Miércoles, 09 de enero, 2019
"Acogemos con satisfacción el liderazgo que han mostrado las autoridades tailandesas en el caso de Rahaf; sin embargo, ninguna persona debería ser deportada a un país donde corra el riesgo de sufrir violaciones graves de derechos humanos", manifestó Samah Hadid, directora de campañas en Oriente Medio de Amnistía Internacional
Ante la noticia de que la ONU ha concedido la condición de refugiada a la joven saudí de 18 años Rahaf Mohammed al Qunun y la ha propuesto para ser reasentada en Australia, Samah Hadid, directora de campañas en Oriente Medio de Amnistía Internacional, ha declarado:
“La historia de Rahaf transmite un mensaje importante: gente de todo el mundo se unió para apoyar su petición de protección y el poder de las personas prevaleció sobre quienes trataban de oprimirla. Rahaf asumió riesgos increíbles para huir de casa de su familia e infringir las reglas sobre tutela masculina de Arabia Saudí. En apenas unos días, su historia se convirtió en una inspiración para millones de personas de todo el planeta. Recordemos al mundo la enorme valentía y los sacrificios que tiene que hacer cualquier persona, en cualquier lugar, que busca seguridad en otro país.
“Acogemos con satisfacción el liderazgo que han mostrado las autoridades tailandesas en el caso de Rahaf; sin embargo, ninguna persona debería ser deportada a un país donde corra el riesgo de sufrir violaciones graves de derechos humanos. Hakeem al Araiby, refugiado bahreiní y superviviente de tortura que vivía en Australia, lleva semanas detenido en Tailandia en espera de una vista para ser extraditado. Tailandia ha incumplido en ocasiones anteriores sus responsabilidades para con las personas solicitantes de asilo y refugiadas. La humanidad que ha mostrado hacia Rahaf no debe ser únicamente para su caso”.
Información complementaria
Rahaf Mohammed al Qunun aterrizó en el aeropuerto de Suvarnabhumi el 5 de enero de 2019, en tránsito desde Kuwait a Australia. Al Qunun dice que huía de los abusos, palizas y amenazas de muerte de su familia. A su llegada a Bangkok, cuenta Al Qunun, se encontró con un funcionario de la embajada de Arabia Saudí que le requisó el pasaporte. Las autoridades de inmigración tailandesas declararon que se le había impedido que continuara viaje a Australia y que estaban en contacto con la "embajada de Arabia Saudí para coordinar" esto. Tras la atención global que recibieron los tuits que publicó en directo sobre su situación el 7 de enero, le fue concedida la estancia temporal en Tailandia bajo protección de la ONU.
El 9 de enero, el Departamento del Interior australiano anunció que el ACNUR le había concedido protección como refugiada y dijo que estudiaría la posibilidad de que fuera reasentada en Australia.