Martes, 28 de junio, 2022

Amnistía ha podido saber que Zulyar Yasin fue detenido en su domicilio en diciembre de 2021 y su familia fue informada recientemente de que será condenado a un máximo de cinco años


Está previsto que un estudiante uigur sea juzgado por “separatismo” el martes en la ciudad de Urumqi en lo que parece ser el ejemplo más reciente de la estrategia del gobierno chino de encarcelar de forma ilegítima a musulmanes en la región de Xinjiang del país, ha afirmado Amnistía Internacional.

Amnistía ha podido saber que Zulyar Yasin fue detenido en su domicilio en diciembre de 2021 y su familia fue informada recientemente de que será condenado a un máximo de cinco años de cárcel. Al parecer, Yasin está en el punto de mira porque estuvo en Turquía cuando era adolescente.

“Este enjuiciamiento sólo es la punta del iceberg en cuanto a violaciones de derechos humanos contra personas uigures, kazajas y de otros grupos musulmanes en Xinjiang, pero permite ver cómo funciona la máquina de represión de China”, ha afirmado Gwen Lee, responsable de campañas de Amnistía Internacional sobre China.

“Zulyar Yasin parece ser la víctima más reciente de la campaña del gobierno para detener de forma arbitraria y masiva en prisiones a uigures y otras personas musulmanas. La familia de Yasin afirma que las autoridades no han aportado ninguna prueba de los cargos de ‘separatismo’ formulados en su contra.”

Yasin, de 25 años, estudiaba el último año de un curso quinquenal de gestión de la tierra y silvicultura en la Universidad de Fujian, en el sureste de China, cuando fue detenido mientras realizaba un periodo de prácticas en Urumqi, Xinjiang.

Está previsto que el martes sea defendido ante el tribunal por un abogado designado por el gobierno, y no por uno de su elección, lo cual es contrario a las normas internacionales sobre juicios justos.

Yasin estudió finanzas en la Universidad de Estambul durante dos años, de 2014 a 2016. Las personas uigures y otras residentes en Xinjiang que han estado durante algún tiempo en el extranjero han sido blanco sistemáticamente de detención arbitraria por parte de las autoridades.

Tanto si las confinan en cárceles como en campos, el encarcelamiento, la tortura y la persecución de personas uigures y otros grupos musulmanes en Xinjiang es ilegítimo, generalizado y permanente.

Gwen Lee

Con frecuencia, los enjuiciamientos de uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang están envueltos en secretismo, pero Amnistía ha sabido de la difícil situación de Yasin gracias al contacto con familiares suyos en otros países.

La tía de Yasin, ciudadana de Países Bajos, dijo a Amnistía Internacional: “La policía no tiene ninguna prueba de su supuesto delito. En China no hay ley; se ataca y detiene a uigures por pecados falsos. Estoy destrozada”.

La tía ha pedido al gobierno neerlandés que intervenga en el caso.

“La reciente retórica del gobierno chino sostiene que se está liberando o ‘graduando’ a personas de los campos de reeducación que han causado indignación internacional. Pero aunque sea cierto, no hay nada que celebrar cuando se envía arbitrariamente a las víctimas a prisión por delitos de formulación imprecisa después de juicios injustos”, ha afirmado Gwen Lee.

“Tanto si las confinan en cárceles como en campos, el encarcelamiento, la tortura y la persecución de uigures y otros grupos musulmanes en Xinjiang es ilegítimo, generalizado y permanente. La comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas, deben redoblar sus esfuerzos para abordar los crímenes de lesa humanidad y otras violaciones graves de derechos humanos que cometen en Xinjiang las autoridades de Pekín.”

Información complementaria

En junio de 2021, Amnistía Internacional presentó un exhaustivo informe en el que se documentaba cómo la represión de China contra las minorías étnicas de predominio musulmán en Xinjiang equivalía a crímenes de lesa humanidad.

Basado en decenas de testimonios, el informe describía una “distopía infernal” que incluía graves violaciones de derechos humanos contra las personas detenidas, vigilancia estatal sistemática de millones de personas e intentos de erradicar tradiciones religiosas, usos culturales e idiomas locales de los grupos étnicos musulmanes de la región.

Amnistía también ha lanzado una campaña internacional en la que pide la libertad de todas las personas detenidas arbitrariamente en campos y prisiones y el cierre de los campos de internamiento.

Un equipo encabezado por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, estuvo en China durante seis días del mes pasado, dos de ellos en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Sin embargo, la alta comisionada Bachelet no abordó los crímenes de lesa humanidad del gobierno chino durante la visita.

La oficina de Bachelet ya ha elaborado su propio informe sobre violaciones de los derechos humanos en Xinjiang, al que, según afirmó la alta comisionada, se le estaban “dando los últimos toques” el año pasado. Sin embargo, el informe aún no se ha hecho público, a pesar de las  reiteradas peticiones de casi 200 ONG, entre ellas Amnistía Internacional.