El 7 de marzo de 2018 se impidió que Gui Minhai se reuniera con personal médico sueco, según un comunicado hecho público al día siguiente por la ministra sueca de Asuntos Exteriores, Margot Wallström. La ministra calificó de “inaceptable” esta acción por parte de China y afirmó que infringía las garantías previas de que se permitiría que profesionales médicos suecos vieran a Gui Minhai.

En un movimiento sin apenas precedentes, el Ministerio de Seguridad Pública chino había organizado el 9 de febrero una comparecencia de Gui Minhai ante periodistas de medios de comunicación de China continental, Hong Kong y Taiwán en el centro de detención de Ningbo, provincia de Zhejiang (China oriental), donde actualmente se encuentra detenido el librero.

Ante las cámaras, y con dos agentes de la policía china a sus espaldas, Gui Minhai declaró que miembros del personal diplomático sueco lo habían convencido para que viajara a la capital de China, y acusó al gobierno sueco de utilizarlo a modo de “pieza de ajedrez” para causar problemas en Pekín. Una vez concluida la entrevista, que duró 20 minutos, el Ministerio de Seguridad Pública hizo público un comunicado en el que manifestaba que las autoridades habían impuesto medidas coercitivas a Gui Minhai por considerarlo sospechoso de filtrar secretos de Estado a países extranjeros.

El 20 de enero de 2018, Gui Minhai se dirigía en tren de Ningbo a Pekín acompañado por dos diplomáticos suecos, cuando de repente se lo llevaron unos diez agentes vestidos de civil. Se dirigía a Pekín para solicitar que le diagnosticaran formalmente lo que se cree que es ELA, una enfermedad neurológica conocida también como enfermedad de Lou Gehrig, para la cual necesita tratamiento médico urgente. Según su hija, debido a esta enfermedad no tiene ya control sobre los dedos de la mano izquierda. Además, tiene problemas en la mano derecha y camina con dificultad.

Escriban inmediatamente en inglés, en chino o en su propio idioma, pidiendo a las autoridades que:

- Pongan en libertad de inmediato y sin condiciones a Gui Minhai y retiren los cargos contra él, salvo que haya suficientes pruebas creíbles y admisibles de que ha cometido un delito reconocido internacionalmente y se le garantice un juicio justo con arreglo a las normas internacionales;

- Garanticen que Gui Minhai puede acceder con prontitud, regularmente y sin limitaciones a atención médica cuando lo solicite o cuando sea necesario;

- Garanticen que Gui Minhai puede acceder sin restricciones a los agentes consulares, a un abogado de su elección y a sus familiares.

Envíen llamamientos antes del 25 de abril de 2018 a:

A Gui Minhai, ciudadano sueco y ex director de una gran empresa editorial en lengua china en Hong Kong, conocida por publicar libros que sacaban a la luz escándalos políticos de dirigentes chinos, se le ha negado el acceso a abogados y agentes consulares.

Su caso atrajo la atención internacional la primera vez que desapareció, el 17 de octubre de 2015 en Tailandia, más o menos al mismo tiempo que tres compañeros de su empresa. A otro de sus socios, Lee Bo, se lo llevaron de Hong Kong el 30 de diciembre de 2015. En enero de 2016, Gui Minhai reapareció en la televisión pública china, donde ofreció una coreografiada “confesión” televisiva sobre un presunto incidente de tráfico que se había producido en 2003. Muchas personas consideran que acusarlo de conducir ebrio no fue más que un pretexto para detenerlo y cerrar su negocio editorial.

En octubre de 2017, Gui Minhai fue “puesto en libertad” tras haber “cumplido la condena impuesta por un delito de tráfico”, según el Ministerio de Asuntos Exteriores chino. Sin embargo, su hija ha expresado que teme que Gui Minhai siga bajo control y vigilancia estatales tras su presunta liberación.

Los negocios que Gui Minhai dirigía, Mighty Current Media y la librería Causeway Bay Bookstore, eran conocidos por vender libros sobre escándalos políticos y dirigentes chinos, que están prohibidos en China continental pero son populares entre los turistas venidos de allí que visitan Hong Kong. La detención y la desaparición de Gui Minhai y de los demás empresarios editoriales tuvo un efecto paralizador en el ámbito de la libertad de expresión y edición de Hong Kong y del mundo de habla china.

La detención de Gui Minhai ha vuelto una vez más a plantear graves motivos de preocupación en la comunidad internacional. La ministra de Asuntos Exteriores sueca, Margot Wallström, emitió un comunicado en el que pedía “que nuestro conciudadano sea puesto en libertad de inmediato, y que se le dé la oportunidad de entrevistarse con personal diplomático y médico sueco”. El Servicio Europeo de Acción Exterior reiteró que Suecia esperaba que Gui Minhai quedara en libertad, y pidió a las autoridades chinas que el editor “[...] se reúna con su familia y reciba apoyo consultar y médico con arreglo a sus derechos”. Estados Unidos pidió a las autoridades chinas que “expliquen los motivos y el fundamento jurídico de la detención y reclusión del señor Gui, den a conocer su paradero y le den libertad para circular y salir de China”.

Índice: ASA 17/8057/2018