Jueves, 28 de junio, 2018
“Se trata de una sentencia muy esperada que, confiamos, proporcionará salvaguardias muy necesarias para quienes se manifiestan pacíficamente en Rusia, especialmente las resoluciones dirigidas a reducir los arrestos y las detenciones administrativas", declaró Anastasia Kovalevskaya, investigadora de Amnistía Internacional sobre Rusia
En respuesta a la sentencia del Pleno del Tribunal Supremo ruso hecha pública hoy respecto a dar orientación a los tribunales inferiores que atienden casos relativos a reuniones públicas, Anastasia Kovalevskaya, investigadora de Amnistía Internacional sobre Rusia, ha declarado:
“Se trata de una sentencia muy esperada que, confiamos, proporcionará salvaguardias muy necesarias para quienes se manifiestan pacíficamente en Rusia, especialmente las resoluciones dirigidas a reducir los arrestos y las detenciones administrativas. A lo largo del último año y medio, hemos documentado numerosos casos de personas a las que les han negado su derecho fundamental a celebrar reuniones pacíficas.”
“Sin embargo, esta sentencia no significará nada a menos que se aplique de forma efectiva. Y se trata únicamente de una medida a medias, ya que se necesita un trabajo exhaustivo y meticuloso para conformar al derecho y las normas internacionales de derechos humanos la legislación rusa sobre reuniones públicas.”
“Reiteramos nuestro llamamiento a las autoridades rusas para que retiren todas las políticas restrictivas sobre reuniones públicas y dejen de tratar la libertad de reunión como un privilegio que pueden otorgar o denegar a la población rusa.”
Información complementaria
El miércoles 27 de junio, el Pleno del Tribunal Supremo acordó por primera vez proporcionar orientación para los casos administrativos relativos a la libertad de reunión.
La sentencia[1] incluye varias recomendaciones progresistas respecto a los tribunales inferiores, como la de reducir únicamente a casos extraordinarios su capacidad de imponer detenciones administrativas, actualmente muy utilizadas contra personas que se manifiestan pacíficamente.
La sentencia declara que la petición de las autoridades de cambiar la hora y el lugar de las protestas debería ser realista, y la hora y el lugar alternativos deberían servir a su fin legítimo.
También declara que persuadir a la fuerza a empleados y empleadas para que se unan a protestas puede constituir un delito penal.
Otros puntos de la sentencia siguen siendo restrictivos, como la propuesta de que las reuniones en lugares privados sean sometidas a la aprobación de las autoridades y que la existencia de varios piquetes individuales que tengan el mismo mensaje se consideren una reunión pública.
[1] El texto en ruso está disponible públicamente en http://www.supcourt.ru/