Martes, 03 de abril, 2018
“Ni la mejor maquinaria de relaciones públicas del mundo podría encubrir el pésimo historial de Arabia Saudí en materia de derechos humanos. Se nos presenta al príncipe heredero como reformista, pero la campaña de represión contra las voces disidentes en su país no ha hecho más que intensificarse desde su nombramiento el pasado junio”, ha afirmado Samah Hadid, directora de Campañas de Amnistía Internacional en Oriente Medio
La agresiva campaña publicitaria emprendida por Arabia Saudí para relanzar su imagen, empañada por una despiadada actuación represiva contra la libertad de expresión y una ofensiva de bombardeos en Yemen, no engaña a nadie; así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional con motivo de la presentación de su satírica campaña publicitaria para decir a las autoridades que no confundan comunicación y derechos humanos.
La campaña lanzada por la organización mundial de derechos humanos cuestiona la ofensiva de relaciones públicas desplegada por el príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammad bin Salman en sus visitas oficiales a Reino Unido y Estados Unidos.
Amnistía Internacional pone en marcha su campaña publicitaria mientras el príncipe heredero continúa engatusando a políticos, altos representantes del sector de defensa, ejecutivos de Hollywood y líderes de Silicon Valley en su gira por Estados Unidos —de costa a costa durante tres semanas—, donde ha recibido los elogios del presidente Donald Trump.
“Ni la mejor maquinaria de relaciones públicas del mundo podría encubrir el pésimo historial de Arabia Saudí en materia de derechos humanos. Se nos presenta al príncipe heredero como reformista, pero la campaña de represión contra las voces disidentes en su país no ha hecho más que intensificarse desde su nombramiento el pasado junio”, ha afirmado Samah Hadid, directora de Campañas de Amnistía Internacional en Oriente Medio.
“Si el príncipe heredero Mohammad bin Salman aspira realmente a ser ‘reformista’, debe poner fin a la represión sistemática de mujeres, minorías y defensores y defensoras de los derechos humanos, ordenar la liberación inmediata e incondicional de todos los presos y presas de conciencia y suspender el uso de la pena de muerte.”
En uno de los anuncios aparece la fotografía de un hombre con los ojos vendados enfrentándose a su ejecución en Arabia Saudí. El texto dice: “Si así es como se imparte justicia en su país, va a necesitar una agencia de comunicación muy, muy buena”.
Otro de los anuncios es una parodia de una oferta de empleo en la que se busca “talento en relaciones públicas con capacidad de desviar la atención mundial de la persecución implacable de activistas de derechos humanos, la tortura en las cárceles, los castigos corporales y la masacre de civiles en Yemen que comete Arabia Saudí, nuestro mejor cliente”.
Samah Hadid ha dicho: “Arabia Saudí pretende que el mundo se fije en sus donaciones de ayuda humanitaria a Yemen, pero lo cierto es que la coalición que lidera está cometiendo graves violaciones del derecho internacional bombardeando escuelas, hospitales y viviendas civiles, y con ello agravando una de las mayores crisis humanitarias del mundo”.