Jueves, 23 de abril, 2020
El 15 de abril de 2020, los abogados del activista Alaa Abdel Fattah, detenido ilegalmente desde septiembre de 2019, supieron que está en huelga de hambre en la Prisión de Máxima Seguridad de Tora 2. La posibilidad de que se produzca un brote de COVID-19 allí no hace más que aumentar la preocupación por su salud, así como por la del abogado de derechos humanos Mohamed al-Baqer, cuyos problemas médicos preexistentes podrían volverlo más vulnerable.
Actúen: Redacten su propio llamamiento o utilicen la siguiente carta modelo
Fiscal general de Egipto / Public Prosecutor Hamada al-Sawi
Office of the Public Prosecutor
Madinat al-Rehab, Cairo, Egipto
Fax: +202 2577 4716
Correo-e: m.office@ppo.gov.eg
Twitter: @EgyptJustice
Señor Fiscal General:
El 10 de marzo de 2020, las autoridades egipcias suspendieron todas las visitas a las prisiones para prevenir la propagación de la COVID-19. No adoptaron medios alternativos de comunicación periódica entre las personas recluidas en ellas y sus familias y abogados, como las llamadas telefónicas quincenales que prevé la legislación egipcia.
La última visita de la familia de Alaa Abdel Fattah a la prisión fue el 4 de marzo de 2020. La familia teme por su salud y su bienestar, pues no se ha confirmado que reciba los productos desinfectantes e higiénicos que le envían todas las semanas desde que suspendieron las visitas a la prisión ni que tenga acceso a información sobre las medidas que puede tomar para protegerse ante un posible brote de COVID-19. El 15 de abril de 2020, la fiscalía de Maadi informó a los abogados de Alaa Abdel Fattak de que éste estaba en huelga de hambre. No se proporcionó a los letrados información sobre cuándo inició la huelga y por qué motivo. La huelga de hambre podría debilitar su sistema inmunológico y aumentar los riesgos que puede correr si contrae COVID-19.
Mohamed el-Baqer, recluido también en la Prisión de Máxima de Seguridad de Tora 2, recibió por última vez la vista de su familia el 7 de marzo de 2020. El 18 de abril de 2020, las autoridades penitenciarias permitieron a la familia enviarle comida, vitaminas y una carta, aunque una semana antes se habían negado a aceptar su paquete. La familia también recibió una carta de él. Según informes, Mohamed el-Baqer padece varios problemas de salud —como asma, dolor de pecho, de espalda y de las vértebras lumbares, y trastornos renales—, algunos de los cuales han sido incluidos por la Organización Mundial de la Salud en su lista de factores de riesgo frente a la COVID-19. Las bien documentadas condiciones de hacinamiento y falta de higiene imperantes en las prisiones egipcias agravan el riesgo de propagación de las enfermedades infecciosas.
Lo insto, por tanto, a dejar de inmediato en libertad a Alaa Abdel Fattah y Mohamed el-Baqer y a retirar los cargos por los que están siendo investigados, ya que se hallan recluidos por el ejercicio pacífico de sus derechos. Le pido que, hasta que queden en libertad, garantice que tienen acceso a servicios médicos adecuados y disponen de los medios necesarios para comunicarse con sus familias y sus abogados. Por último, insto a las autoridades egipcias a que dejen de inmediato en libertad a todas las personas detenidas únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y de reunión y tomen medidas para proteger la salud de todas las personas presas durante la pandemia de COVID-19.
Atentamente,
[NOMBRE]
Información complementaria
La entrada en prisión de Alaa Abdel Fattah y Mohamed el-Baqer se ha producido en medio de la mayor campaña de detenciones emprendida en Egipto desde que el presidente Abdel Fatah al Sisi llegó al poder en 2014. El 20 y 21 de septiembre 2019, estallaron protestas dispersas en todas las ciudades egipcias, en las que se pedía la dimisión del presidente Al Sisi. Se cree que fueron provocadas por unas denuncias de corrupción formuladas por el ex contratista del ejército Mohamad Ali, quien acusa a mandos militares y al presidente de gastar dinero público en la construcción de lujosos inmuebles.
El 29 de marzo de 2019, Alaa Abdel Fattah fue puesto en libertad vigilada, tras haber cumplido una condena injusta de cinco años de prisión por participar en una manifestación pacífica. En virtud de las condiciones de libertad vigilada, durante cinco años, todas las noches tenía que pasar 12 horas en una comisaría de policía. El 29 de septiembre de 2019, Alaa Abdel Fattah no salió de la comisaría de policía de Dokki, en El Cairo, donde cumplía las condiciones de su libertad vigilada. La policía dijo a su madre que unos agentes de la Agencia de Seguridad Nacional lo habían llevado a la Fiscalía del Tribunal Supremo de Seguridad del Estado. Ese mismo día, Mohamed el-Baqer entró en el edificio de la Fiscalía para prestarle asistencia letrada. Según sus familiares y amigos, no se conoció el paradero de Alaa Abdel Fattah y Mohamed el-Baqer hasta el 1 de octubre de 2019, cuando aparecieron por primera vez desde su ingreso en la Prisión de Máxima Seguridad de Tora 2. Su interrogatorio estuvo centrado en el trabajo de Mohamed el-Baqer, y el fiscal no presentó ninguna prueba contra él, excepto un documento de investigación de la Agencia de Seguridad Nacional, que ni a él ni a su abogado se permitió examinar.
El 18 de marzo de 2020, la madre de Alaa, Laila Soueif; su hermana, Mona Seif; su tía, Ahdaf Soueif, y su profesor de la universidad, Rabab el-Mahdi, fueron detenidos por los servicios de seguridad delante del edificio del gobierno en El Cairo, donde acababan de llevar a cabo una protesta para pedir la excarcelación de las personas presas dado el temor a un brote de coronavirus en las superpobladas prisiones del país. La fiscalía los acusó de “incitar a participar en una manifestación”, “difundir información falsa” y “estar en posesión de material en el que se difunde información falsa”. Después, ordenó que quedaran en libertad mientras se las investigaba, previo pago de una fianza de 5.000 libras egipcias (unos 320 dólares estadounidenses). Aunque pagaron la fianza ese mismo día, las mujeres pasaron la noche detenidas sin fundamento legal para ello. El 19 de marzo, las autoridades trasladaron a Laila Soueif al edificio de la Fiscalía del Tribunal Supremo de Seguridad del Estado, en El Cairo Nuevo, donde un fiscal ordenó que quedara en libertad previo pago de una fianza de 3.000 libras egipcias (unos 190 dólares estadounidenses). Los cuatro quedaron en libertad esa noche.
Amnistía Internacional ha documentado cómo, a raíz de las protestas de septiembre de 2019, las fuerzas de seguridad egipcias han llevado a cabo detenciones generalizadas de manifestantes y redadas de periodistas, abogados y abogadas de derechos humanos, activistas y figuras políticas, en un intento de acallar las críticas e impedir que se produzcan más manifestaciones. Entre ellas figuran 76 detenciones practicadas en seis ciudades entre el 19 y el 29 de septiembre de 2019. La ONG independiente Comisión de Derechos y Libertades de Egipto ha informado de que se ha detenido al menos a 2.300 personas en relación con las protestas. Según profesionales del derecho que se ocupan de la situación, decenas de personas han sido puestas en libertad sin haber sido interrogadas, pero muchas otras continúan recluidas.
Alaa Abdel Fattah, conocido activista político muy crítico con el gobierno, ha sido detenido reiteradas veces en los últimos años, especialmente por su papel en el levantamiento de 2011.
Mohamed el-Baqer es abogado de derechos humanos y director del Centro Adalah de Derechos y Libertades, que fundó en 2014. El Centro se ocupa de cuestiones de justicia penal, derecho a la educación y derechos estudiantiles.
Pueden escribir llamamientos en: Árabe o inglés
También pueden escribir en su propio idioma.
Envíen llamamientos lo antes posible y no más tarde del: 2 de junio de 2020
Consulten con la oficina de Amnistía en su país si van a enviar llamamientos después de la fecha límite.
Nombre y género gramatical preferido: Alaa Abdel Fattah (masculino) y Mohamed el-Baqer (masculino)
Enlace a la AU anterior: https://www.amnesty.org/es/documents/mde12/1141/2019/es/