Lunes, 12 de noviembre, 2018
Amnistía Internacional publicó un informe en el que concluía que las autoridades de fronteras estadounidenses violaban de forma habitual el derecho tanto nacional como internacional al rechazar en la frontera a solicitantes de asilo sin registrar ni determinar su solicitud
En respuesta a la orden ejecutiva del presidente Trump que limita los derechos de las personas solicitantes de asilo en la frontera sur, el secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo, ha declarado:
“La orden ejecutiva del presidente Trump es otro intento de destruir la larga tradición de Estados Unidos de garantizar el derecho humano fundamental de solicitar protección frente a la persecución y al temor de perder la vida. El asilo no es un coladero, es un salvavidas. Esta política pone innecesariamente en peligro las vidas de miles de personas. Las leyes estadounidenses disponen que cualquier persona puede solicitar asilo, esté o no en un punto de entrada oficial".
“Detrás de la retórica deshumanizadora de Trump hay madres, padres, hijos e hijas que huyen de situaciones sumamente peligrosas soportando un arriesgado viaje porque no han tenido más remedio que dejar sus hogares".
Margaret Huang, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos, añadió:
“Cuando visité Tornillo, en Texas, pude ver con mis propios ojos el impacto de unas políticas inhumanas e ilegítimas que han traumatizado a las personas que huyen del peligro. Criminalizar a las personas solicitantes de asilo en lugar de compadecerse de ellas ha creado algunas de las políticas más vergonzosas que he visto en este país.
“El discurso de que las personas que piden refugio son una amenaza para la seguridad es una crisis creada por la propia administración Trump y basada en la política del odio y el miedo. Desde 2017, Amnistía viene documentando cómo miles de personas esperan semanas en los puertos de entrada, y otras son rechazadas por los agentes de fronteras de Estados Unidos cuando intentan pedir protección.”