Viernes, 15 de febrero, 2019
Amnistía Internacional ha registrado también al menos 61 casos de personas a las que se ha impedido recibir visitas familiares durante largos periodos, en algunos casos de hasta dos años, en la prisión de Tora de El Cairo y en la de Borg al Arab de Alejandría. El número total de personas a las que se ha prohibido recibir visitas en estas dos prisiones probablemente sea mucho mayor
Las autoridades egipcias violan flagrantemente el derecho internacional al negar las visitas familiares a decenas de personas presas, ha manifestado Amnistía Internacional hoy. La organización ha examinado un documento oficial que confirma la prohibición indefinida de la visitas familiares en varias partes de los dos principales complejos penitenciarios de El Cairo y Alejandría.
Amnistía Internacional ha registrado también al menos 61 casos de personas a las que se ha impedido recibir visitas familiares durante largos periodos, en algunos casos de hasta dos años, en la prisión de Tora de El Cairo y en la de Borg al Arab de Alejandría. El número total de personas a las que se ha prohibido recibir visitas en estas dos prisiones probablemente sea mucho mayor.
“La restricción arbitraria e ilícita de las visitas familiares en Egipto priva a decenas de personas presas de su derecho a estar en contacto con sus familias y, a menudo, también de la posibilidad de recibir de ellas medicinas, alimentos o ropa durante su reclusión”, ha señalado Najia Bounaim, directora de campañas de Amnistía Internacional para el Norte de África.
“Las autoridades penitenciarias egipcias deben levantar con urgencia la restricción cruel y punitiva de las visitas familiares en Tora y Borg al Arab. Tal restricción viola el derecho internacional y el derecho interno egipcio y tiene efectos perjudiciales en el bienestar psicológico de las personas presas y de sus familiares.”
En el documento oficial que Amnistía Internacional ha visto se enumeran varias partes de los dos complejos penitenciarios donde no se permiten la visitas familiares. Se sabe que estas partes acogen a personas que están en prisión preventiva o que han sido condenadas por expresar sus opiniones políticas o por ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. No se conoce con exactitud el número total de personas afectadas por esta restricción.
Muchas de las personas presas cuyos casos ha registrado Amnistía Internacional llevan meses seguidos sin poder recibir visitas. Algunas llevan hasta dos años sin que se les permita ver a sus familias. Al menos a ocho de ellas se les ha permitido recibir una visita familiar recientemente.
Entre las que llevan años sin que les permitan las visitas familiares figura el ex presidente Mohamed Morsi, que sólo ha tenido tres visitas desde que fue detenido por primera vez hace más de cinco años. La última fue en septiembre y duró sólo 25 minutos. A su hijo y a varios líderes de la Hermandad Musulmana y a sus familias se les niegan también las visitas familiares desde hace años.
Mas recientemente, las autoridades han impedido también recibir visitas familiares a varios activistas encarcelados. Las autoridades han negado recientemente las visitas familiares al abogado de derechos humanos Mohamed Ramadan, el activista político Shady al-Ghazali, el ex víctima de desaparición forzada Islam Khalil y el escritor satírico Shady Abu Zeid. Todos se hallan detenidos en la actualidad por expresarse.
“Los perfiles de las personas contra las que se han tomado estas medidas indican que las autoridades utilizan la restricción de las visitas carcelarias con fines políticos y con objeto de castigar deliberadamente la oposición política y la disidencia”, ha añadido Najia Bounaim.
“Egipto tiene la obligación de dispensar un trato humano a las personas presas que están a su cuidado. No puede haber justificación para negarles el contacto con sus familias durante largos periodos.”
Amnistía Internacional ya ha señalado anteriormente que las autoridades penitenciarias privan con frecuencia a las personas recluidas en régimen de aislamiento de las vistas durante periodos prolongados y no les permiten intimidad alguna en el curso de ellas cuando se las conceden.
Según han contado a Amnistía Internacional personas que han estado presas, incluso cuando les permitían las visitas, a menudo las finalizaban en seguida. En algunos casos duraban alrededor de dos minutos nada más. Varias personas recluidas en las prisiones de Tora y de Borg al Arab han explicado también que no hay ninguna cabina telefónica y que las autoridades penitenciarias no les proporcionan medios para hacer llamadas de teléfono.
En algunos casos, las investigaciones de Amnistía Internacional han determinado que, además de efectos psicológicos, la restricción de las visitas familiares tiene efectos perjudiciales en la salud física de las personas presas, pues muchas de ellas dependen de sus familias para conseguir medicinas y ropa de invierno.
Información complementaria:
De acuerdo con el derecho y las normas internacionales, incluidas las Reglas Mandela, que establecen las normas mínimas para el trato a las personas privadas de libertad, no se debe prohibir el contacto con las familias. Las restricciones impuestas a los medios de contacto con familiares sólo pueden ser temporales y aplicarse únicamente en la medida en que sean estrictamente necesarias para el mantenimiento de la seguridad y el orden.