Martes, 10 de diciembre, 2019
“Esta generación vive en un mundo de creciente desigualdad, inestabilidad económica y austeridad en el que se ha dejado al margen a un gran número de personas”, dijo Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional
- En una encuesta realizada a más de 10.000 jóvenes, el cambio climático fue el más citado entre los principales problemas que afronta el mundo.
- La juventud vive dentro de un “sistema fracasado”, advierte Amnistía Internacional.
- Los y las dirigentes están “traicionando a una generación” si no actúan ya.
“Esta es una llamada de atención a los y las dirigentes del mundo, que deben tomar medidas mucho más decisivas para abordar la emergencia climática si no quieren correr el riesgo de traicionar aún más a las generaciones más jóvenes”.
El cambio climático es uno de los problemas más importantes que afronta el mundo, según una nueva e importante encuesta de jóvenes que ha hecho pública hoy Amnistía Internacional para conmemorar el Día de los Derechos Humanos.
Mientras los gobiernos se reúnen en España en la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU, la organización advierte con la publicación de estas conclusiones de que la inacción de quienes dirigen el mundo ante la crisis del cambio climático los está alejando de la juventud.
“En este año en que la gente joven se ha movilizado en grandes números por el clima, no sorprende que muchas de las personas encuestadas lo considerasen uno de los problemas más importantes que afronta el mundo”, afirmó Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.
“Para la juventud, la crisis climática es uno de los retos que definen nuestra época. Ésta es una llamada de atención a los y las dirigentes del mundo, que deben tomar medidas mucho más decisivas para abordar la emergencia climática si no quieren correr el riesgo de traicionar aún más a las generaciones más jóvenes.”
Ipsos MORI, por encargo de Amnistía Internacional, encuestó a más de 10.000 personas de entre 18 y 25 años —integrantes de lo que se conoce como generación Z— de 22 países para este estudio sobre “El futuro de la humanidad”.
Se les preguntó su opinión sobre la situación actual de los derechos humanos en su país y en el mundo, sobre qué problemas consideraban más importantes y sobre quién creen que tiene la responsabilidad de abordar los abusos contra los derechos humanos.
Se pidió a las personas encuestadas que eligieran un máximo de cinco problemas de una lista de 23 problemas importantes que afronta el mundo. En total, el 41% dijo que el cambio climático era uno de los problemas más importantes que afronta el mundo, lo que lo convirtió en el más citado globalmente, seguido del 36% de personas que eligieron la contaminación y el 31% que seleccionaron el terrorismo.
“Al conmemorar el Día de los Derechos Humanos, hemos de reconocer que la crisis climática será probablemente el problema definitorio para las generaciones más jóvenes”.
El calentamiento global fue también el más citado de los problemas medioambientales más importantes que afronta el mundo (el 57%) de entre una lista de 10, entre ellos la contaminación del mar, la contaminación del aire y la deforestación.
“Al conmemorar el Día de los Derechos Humanos, hemos de reconocer que la crisis climática será probablemente el problema definitorio para las generaciones más jóvenes. El derecho a un medio ambiente sano, que incluye un clima seguro, es primordial para el disfrute de otros muchos derechos. La juventud se ha visto obligada hoy a asumir el liderazgo en la reivindicación de este derecho”, dijo Kumi Naidoo.
La generación Z “vive dentro de un sistema fracasado”
“La crisis climática, la contaminación, la corrupción y unas condiciones de vida difíciles son ventanas por las que se asoma una alarmante verdad sobre cómo las personas poderosas aprovechan su poder para obtener unos beneficios egoístas y, a menudo, a corto plazo”.
Sin embargo, las conclusiones de la encuesta se extienden mucho más allá de la crisis climática, y reflejan las dificultades y preocupaciones cotidianas que afronta la generación Z en sus respectivos países.
En el ámbito nacional, la corrupción fue el problema más citado como uno de los problemas más importantes (por el 36%), seguida de la inestabilidad económica (el 26%), la contaminación (el 26%), la desigualdad de ingresos (el 25%), el cambio climático (el 22%) y la violencia contra las mujeres (el 21%).
“Esta generación vive en un mundo de creciente desigualdad, inestabilidad económica y austeridad en el que se ha dejado al margen a un gran número de personas”, prosiguió Kumi Naidoo.
“Ante todo esto, el mensaje de la gente joven es claro. Vivimos dentro de un sistema fracasado. La crisis climática, la contaminación, la corrupción y unas condiciones de vida difíciles son ventanas por las que se asoma una alarmante verdad sobre cómo las personas poderosas aprovechan su poder para obtener unos beneficios egoístas y, a menudo, a corto plazo.”
Las conclusiones de la encuesta llegan en un momento en el que hay protestas multitudinarias generalizadas en el mundo, desde Argelia hasta Chile, pasando por Hong Kong, Irán, Líbano y Sudán. Muchos de estos movimientos están encabezados en su gran mayoría por personas jóvenes y estudiantes que denuncian, con ira, la corrupción, la desigualdad y los abusos de poder y sufren una represión violenta por hacerlo.
“Amnistía Internacional cree que la gente joven quiere transformaciones sistémicas. Quiere que se haga frente a la emergencia climática, al abuso de poder. Quieren que florezca un futuro totalmente diferente en lugar de las ruinas a las que nos estamos dirigiendo”, dijo Kumi Naidoo.
Llamamiento a favor de un cambio de sistema basado en los derechos humanos
“Si los sucesos de 2019 nos enseñan algo, es que las generaciones más jóvenes merecen un lugar en la mesa en lo que se refiere a las decisiones que las afectan”.
Junto con el cambio climático, una clara mayoría de jóvenes valoran los derechos humanos en general y quieren que sus gobiernos asuman la mayor parte de la responsabilidad de protegerlos, según las conclusiones de la encuesta sobre el “Futuro de la humanidad”.
La mayoría de las personas encuestadas estaba de acuerdo en que:
- la protección de los derechos humanos es fundamental para el futuro de los países incluidos en la encuesta (el 73% de acuerdo y el 11% en desacuerdo);
- los gobiernos deben tomarse el bienestar de su ciudadanía más en serio que el crecimiento económico (el 63% de acuerdo y el 13% en desacuerdo); y
- los derechos humanos deben ser protegidos, incluso si eso tiene repercusiones negativas en la economía (el 60% de acuerdo y el 15% en desacuerdo).
Las conclusiones revelaron también la firme creencia de muchas personas jóvenes de todos los países encuestados en que los gobiernos deben asumir la máxima responsabilidad de garantizar que se cumplen los derechos humanos, pues el 73% de todas las personas encuestadas seleccionó a los gobiernos frente a las personas (el 15%), las empresas (el 6%) y las organizaciones benéficas (el 4%).
Junto con los resultados que muestran que la mayoría de la gente joven cree que votar en las elecciones es un método efectivo para iniciar el cambio en materia de derechos humanos, más que hacer huelga o asistir a una protesta, los resultados no fueron todos malos para los y las dirigentes que están “dispuestos a escuchar”.
“Si los y las dirigentes del mundo están dispuestos a escuchar con atención, se darán cuenta de que la generación Z no está pidiendo pequeños ajustes. La gente joven busca cambios fundamentales en la forma en que funciona el mundo. Si los y las líderes no se toman esto en serio, podrían traicionar a toda una generación”, concluyó Kumi Naidoo.
“Si los sucesos de 2019 nos enseñan algo, es que las generaciones más jóvenes merecen un lugar en la mesa en lo que se refiere a las decisiones que las afectan. Si las voces de quienes están en primera línea no se incluyen en el debate sobre cómo abordamos los desafíos que afronta la humanidad, las crisis que estamos presenciando en el mundo sólo empeorarán.”
“Ante todo, los gobiernos deben empezar la nueva década con medidas significativas para abordar la emergencia climática, reducir la desigualdad e implementar reformas auténticas que acaben con los abusos de poder. Necesitamos cambios sistémicos, basados en los derechos humanos, para los sistemas económicos y políticos que nos han traído hasta el borde del desastre”.