Martes, 04 de junio, 2019
El Consejo de Seguridad de la ONU debe presionar de inmediato a las autoridades militares provisionales para que pongan fin a los ataques contra manifestantes pacíficos, y estudiar sanciones selectivas contra los miembros del Consejo Militar Transitorio y las demás personas implicadas en este ataque
Amnistía Internacional ha instado hoy a la comunidad internacional a estudiar toda forma pacífica de presión —incluida la imposición de sanciones selectivas— contra las autoridades de transición sudanesas, responsables del ataque que han sufrido esta madrugada cientos de manifestantes mientras dormían.
Asimismo, la organización ha pedido el cese inmediato de los ataques contra manifestantes perpetrados por las Fuerzas de Apoyo Rápido y otras tuerzas de seguridad, y que los responsables de esos brutales ataques —que se han se han saldado con 13 muertes— rindan cuentas.
El 3 de junio, alrededor de las cuatro y media de la mañana, las fuerzas armadas, a las órdenes del Consejo Militar Transitorio, atacaron con munición real y gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos en el estado de Jartum, incendiando además sus tiendas de campaña y golpeando a las personas acampadas.
“Muchas de las personas atacadas esta madrugada estaban durmiendo cuando las Fuerzas de Apoyo Rápido y otras fuerzas de seguridad sudanesas desataron un grado de violencia letal. Con esta matanza sin sentido, el Consejo Militar Transitorio ha perdido la confianza del pueblo sudanés y ha hecho añicos sus esperanzas de una nueva época respetuosa con los derechos humanos y con el derecho a protestar sin temor”, ha declarado Sarah Jackson, directora adjunta de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos.
“El Consejo de Seguridad de la ONU debe presionar de inmediato a las autoridades militares provisionales para que pongan fin a los ataques contra manifestantes pacíficos, y estudiar sanciones selectivas contra los miembros del Consejo Militar Transitorio y las demás personas implicadas en este ataque.
“El pueblo sudanés ha sufrido durante decenios el represivo gobierno de Omar al Bashir, cuyo derrocamiento debería haber representado un nuevo capítulo de respeto por los derechos humanos. El baño de sangre de hoy demuestra que las autoridades de transición no hacen absolutamente nada por dejar atrás el terrible expediente de derechos humanos de Sudán, y la comunidad internacional debe tomar medidas de inmediato para dejar claro que no va a tolerar estas acciones.”
Amnistía Internacional ha pedido también al Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana que convoque una reunión de urgencia para abordar la situación del país y garantizar que se respeten los derechos humanos y el derecho de protesta pacífica.
Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de 13 personas, pero la cifra sigue aumentando a medida que otras personas fallecen a causa de las heridas sufridas. Asimismo, el Comité Central de Médicos de Sudán ha informado de que se está atendiendo a más de un centenar de personas por lesiones de diverso tipo. Según la información a la que ha tenido acceso Amnistía Internacional, las fuerzas de seguridad han atacado, en busca de manifestantes heridos, al menos dos hospitales de las inmediaciones de la zona de Jartum donde se celebraba la sentada: el hospital Almoalim y el hospital Royal Care.
Información complementaria
Alrededor de las tres de la madrugada, hora local, la Asociación de Profesionales de Sudán —que dirige la organización de las protestas desde diciembre de 2018— ha advertido de un ataque inminente de las fuerzas de seguridad para disolver la sentada que se celebraba ante el cuartel general del ejército en Jartum, donde los manifestantes llevaban acampados desde el 9 de abril.
Alrededor de las cuatro y media de la madrugada, unos 100 vehículos sin matrícula, cargados de armamento pesado y con cientos de soldados, han aparcado en la zona de la sentada. Al cabo de media hora, las Fuerzas de Apoyo Rápido y otras fuerzas de seguridad han atacado a los manifestantes mientras dormían, utilizando munición real y gases lacrimógenos, incendiando sus tiendas de campaña y propinándoles brutales palizas.
El 30 de mayo, el Consejo Militar Transitorio había emitido una declaración para comunicar que se habían infiltrado “elementos incontrolables” en la sentada y que, por tanto, ésta se había convertido en un foco de criminalidad y un peligro para los propios manifestantes. Ese mismo día, el Consejo escribió a las representaciones diplomáticas para pedir que no se acercaran al lugar de la sentada.
En una entrevista concedida el 3 de junio a Sky News, el teniente general Shams al Din Kabashi, portavoz del Consejo Miliar Transitorio, confirmó que las fuerzas de seguridad habían atacado a “serie de saboteadores” en el cercano barrio de Colombia, junto a la calle Nilo, pero negó cualquier ataque contra la zona de la sentada
Sin embargo, según Nazim Seraj, miembro destacado de un comité civil encargado de atender a los heridos, las fuerzas de seguridad atacaron también a manifestantes en Port Sudan, Gadarif y Sinja. Además, golpearon a manifestantes, a los que robaron sus teléfonos móviles y el dinero antes de dejarlos en libertad.