Viernes, 17 de agosto, 2018
“El preocupante secuestro de Kamal al-Shawish parece ser parte de una siniestra constante de hostigamiento y represión del trabajo de derechos humanos, perpetrada en Yemen por todas las partes en el conflicto”, ha explicado Lynn Maalouf, directora adjunta de Investigación para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional
El grupo armado huzí de Yemen debe revelar la suerte y el paradero de un activista que ha sido secuestrado por dos de sus militantes debido, al parecer, a su trabajo de derechos humanos, ha manifestado Amnistía Internacional.
Kamal al-Shawish, auxiliar de investigación de campo de la Organización de Derechos Humanos Mwatana en la ciudad de Hudaida, fue secuestrado el martes en la calle por dos hombres armados huzíes. Le vendaron los ojos y lo llevaron a un lugar desconocido. Se ignora aún su paradero.
Antes de su secuestro, el activista había documentado violaciones de derechos humanos cometidas contra civiles en Hudaida.
“El preocupante secuestro de Kamal al-Shawish parece ser parte de una siniestra constante de hostigamiento y represión del trabajo de derechos humanos, perpetrada en Yemen por todas las partes en el conflicto”, ha explicado Lynn Maalouf, directora adjunta de Investigación para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“El grupo armado huzí debe revelar su suerte y su paradero y garantizar que esté protegido contra la tortura y los malos tratos a que han sido sometidas otras personas bajo su custodia. Kamal al-Shawish debe ser liberado de inmediato.”
A lo largo del conflicto de Yemen se ha sometido a defensores y defensoras de los derechos humanos y periodistas a hostigamiento, amenazas, palizas, detención arbitraria y desaparición forzada tanto en el territorio del gobierno como en el controlado por los huzíes.
La organización Mwatana ha sufrido de manera especial esta situación, y su director ejecutivo, Abdulrahseed al-Faqih y su presidenta, Radhya al-Mutawakel, estuvieron detenidos brevemente en junio.
No les explicaron el motivo de su detención, pero las fuerzas de seguridad del gobierno yemení responsables de ella les dijeron que tenían prohibido viajar y que estaban detenidos por orden de la coalición dirigida por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Abdulrahseed al-Faqih había sido detenido y sometido a hostigamiento anteriormente en varias ocasiones por su trabajo en favor de los derechos humanos.
Mwatana ha ofrecido inestimables informes, sin ninguna agenda política ni parcialidad y sobre todas las partes en el conflicto, sobre las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias, los derechos de las mujeres y las desapariciones forzadas y otros crímenes de derecho internacional.
“Sin el trabajo de Mwatana, la comunidad internacional no tendría información sobre los efectos y la dinámica de muchos de los problemas de Yemen y le costaría muchísimo entender y responder a uno de los conflictos armados menos documentados del mundo en la actualidad”, ha añadido Lynn Maalouf.
“Las fuerzas huzíes y del gobierno de Yemen deben poner fin a su hostigamiento y sus intimidaciones contra defensores y defensoras de los derechos humanos que no hacen más que ejercer su derecho a la libertad de expresión tratando de informar de lo que está pasando en el país.”