Lunes, 14 de enero, 2019

“Tras múltiples demoras y una larga espera por los resultados de las elecciones, el ambiente en la RDC está tenso. Las autoridades parecen estar preparándose para aumentar la represión de las protestas, con muchas partes del país bajo una fuerte vigilancia militar y muchos medios de comunicación ya cerrados y amordazados”, ha manifestado Joan Nyanyuki, directora de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos


Mientras la República Democrática del Congo (RDC) se prepara para los resultados, largamente esperados, de las elecciones nacionales, Amnistía Internacional ha advertido de que sobre el país se cierne una crisis de derechos humanos que podría obligar a innumerables personas a huir si las protestas se vuelven violentas. Más de 20.000 personas han huido ya del país desde mediados de diciembre de 2018.

“Tras múltiples demoras y una larga espera por los resultados de las elecciones, el ambiente en la RDC está tenso. Las autoridades parecen estar preparándose para aumentar la represión de las protestas, con muchas partes del país bajo una fuerte vigilancia militar y muchos medios de comunicación ya cerrados y amordazados”, ha manifestado Joan Nyanyuki, directora de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos.

“En los últimos días, la policía de todo el país ha amenazado y advertido a la gente de que no participe en protestas después de que se anuncien los resultados, lo que ha suscitado el temor de que se responda con brutalidad a las manifestaciones contra dichos resultados. El pueblo congolés está en el filo de la navaja.”

Soldados en las calles

En muchas partes de la RDC hay una fuerte presencia militar que contribuye a la tensión del ambiente.

En Lubumbashi y Kisangani, el ejército, la policía y agentes no uniformados de los servicios secretos han montado controles en torno a las ciudades, y las autoridades de Lubumbashi han declarado que la finalidad de esos controles es “impedir” los desórdenes.

En la provincia de Ituri y en Goma, provincia de Kivu septentrional, la policía ha advertido explícitamente a la población de que no se una a protestas tras los resultados electorales. Hay constancia de que el jefe de Policía de Ituri, Henri Kapend, ha advertido a la gente de que la policía ha identificado los domicilios de “agitadores” y se situará en sus puertas para impedirles asistir a las protestas.

El alcalde de Kananga, en la provincia de Kasai-Occidental, emitió una declaración en la radio y TV nacional prohibiendo las reuniones de tres o más personas y amenazando a los “infractores” con serios castigos.

Rumores y detenciones

Los rumores sobre los resultados de las elecciones ya han provocado protestas y un temor generalizado. El 8 de enero, el rumor de que los resultados eran inminentes provocó el cierre casi total de empresas en grandes ciudades, entre ellas Kinshasa, Lubumbashi, Goma y Kananga, pues la gente huyó ante el temor por la violencia.

“Tenemos miedo de lo que sucederá cuando se anuncien los resultados de las elecciones. Hay soldados fuertemente armados por todas partes, como si estuvieran preparándose para ir a la guerra; pero, ¿contra quién?”, Sylvie (nombre ficticio), estudiante de Lubumbashi, dijo a Amnistía Internacional.

El 5 de enero, unos agentes de seguridad de Goma detuvieron a hasta 60 personas que habían salido a la calle en celebración cuando se empezó a propagar el rumor de que había ganado un candidato de la oposición. Ese mismo día, las oficinas de Radio Télévision Debout Kasai (RTDK) en Mbujimayi fueron atacadas por soldados que destruyeron material esencial. Ese ataque se debió a la reunión de simpatizantes de la oposición que celebraban cerca de las oficinas de la RTDK lo que creían que era la victoria de su candidato.

En Beni, 43 personas, entre ellas menores de edad, fueron detenidas entre el 27 de diciembre de 2018 y el 5 de enero de 2019; algunas habían participado en protestas pacíficas. El fiscal militar de Beni dijo a Amnistía Internacional que 15 de esas personas iban a ser acusadas de “participación en un movimiento insurrecto”.

La incertidumbre general se ha visto agravada por la represión ejercida por el gobierno contra los medios de comunicación en el periodo electoral. El 31 de diciembre se interrumpieron los servicios de Internet y SMS, y entre el 4 y el 6 de enero tres periodistas fueron detenidos por retransmitir programas relacionados con las elecciones.

“Las autoridades de la RDC han hecho múltiples intentos de silenciar las voces del pueblo congolés, pero la paz y la estabilidad nunca se lograrán reprimiendo los derechos humanos”, ha manifestado Joan Nyanyuki.

“El pueblo congolés tiene derecho a expresar libremente sus opiniones. La violencia, las detenciones arbitrarias y la censura pueden silenciarlo durante un tiempo, pero a largo plazo este enfoque de mano dura sólo servirá para inflamar las tensiones, y causará aún más sufrimiento en la RDC".

Información complementaria

Tras una demora de dos años, la República Democrática del Congo finalmente celebró elecciones el 30 de diciembre de 2018. Sin embargo, se cancelaron las elecciones presidenciales en Beni, Butembo y Yumbi, y las elecciones legislativas y provinciales se aplazaron hasta marzo de 2019 a causa de las luchas intercomunitarias y del brote de Ébola.

Los tres principales candidatos presidenciales han afirmado su victoria. La comisión electoral del país se ha enfrentado a una presión local, regional e internacional cada vez más intensa para hacer públicos unos resultados electorales que “coincidan con los votos de la población”.

Más de 20.000 personas han huido ya de la RDC desde mediados de diciembre de 2018. Más de 16.000 huyeron a Congo-Brazzaville a causa de los homicidios en masa cometidos en Yumbi, y otras 4.000 han huido a Uganda ante el temor por la violencia postelectoral.