Miércoles, 14 de marzo, 2018
“La pena de muerte es siempre una violación de derechos humanos, pero las condenas a muerte preceptivas hacen su uso aún más terrible. Estas leyes niegan a los tribunales la capacidad de tener en cuenta las circunstancias del delito o del acusado", declaró James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sureste Asiático y Oceanía
Las autoridades de Singapur deben detener de inmediato la ejecución inminente de un hombre que ha sido condenado a muerte en virtud de las crueles leyes antinarcóticos del país. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
A la familia de Hishamrudin Bin Mohd le dijeron esta semana que su ejecución está programada para el viernes 16 de marzo. Hishamrudin Bin Mohd fue condenado a la pena de muerte preceptiva por posesión de casi 35 gramos de diamorfina para traficar con ella en 2016.
“Esta ejecución debe detenerse de inmediato. Las autoridades de Singapur sólo disponen de dos días para hacer lo correcto y garantizar que no se pierde otra vida más a causa de sus crueles leyes antinarcóticos”, ha manifestado James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sureste Asiático y Oceanía.
“La pena de muerte es siempre una violación de derechos humanos, pero las condenas a muerte preceptivas hacen su uso aún más terrible. Estas leyes niegan a los tribunales la capacidad de tener en cuenta las circunstancias del delito o del acusado.”
Tanto el uso de la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas como la imposición de condenas a muerte preceptivas contravienen el derecho y las normas internacionales.
El Tribunal de Apelación escuchará mañana, jueves 15 de marzo, una apelación de última hora que pide que se suspenda la ejecución de Hishamrudin Bin Mohd.
“Hishamrudin Bin Mohd ha planteado serios motivos de preocupación respecto a las pruebas sobre cuya base fue declarado culpable, así como sobre la imparcialidad de su juicio y su apelación, al tiempo que ha afirmado ser inocente. La vista de mañana representa una última oportunidad para detener su ejecución: una oportunidad que no se puede perder”, ha declarado James Gomez.
“Resulta sumamente preocupante que, tan sólo la semana pasada, Singapur enviara a la horca a otra persona declarada culpable de un delito de drogas. Singapur debe dictar de inmediato una moratoria sobre la aplicación de la pena de muerte con vistas a su abolición final. Esta pena cruel e irreversible no tiene cabida en ninguna sociedad, como han reconocido ya más de dos tercios de los países del mundo.”
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. A día de hoy, 106 países han abolido la pena de muerte para todos los delitos, y más de dos tercios de los países del mundo son abolicionistas en la ley o la práctica.
Información complementaria
El 9 de marzo de 2018, un ciudadano de Ghana fue ejecutado en Singapur tras haber sido condenado a la pena de muerte preceptiva en julio de 2016 por importar 1.634,9 gramos de metanfetamina.
Para actuar con el fin de detener la ejecución de Hishamrudin Bin Mohd, hagan clic aquí.
Si desean información general sobre la pena de muerte en Singapur, consulten el informe publicado recientemente por Amnistía Internacional Cooperate or die: Singapore’s flawed reforms to the mandatory death penalty.