Martes, 06 de septiembre, 2022
Instamos a los miembros de la Junta a que recomienden al gobernador Kevin Stitt la conmutación de la pena de muerte de Benjamin Cole
Está previsto que Benjamin Cole, de 57 años, sea ejecutado en Oklahoma el 20 de octubre de 2022. Condenado a muerte en diciembre de 2004 por matar a su hija de nueve meses en diciembre de 2002, se le ha diagnosticado esquizofrenia paranoide y lesión cerebral. A lo largo de los años, sus abogados lo han descrito como una persona incapaz de ayudarlos en su defensa, tanto en el juicio como en las apelaciones. Está previsto que la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma celebre una vista de clemencia sobre el caso el 27 de septiembre de 2022. Instamos a los miembros de la Junta a que recomienden al gobernador Kevin Stitt la conmutación de la pena de muerte de Benjamin Cole.
Actúen: redacten su propio llamamiento o utilicen esta carta modelo
Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma
Oklahoma Pardon and Parole Board
2915 N Classen Blvd #405
Oklahoma City, OK 73106
EE. UU.
Sres. miembros de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma
Está previsto que Benjamin Cole sea ejecutado en Oklahoma el 20 de octubre de 2022 por el asesinato de su hija de 9 meses en diciembre de 2002. La Junta examinará su petición de clemencia el 27 de septiembre de 2022.
Los abogados de Benjamin Cole tienen desde hace tiempo serias dudas sobre su aptitud mental —para ser juzgado, ayudar en las apelaciones y, en los últimos años, para ser ejecutado— debido a una prolongada discapacidad psicosocial (mental). Desde el inicio del caso, describieron a su cliente como una persona incapaz de comunicarse con ellos de forma racional y coherente.
En 2008, Benjamin Cole fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide, y se sabe que durante los años que ha pasado en el corredor de la muerte no ha recibido tratamiento y su estado se ha deteriorado. Además, según un médico especialista en neurorradiología, su discapacidad mental podría estarse agravando debido a una lesión cerebral detectada en un escáner que se le realizó en 2004, que explicaría el deterioro de sus funciones motoras, su posible parkinsonismo y su necesidad de usar silla de ruedas.
Les pedimos que recomienden al gobernador Kevin Stitt la conmutación de la pena de muerte de Benjamin Cole.
Atentamente,
Información complementaria
Benjamin Cole fue acusado del asesinato en primer grado de su hija de nueve meses, que falleció el 20 de diciembre de 2002. Se indicó como causa oficial de la muerte fractura de columna con desgarro aórtico. En una declaración a la policía grabada en vídeo, Benjamin Cole dijo que al intentar que la niña, que se encontraba tendida boca abajo, dejara de llorar, la había empujado por los tobillos, haciendo que se volteara sobre su espalda, lo cual le provocó las lesiones que le causaron la muerte. La fiscalía le ofreció un acuerdo para evitar la pena capital: si se declaraba culpable, sería condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Benjamin Cole lo rechazó. En el juicio, que comenzó a finales de 2004, fue declarado culpable y condenado a muerte.
Sus abogados lo describen como un cliente incapaz de comunicarse con ellos de manera racional y coherente. Por ejemplo, en 2003, pusieron en duda “su capacidad de comprender la naturaleza de los cargos presentados contra él y ayudar eficazmente a su defensa”, y en 2004 informaron de que “responde a las preguntas para su defensa de forma distante e indiferente, y parece basarse en pensamientos e ideas no realistas e irracionales”. Fue declarado apto para ser juzgado en dos ocasiones.
En 2008, en la fase de apelación, los abogados de Benjamin Cole contrataron a un psiquiatra para que reevaluara su estado mental, y éste concluyó que Benjamin Cole no era apto para ayudar a sus abogados y “no por un pensamiento racional”, sino debido a una “esquizofrenia paranoide” que se manifestaba en su “hiperreligiosidad” y sus “delirios de grandeza y persecutorios”. Según el psiquiatra, esta discapacidad mental existía “mucho antes” del crimen (y podía haber contribuido a su comisión). El psiquiatra señaló asimismo un posible trastorno de estrés postraumático, así como el historial familiar de discapacidad mental, y una infancia marcada por abuso de sustancias, incesto, maltrato emocional y físico y abusos sexuales. Como este informe psiquiátrico no formaba parte de las apelaciones ante el tribunal estatal, los tribunales federales no lo han tenido en cuenta, en virtud de la Ley contra el Terrorismo y por una Pena de Muerte Eficaz de 1996, que limita la revisión judicial federal de las decisiones de los tribunales estatales.
La fecha de ejecución de Benjamin Cole se dictó en 2015 (y quedó aplazada a causa de un litigio sobre la inyección letal). Entonces, un psicólogo contratado por la defensa concluyó que Benjamin Cole “es un clásico ejemplo de paciente con esquizofrenia crónica (con rasgos catatónicos) muy deteriorado, cuyo estado probablemente está agravado a causa del trastorno cerebral detectado en los estudios de neuroimágenes”. El psicólogo, que describió su discapacidad mental como “crónica”, “persistente” y “grave”, señaló además que se desconocía el efecto de “la lesión cerebral situada en la sustancia blanca profunda de la región frontoparietal del hemisferio izquierdo, descubierta mediante estudios de neuroimágenes en septiembre de 2004”, a la que no se había dado seguimiento. En 2016, el psicólogo concluyó que Benjamin Cole no era apto para ser ejecutado. En abril de 2022, acompañó a los abogados de Cole al corredor de la muerte e informó de que no había podido observar ningún comportamiento de Benjamin Cole que considerara “racional o coherente”, y que “su aspecto clínico actual coincide con su diagnóstico de esquizofrenia catatónica crónica grave, así como con el daño cerebral orgánico documentado por las imágenes de resonancia magnética”.
En 2022, un médico especialista en neurorradiología llevo a cabo la revisión de la resonancia magnética de 2004 y concluyó que revelaba detalles “notablemente anormales” y mostraba “múltiples hallazgos patológicos”. Su conclusión fue que la ubicación de la lesión cerebral “podría estar agravando” la esquizofrenia de Benjamin Cole, y que el hecho de que necesitara y utilizara silla de ruedas podía tener relación con este daño cerebral y un posible parkinsonismo.
La ejecución de una persona que carece de una comprensión racional de su castigo constituye una violación de la Constitución de Estados Unidos. El derecho internacional de los derechos humanos prohíbe el uso de la pena de muerte contra personas con discapacidades psicosociales (mentales) e intelectuales. El Comité de Derechos Humanos de la ONU, creado en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) para supervisar su aplicación, ha declarado: “Los Estados partes deben abstenerse de imponer la pena de muerte a quienes se enfrentan a obstáculos especiales para defenderse en condiciones de igualdad con los demás, como las personas cuyas graves discapacidades psicosociales o intelectuales les impidan una defensa eficaz, y las que tengan una culpabilidad moral limitada. También deberían abstenerse de ejecutar a las personas que tengan una capacidad reducida para comprender las razones de la condena [...]” Estados Unidos ratificó el PIDCP en 1992. De forma similar, el órgano creado en virtud de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ha aclarado que la Convención prohíbe la imposición de la pena de muerte a personas cuyas discapacidades mentales e intelectuales hayan impedido su defensa eficaz. Estados Unidos no ha ratificado la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pero al firmarla se comprometió con arreglo al derecho internacional a no hacer nada que atente contra su objeto o propósito.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos, incondicionalmente. En lo que va de 2022 se han llevado a cabo 10 ejecuciones en Estados Unidos, 3 de ellas en Oklahoma. Oklahoma ha sido responsable de 117 de las 1.550 ejecuciones llevadas a cabo en Estados Unidos desde que la Corte Suprema del país aprobó los nuevos estatutos de pena capital en 1976. Sólo su vecino Texas lo supera en número de ejecuciones. Juntos, Texas y Oklahoma suman el 10% de la población de Estados Unidos, y el 45% de sus ejecuciones desde 1976.
Pueden escribir llamamientos en: Inglés.
También pueden escribir en su propio idioma.
Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 27 de septiembre de 2022
Nombre y género gramatical preferido: Benjamin Cole (masculino)