Viernes, 13 de abril, 2018
En una carta abierta dirigida a los líderes asistentes a la cumbre, Amnistía Internacional señalaba los problemas más acuciantes que afronta la región, entre ellos las crisis de refugiados en Venezuela y América Central, el discurso retrógrado sobre los derechos humanos, las dificultades de acceso a la justicia y la lucha contra la impunidad
Los líderes regionales deben situar la protección de los derechos humanos en un lugar prioritario de su declaración final ante la VIII Cumbre de las Américas y tomar medidas urgentes para atenerse a dicho compromiso en sus respectivos países; así lo ha afirmado Amnistía Internacional en vísperas de la cumbre que se celebra mañana en Lima (Perú).
“Los derechos humanos en las Américas han experimentado un retroceso alarmante en los últimos años: desde las políticas discriminatorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump hasta la represión violenta de manifestaciones en Honduras y Venezuela”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Ante la creciente demonización de las comunidades en situación de riesgo y los defensores y defensoras de los derechos humanos, los dirigentes regionales tienen la obligación de tomar medidas urgentes para proteger los derechos humanos de toda la población. Dejar de hacerlo en un momento crítico como éste pondría en grave peligro la vida de millones de personas.”
En una carta abierta dirigida a los líderes asistentes a la cumbre, Amnistía Internacional señalaba los problemas más acuciantes que afronta la región, entre ellos las crisis de refugiados en Venezuela y América Central, el discurso retrógrado sobre los derechos humanos, las dificultades de acceso a la justicia y la lucha contra la impunidad.
La organización también señalaba en su carta, entre los retos más acuciantes en la región de las Américas, los problemas relacionados con los derechos de los pueblos indígenas, la igualdad sexual y de género, los ataques contra defensores y defensoras de los derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes.