Viernes, 16 de abril, 2021

“Las autoridades saudíes deben garantizar que las condiciones de detención se ajustan al derecho y las normas internacionales, y que las mujeres tienen acceso a atención sanitaria y asistencia jurídica adecuadas”, dijo Lynn Maalouf


Al menos 41 srilankesas, en su mayoría trabajadoras domésticas migrantes, llevan meses detenidas arbitrariamente en un centro de deportación de Arabia Saudí, esperando ser repatriadas a su país de origen, ha revelado hoy Amnistía Internacional.

Las mujeres llevan recluidas en el Centro de Detención y Deportación (Tarheel) de Riad entre 8 y 18 meses. Al menos 3 de ellas tienen hijos o hijas de corta edad que están detenidos junto con ellas, y una necesita atención médica y un tratamiento urgente que no está recibiendo.

Su terrible situación es un claro ejemplo de la situación de las trabajadoras domésticas atrapadas en el sistema de patrocinio (kafala), intrínsecamente abusivo. En marzo de 2021, Arabia Saudí introdujo reformas en su sistema de kafala, aunque excluían a los trabajadores y trabajadoras domésticas que representan hasta el 30% de los 10 millones de personas trabajadoras migrantes del país.

“Es cruel e inhumano detener a trabajadoras migrantes por periodos prolongados de hasta 18 meses cuando no han hecho nada y son a su vez víctimas. Estas mujeres dejaron atrás su casa y su familia para ganar el sustento en Arabia Saudí sólo para encontrarse encerradas en un sistema de patrocinio abusivo que facilita la explotación y los abusos. Ahora están detenidas indefinidamente sin posibilidad de recurrir contra su detención y sin saber cuándo podrán ver de nuevo a sus seres queridos”, dijo Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“Su pesadilla ilustra claramente la necesidad urgente de que Arabia Saudí amplíe las protecciones y reformas de la legislación laboral a su sistema de kafala para los trabajadores y trabajadoras domésticas migrantes. Las autoridades saudíes deben poner en libertad inmediata a todas las mujeres detenidas exclusivamente por su condición migratoria y trabajar con las autoridades srilankesas para facilitar su retorno”.

Ninguna de las mujeres ha sido informada de los cargos formulados en su contra ni ha tenido acceso a asistencia letrada ni ha recibido asistencia consular alguna. Muchas fueron detenidas después de que no hubieran podido obtener un permiso de salida de su entidad empleadora para salir del país o un permiso de trabajo para regularizar su estancia. En aplicación del sistema de kafala saudí, que vincula a los trabajadores y trabajadoras migrantes a su entidad empleadora, esto es motivo para la detención indefinida.

Detenidas en una situación de incertidumbre sin un final a la vista

Amnistía Internacional entrevistó a 11 personas que conocían de cerca las detenciones, entre las que había trabajadores y trabajadoras domésticas migrantes, un/a activista y una persona empleada de la embajada de Sri Lanka en Riad.

En al menos cinco casos, las mujeres fueron detenidas porque habían huido de una entidad empleadora abusiva y no habían obtenido de ésta un permiso de salida para salir del país.

Una de las mujeres en espera de ser repatriada dijo que había dejado su empleo como trabajadora doméstica en octubre de 2020 después de meses de irregularidades salariales desde que empezó a trabajar en Arabia Saudí, a mediados de 2018, por lo que había cobrado significativamente menos de lo debido por el trabajo que había hecho. Su entidad empleadora incluso le había deducido del salario el coste de los productos de higiene. Cuando la mujer dejó el empleo, su entidad empleadora le dio algo de dinero para un billete de avión y la dejó en la calle, cerca del aeropuerto, para que se las arreglase ella sola para volver a Sri Lanka. Agentes del aeropuerto la entregaron a la policía, y ésta la detuvo por intentar comprar un billete de avión sin un permiso de salida.

Otra mujer que lleva cuatro meses detenida arbitrariamente intentó cambiar de empleo debido al impago de salarios y a un horario de trabajo extremadamente largo. Cuando llamó a la policía para pedir ayuda, ésta la recogió, la puso bajo custodia, y la llevó al centro de detención.

Durante una crisis mundial de salud pública como la de la COVID-19, la detención únicamente por motivos relacionados con la migración no puede considerarse en general una restricción necesaria ni proporcionada del derecho a la libertad. Amnistía Internacional se opone a la detención a efectos exclusivamente de inmigración, permisible sólo en las circunstancias más excepcionales.

Para muchas de las mujeres, la ansiedad de su detención prolongada se ve agravada por el hecho de que tienen familias en su país que dependen del dinero que envían por sus empleos en Arabia Saudí.

Una de las detenidas había huido de una entidad empleadora que la pegaba con frecuencia. Cuando pidió ayuda en la comisaría de policía local, fue enviada al centro de detención, donde lleva ya ocho meses recluida. Es madre de tres niñas y su familia en Sri Lanka depende de sus ingresos para subsistir.

La grave situación de las personas que trabajan en el servicio doméstico en Arabia Saudí

Los trabajadores y trabajadoras migrantes en Arabia Saudí sufren habitualmente abusos derivados del sistema de kafala. Menos de la mitad son mujeres, a menudo procedentes de Asia meridional, que trabajan en domicilios particulares cocinando, limpiando y cuidando de niños y niñas. Según testimonios obtenidos por Amnistía Internacional, con frecuencia están sometidas a condiciones laborales penosas y trabajan muchas horas sin descansos ni días libres. Muchos trabajadores y trabajadoras migrantes han padecido irregularidades en el pago del salario acordado o incluso impagos. También reciben insultos y malos tratos físicos, y las entidades empleadoras abusivas, que actúan con impunidad, suelen confiscarles el pasaporte. No se les permite salir del país sin permiso de su entidad empleadora, lo que hace que dependan enormemente de éstas y aumenta su vulnerabilidad a los abusos contra sus derechos, como el trabajo forzoso y las agresiones físicas y sexuales.

En marzo de 2021, el Ministerio de Trabajo saudí introdujo reformas limitadas a sus sistema de kafala que permite a los trabajadores y trabajadoras migrantes salir del país y dejar su empleo sin permiso de sus entidades empleadoras si cumplían ciertas condiciones. Sin embargo, estas medidas apenas sirven para eliminar el riesgo de abusos y explotación laborales que afrontan los trabajadores y trabajadoras migrantes que siguen atados a su entidad empleadora, que conservan un enorme control sobre ellos.

Los recientes cambios anunciados son un paso en la dirección correcta, pero apenas suponen un mínimo cambio superficial de este sistema intrínsecamente abusivo. No puede manifestarse satisfacción alguna mientras se excluya a personas trabajadoras domésticas migrantes que siguen atrapadas en situaciones de abuso. El gobierno tiene que ampliar la protección de la legislación laboral a los trabajadores y trabajadoras domésticos que representan casi el 30% de la mano de obra migrante, como exigen los tratados de la ONU y de la OIT que ha ratificado Arabia Saudí”, afirmó Lynn Maalouf.

Liberación y repatriación sin demora

La mayoría de las srilankesas detenidas en el centro de deportación desea regresar a su país de origen. Las autoridades penitenciarias han comunicado informalmente y en reiteradas ocasiones a las mujeres que iban a ser liberadas y repatriadas de forma inminente, pero hasta ahora no se han dado pasos concretos.

Amnistía Internacional escribió a las autoridades srilankesas y saudíes el 31 de marzo para exigir la liberación y repatriación sin demora de las detenidas. Una persona empleada de la embajada de Sri Lanka en Riad dijo a Amnistía que no pueden visitar habitualmente a las mujeres debido a problemas de capacidad y a la necesidad de hacer un petición específica. Tampoco les han facilitado asistencia jurídica. Esta persona también dijo que la embajada y el Ministerio de Relaciones Exteriores estaban en contacto con “líneas aéreas saudíes” en Colombo para organizar un vuelo de regreso. Las mujeres no han recibido aún ninguna información confirmada sobre estas gestiones. Amnistía no ha recibido todavía respuesta sobre las conclusiones de las autoridades saudíes.

Las 41 srilankesas son parte de los centenares de trabajadoras migrantes de otras nacionalidades detenidas en el Centro de Detención y Deportación Salida 18.

“Pedimos a las autoridades srilankesas que faciliten la repatriación voluntaria, segura y digna de todas estas mujeres lo antes posible, y garanticen la asistencia consular a todas las detenidas. Mientras tanto, las autoridades saudíes deben garantizar que las condiciones de detención se ajustan al derecho y las normas internacionales, y que las mujeres tienen acceso a atención sanitaria y asistencia jurídica adecuadas”, concluyó Lynn Maalouf.