, esa persona les dijo que se había negado a Zahra Mohammadi el contacto con su familia para aumentar la presión sobre ella a fin de que firmara unos documentos y accediera a trabajar para el Ministerio de Inteligencia y que, en cuanto lo hiciera, podrían verla otra vez.
Desde su reclusión en régimen de incomunicación, Zahra Mohammadi padece una enfermedad de estómago para la que el equipo médico de la prisión le ha prescrito una medicación, pero ella ha dicho que la medicación le produce náuseas y que la enfermedad persiste. También sufre una dolencia digestiva que ya tenía y para la que necesita una dieta especial y medicación. Desde su detención no sigue la dieta ni toma la medicación. Su familia ha solicitado que la trasladen a un hospital para examinarla, pero no ha obtenido repuesta.
Zahra Mohammadi es la directora de la Asociación Cultural Nojin Cultural, que realiza actividades para la sociedad civil como enseñar lengua y literatura kurdas. Antes de su detención, el 23 de marzo de 2019, había sido sometida varias veces a largos interrogatorios por el Ministerio de Inteligencia. El último fue el 8 de marzo de 2019, cuando la interrogaron durante ocho horas sin la presencia de un abogado.
Las minorías étnicas de Irán —árabe ahwazí, turca azerbaiyana, baluchí, kurda y turcomana, entre otras— sufren una arraigada discriminación que limita su acceso a la educación, al empleo y a una vivienda adecuada. El abandono económico continuado de las regiones con altos porcentajes de habitantes pertenecientes a minorías étnicas ha agravado la pobreza y la marginación. El persa es el único idioma de enseñanza en la educación primaria y secundaria en Irán.
Pueden escribir llamamientos en: inglés
También pueden escribir en su propio idioma
Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 25 de diciembre de 2019
Consulten con la oficina de Amnistía Internacional de su país si desean enviar llamamientos después de la fecha indicada
Nombre y género gramatical preferido: Zahra Mohammadi (femenino)