Martes, 10 de enero, 2023

Amnistía Internacional habló con personas de toda Ucrania, que contaron con detalle el impacto de los ataques rusos en su vida cotidiana


“Los continuos ataques de las fuerzas armadas rusas contra infraestructura energética crítica de Ucrania son una violación flagrante del derecho internacional humanitario y ponen en peligro la vida de la población civil con la llegada de temperaturas glaciales”, ha afirmado hoy Amnistía Internacional, que pide a Rusia que ponga fin a sus ataques selectivos ilegítimos contra infraestructura civil.

“Mientras muchos países del mundo comienzan la temporada festiva con las calles llenas de luces navideñas, el mundo debe recordar a Ucrania, que continúa cruelmente sumergida en la oscuridad por los ataques sostenidos, deliberados e ilegítimos de Rusia contra su infraestructura energética”, declaró Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa del Este y Asia Central.

“La población civil ucraniana no sólo tiene que soportar la trágica pérdida de vidas causada por la guerra de agresión de Rusia, sino que también padece las consecuencias de tácticas criminales rusas concebidas expresamente para aumentar el sufrimiento humano.”

Los ataques de Rusia contra infraestructura energética crítica de Ucrania, continuos desde hace meses, impiden a la población civil ucraniana el acceso a la educación, a la atención médica y a la alimentación al mismo tiempo que la obliga a soportar temperaturas glaciales en el hogar.

Amnistía Internacional habló con personas de toda Ucrania, que contaron con detalle el impacto de los ataques rusos en su vida cotidiana.

Los cortes de luz agravan la crisis sanitaria

Olena* contó a Amnistía Internacional: “Tenemos ataques aéreos constantes. Hay uno ahora mismo. Cuando hay un ataque aéreo, no puede funcionar ninguna institución que presta servicios sanitarios como clínicas y hospitales privados, ni otras instituciones, comercios, transporte público”.

Un día en que hubo un ataque aéreo ruso, Olena tenía cita médica con su hijo para un reconocimiento general y vacunas, pero la clínica la llamó para decirle que no fuera. La cita se retraso más de un día, lo que también causó atascos y más retrasos para otras personas que esperaban recibir atención médica.

Además de limitar el acceso a reconocimientos de salud rutinarios, las intervenciones quirúrgicas se están llevando a cabo en condiciones potencialmente mortales. Kateryna* contó a Amnistía Internacional que tuvo miedo de que los cortes de luz afectaran a la cirugía que tenía programada: “Fui a un cirugía programada y tenían que usar un láser. El médico dijo que intentarían hacerlo rápido. Eso me puso nerviosa”.

Las alteraciones en la escolarización erosionan la educación de niños y niñas

Perder un solo un día de escuela puede tener un impacto duradero en el progreso académico del niño o niña. Debido a los cortes de luz en curso en Ucrania, muchos de ellos no puedan asistir a clase, ni presencial ni online. Quienes consiguen ir a la escuela afrontan trayectos que pueden ser mortales en total oscuridad.

“Como los semáforos y las luces de la calle no funcionan durante los apagones, puede ser un caos en el que todo el mundo conduce en diferentes direcciones. Cuando voy a clase con mi hijo y volvemos cuando está oscuro, es preocupante porque puedes meterte directamente en el cruce. La tasa de muertes de peatones en las carreteras ha aumentado”, dijo Kateryna.

“La educación es la base del buen funcionamiento de la sociedad, pero, en Ucrania, Rusia está atacando deliberadamente la infraestructura civil, incluidas las escuelas. Los niños y niñas no pueden ni siquiera estudiar a distancia por la falta de electricidad y de calefacción. Rusia está erosionando el presente del país… y su futuro”, dijo Denis Krivosheev.

Salud y bienestar en peligro

Niños y niñas no sólo sufren la pérdida de educación debido a la agresión rusa, sino que también soportan temperaturas glaciales y escasez de alimentos, pues los apagones hacen que se estropee la comida.

“Hay pocas opciones para cocinar. Alimentar a una niña con salchichas todos los días es malo, pero no se puede cocinar comida normal porque se tarda hora y media en cocinar cualquier cosa, así que hago cuscús y salchichas al vapor”, dice Olena.

“Todo es muy estresante. Cargar todo, encontrar tiempo para hacer comida. Cuando hay luz hay que hacerlo todo inmediatamente, no te relajas, realmente nunca te relajas. Y por eso estás constantemente en tensión, tiene un efecto malo.”

Presión adicional para los grupos marginados

Las personas con discapacidad, las de edad avanzada y las que tienen ingresos más bajos sufren presiones adicionales debido a los cortes de luz.

Las personas con movilidad limitada tienen dificultades para salir de sus bloques de apartamentos, y algunas personas residentes han dejado paquetes de emergencia en los ascensores con sillas, agua y comida por si se queda atrapada alguna persona durante un apagón.

El impacto en la salud mental, así como en la física, puede ser también devastador. Tetyana* contó a Amnistía Internacional: “Conozco a gente que no sale porque no puede subir las escaleras sin ascensor”.

Muchas personas con ingresos más bajos tienen problemas para pagar la calefacción de su casa en medio de los cortes energéticos, y el coste de generadores, depósitos de gas y calefacciones de gas añaden presión económica.

Información complementaria

Pese a los intentos de reparar la infraestructura civil dañada, las autoridades ucranianas se han visto forzadas a introducir apagones planificados para que no se sobrecargue el resto de la infraestructura energética del país. En octubre de 2022, habían sufrido daños graves al menos el 40% de las instalaciones energéticas del país. En diciembre, las autoridades de Ucrania dijeron que más del 50% de las personas usuarias de energía del país tenían cortado el suministro de electricidad.

Amnistía Internacional pide que se ponga fin a la agresión rusa en Ucrania y que la comunidad internacional recuerde y apoye a la población civil ucraniana con la llegada del invierno.


*Nombre cambiado para proteger la identidad.