Jueves, 13 de septiembre, 2018

La violencia con armas de fuego está particularmente extendida en las Américas, donde imperan el acceso fácil a las armas de fuego y una regulación insuficiente o una aplicación deficiente de la legislación concebida para combatir las armas de fuego


La violencia con armas de fuego es una tragedia cotidiana que afecta a la vida de las personas en todo el mundo, y en algunos casos afecta de forma desproporcionada a las comunidades de color, las mujeres y otros grupos marginados.

El acceso fácil a las armas de fuego, ya sea legal o ilegal, es uno de los principales motores de la violencia armada en el ámbito comunitario. Los gobiernos deben llevar a cabo reformas legislativas sensatas en materia de armas para poner fin a la violencia y proteger los derechos de las personas. Nadie puede considerar sus derechos humanos garantizados si nuestros gobiernos no hacen nada con respecto a la violencia con armas de fuego.

¿Cuántas personas mueren en el mundo a causa de la violencia con armas de fuego?

  • Más de 500 personas mueren al día a causa de la violencia con armas de fuego.
  • El 44% de todos los homicidios cometidos en el mundo conllevan violencia armada.
  • Entre 2012 y 2016, en el mundo se produjeron 1.040.000 muertes relacionadas con armas de fuego.

La mayoría de las víctimas de la violencia y de quienes la perpetran son hombres jóvenes, pero las mujeres están especialmente expuestas al riesgo de violencia armada dentro de la pareja, y las armas de fuego también pueden contribuir a la violencia sexual.

¿Cómo afecta la violencia con armas de fuego a la vida de las personas?

Se calcula que 2.000 personas resultan heridas a diario por disparos.

En todo el mundo hay al menos 2 millones de personas con heridas causadas por armas de fuego.

Millones de personas más sufren los profundos efectos psicológicos que la violencia con armas de fuego —o su amenaza— les causa a nivel individual, familiar y comunitario en general.

¿Por qué es la violencia con armas de fuego una cuestión de derechos humanos?

La violencia con armas de fuego es un problema de derechos humanos de alcance mundial.

La violencia con armas de fuego puede conducir a la conculcación del derecho más fundamental, el derecho a la vida. Los países tienen la obligación de proteger a la población frente a la violencia con armas de fuego tomando medidas para combatir las amenazas, reales o previsibles, contra sus vidas.

La violencia con armas de fuego afecta a otros derechos humanos al crear una cultura en la que las personas no se sienten seguras, con lo que ven negado su derecho a la seguridad personal. A su vez, ese temor puede socavar el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. Cuando las comunidades están asoladas por una continua violencia armada, los servicios básicos como los de salud y educación pueden verse afectados.

¿Dónde se produce la violencia con armas de fuego?

La violencia con armas de fuego está particularmente extendida en las Américas, donde imperan el acceso fácil a las armas de fuego y una regulación insuficiente o una aplicación deficiente de la legislación concebida para combatir las armas de fuego. En América Latina y el Caribe, este problema se ve acentuado por la corrupción, la delincuencia organizada y el mal funcionamiento de los sistemas de justicia penal.

Porcentaje de asesinatos cometidos con armas de fuego:

72% en Brasil

91,1% en El Salvador

58,9% en Honduras

Estados Unidos constituye un caso anómalo entre los países más ricos y desarrollados. El amplio acceso a las armas de fuego y la laxa normativa dan lugar a que más de 30.000 hombres, mujeres, niños y niñas mueran anualmente por disparos. Las comunidades de color se ven a diario desproporcionadamente afectadas por la violencia con armas de fuego, y las personas afroamericanas tienen 10 veces más posibilidades de morir por disparos que la población estadounidense blanca.

¿Cuántas armas se fabrican al año en el mundo?

Cada año se fabrican en el mundo 8 millones de armas pequeñas nuevas y hasta 15.000 millones de cartuchos de munición.

Se calcula que el mercado de armas pequeñas supone unos ingresos anuales de 8.500 millones de dólares estadounidenses.

¿Qué hace Amnistía en relación con la violencia con armas de fuego?

Nuestro trabajo se ha centrado en las reformas legislativas nacionales sobre las armas y en la prevención de la violencia con armas de fuego, haciendo campaña para que se regulen la posesión y el empleo de armas de fuego y apoyando programas con base empírica de reducción de la violencia en comunidades donde de forma persistente se dan niveles elevados de violencia armada. También trabajamos para poner fin a las exportaciones de armas de fuego a zonas en crisis en las que se corre el riesgo de que las armas se utilicen para cometer violaciones graves del derecho internacional.

Junto con varias organizaciones más, hicimos campaña en favor del Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, que se convirtió en derecho internacional en 2014. Todos los Estados que han ratificado el Tratado deben ajustarse a normas estrictas en materia de transferencias internacionales de armas.

Seguimos haciendo campaña para que se cumplan a escala internacional las disposiciones del Tratado sobre el Comercio de Armas, lo que erradicaría el flujo de armas que propician las violaciones de derechos humanos en los conflictos, las atrocidades y la represión que llevan a cabo los Estados en todo el mundo.

¿Funcionan las reformas legislativas en materia de armas?

Sí, funcionan. Casi todos los Estados regulan de alguna manera la adquisición, la posesión y el empleo de armas de fuego. La mayoría lo hacen mediante la concesión de licencias de uso y el registro de las armas.

Las reformas legislativas sobre las armas funcionan en aquellas partes del mundo donde hay controles estrictos del acceso a las armas de fuego y las normativas en esta materia están bien aplicadas. Así ocurre en gran parte de Europa Occidental, Australia, Nueva Zelanda y algunas partes de Asia. Por ejemplo, Japón, Corea del Sur y Singapur presentan una tasa sumamente baja de violencia con armas de fuego.

¿Qué podemos hacer para poner fin a la violencia con armas de fuego o para reducirla?

Los gobiernos tienen la obligación de proteger el derecho a la vida y, por consiguiente, la responsabilidad de proteger a la población frente a la violencia con armas de fuego. Tenemos que recordárselo exigiendo reformas.

Alzándote y recordando a quienes nos gobiernan su obligación de preservar nuestra seguridad, puedes desempeñar un papel esencial en la labor de campaña y protesta para dejar claro a los gobiernos que una regulación deficiente de la posesión y utilización de las armas de fuego conduce a la violencia: sólo el control estricto de las armas de fuego y las intervenciones efectivas en las comunidades que sufren un alto grado de violencia nos permiten vivir a salvo y sin temor.

 

 

 

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