Lunes, 30 de julio, 2018
“Es un alivio inmenso para los seres queridos de Ahed Tamimi, pero su alegría se verá atenuada por la injusticia de su encarcelamiento y por la tristeza de saber que hay todavía muchos otros niños y niñas palestinos en las cárceles israelíes, en gran número de casos a pesar de no haber cometido ningún delito reconocible”, ha explicado Saleh Higazi, director de oficina de Amnistía Internacional en Jerusalén.
La liberación de una activista palestina adolescente encarcelada por el ejército israelí por empujar, abofetear y dar patadas a dos soldados fuertemente armados y que llevaban indumentaria de protección es una buena noticia, pero también un recordatorio de las violaciones de derechos humanos que continúa cometiendo Israel contra niños y niñas palestinos, ha manifestado Amnistía Internacional.
Ahed Tamimi, de 17 años, ha sido puesta en libertad hoy, 21 días antes de completar una condena de ocho meses de prisión que le fue impuesta tras su encarcelamiento injusto por el tribunal militar de Ofer, en el territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania.
“Es un alivio inmenso para los seres queridos de Ahed Tamimi, pero su alegría se verá atenuada por la injusticia de su encarcelamiento y por la tristeza de saber que hay todavía muchos otros niños y niñas palestinos en las cárceles israelíes, en gran número de casos a pesar de no haber cometido ningún delito reconocible”, ha explicado Saleh Higazi, director de oficina de Amnistía Internacional en Jerusalén.
“La liberación de Ahed Tamimi no debe ocultar el hecho de que, como es bien sabido, el ejército israelí continúa haciendo uso de políticas discriminatorias para encerrar a menores palestinos. Su encarcelamiento injusto es un recordatorio de cómo se vale la ocupación israelí de tribunales militares arbitrarios para sancionar a quienes se oponen a ella y a las políticas de ampliación de los asentamientos ilegales, sin importares la edad.”
“Centenares de niños y niñas palestinos continúan soportando las duras condiciones y los abusos del sistema penitenciario israelí, que infringe los principios de justicia de menores y las normas sobre el trato debido a las persona presas”, ha añadido Saleh Higazi.
Ahed Tamimi fue declarada culpable de incitación, agresión con agravantes y obstrucción de la labor de soldados israelís tras hacerse viral en Facebook un vídeo en el que se la veía empujar, abofetear y dar patadas a dos soldados israelíes en su pueblo, Nabi Saleh, el 15 de diciembre de 2017.
La detuvieron el 19 de diciembre de 2017, después de que su madre, Nariman Tamimi, también destacada activista, publicara en Internet las imágenes de su altercado con los soldados israelíes. Nariman Tamimi también ha sido puesta en libertad hoy, tras ser condenada a ocho meses de prisión por cargos similares.
El padre de Ahed Tamimi, Bassam Tamimi, ha dicho a Amnistía Internacional que, a pesar de alegría de su familia por el regreso de Ahed y Nariman a casa, está todavía preocupado por su hijo Wa’ed, a quien detuvieron en mayo. De 22 años, el joven se halla detenido en la prisión militar de Ofer desde que se presentaron cargos contra él por su activismo en contra de la ocupación.
“Mi hijo está todavía en la prisión israelí mientras se continúan los procedimientos judiciales militares contra él, lo cual es un recordatorio de que la ocupación israelí está siempre intentando castigarnos porque nuestra existencia contradice la existencia de la ocupación. Así que pido a los miembros de la comunidad internacional que cumplan con su responsabilidad para con nuestro pueblo y tomen medidas concretas para poner fin a esta injusticia perpetua”, ha afirmado Bassam Tamimi.
“Hoy es un día de alivio, que esperamos que se transforme en felicidad cuando esta ocupación militar brutal salga de nuestra vidas.”
El vídeo grabado por Nariman Tamimi muestra que los soldados, que se encontraban al borde del patio tapiado de la parte delantera de la casa de la familia e iban armados con fusiles de asalto, pudieron evitar las bofetadas y las patadas de Ahed Tamimi con un ligero manotazo.
“Ahed Tamimi ha sido puesta en libertad, pero sólo tras cumplir una condena injusta, basada en la ridícula premisa de que representaba una amenaza para soldados armados y fuertemente protegidos”, ha señalado Saleh Higazi.
“Lo cierto es que fue encarcelada en un intento flagrante de las autoridades israelíes de intimidar a quienes se atreven a oponerse a la represión brutal de las fuerzas de ocupación.”
Todos los años el ejército israelí procesa a centenares de niños y niñas palestinos en tribunales militares, a menudo tras detenerlos en redadas nocturnas y someterlos sistemáticamente a malos tratos, como vendarles los ojos, amenazarlos, someterlos a duros interrogatorios sin la presencia de abogados ni de sus familiares, mantenerlos aislados y, en algunos casos, agredirlos físicamente.
Los tribunales militares procesan a las personas palestinas por infringir órdenes militares, muchas de las cuales penalizan actividades pacíficas, como la expresión política pacífica o la organización y la asistencia a protestas sin autorización previa de un mando militar israelí.
Según organizaciones locales de derechos humanos, actualmente hay unos 350 niños y niñas palestinos en las cárceles y centros de detención israelíes .
“Aunque la libertad de Ahed es una buena noticia, que hace mucho que debía de haberse producido, ha de ir seguida de la liberación delos demás niños y niñas palestinos encarcelados ilegítimamente por los tribunales militares israelíes”, ha añadido Saleh Higazi.
Información general
Ahed se enfrentó a los soldados durante una manifestación organizada en el pueblecito de Nabi Saleh contra la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
El incidente se produjo el mismo día en que su primo de 15 años, Mohammad Tamimi, sufrió graves heridas al ser alcanzado en la cabeza por una bala de goma disparada a corta distancia por un soldado israelí.
Los viernes, Nabi Saleh, situado al noroeste de Ramala, en la Cisjordania ocupada, es desde 2009 escenario habitual de protestas contra la ocupación militar israelí, el robo de sus tierras y la pérdida del suministro de agua de la comunidad.
El ejército israelí suele hacer uso excesivo de la fuerza contra quienes participan en las protestas y contra las personas que se encuentran en sus inmediaciones, y en muchos casos ha causado deliberadamente daños a bienes privados. Desde 2009, los soldados israelíes han matado a tres habitantes de Nabi Saleh, y muchos otros han resultado heridos por disparos con munición real, balas metálicas recubiertas de goma y gas lacrimógeno.