Miércoles, 14 de febrero, 2018
“Nos preocupa enormemente el crítico estado de salud de Arash Sadeghi a causa de su protesta por el trato cruel e ilegal que las autoridades iraníes están dando a su esposa. Su organismo ya se encontraba debilitado por huelgas de hambre anteriores, y esta protesta podría poner en peligro su vida”, manifestó Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el norte de África
Las autoridades iraníes deben poner en libertad inmediata e incondicional a las activistas de derechos humanos Atena Daemi, Golrokh Ebrahimi Iraee y al esposo de ésta, Arash Sadeghi. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional ante los informes de que los tres han iniciado una huelga de hambre para protestar por el traslado ilegal de Atena Daemi y Golrokh Ebrahimi Iraee a la peligrosa prisión de Shahr e Rey, en Varamin, a las afueras de Teherán.
La prisión de Shahr e Rey (conocida también como Gharchak) es una granja avícola en desuso que alberga a varios centenares de mujeres condenadas por delitos violentos y que permanecen recluidas en condiciones insalubres y de hacinamiento, sin acceso a agua potable segura, comida decente, medicinas y aire fresco. La información procedente del centro penitenciario señala altos niveles de agresión contra las reclusas por parte tanto de otras reclusas como de personal penitenciario, así como un consumo de drogas descontrolado y una proliferación de enfermedades infecciosas.
“Las terribles condiciones de la prisión de Shahr e Rey ponen a Golrokh Ebrahimi Iraee y Atena Daemi —ambas encarceladas indebidamente por su activismo pacífico de derechos humanos— en grave peligro de sufrir agresiones o violencia o verse expuestas a enfermedades infecciosas, además de vivir en unas condiciones insalubres y de hacinamiento. Tememos seriamente por su seguridad y su bienestar. Nadie debería ser encarcelado en unas condiciones tan atroces”, ha manifestado Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el norte de África.
Las autoridades iraníes han eludido sistemáticamente abordar los motivos de preocupación respecto al trato inhumano que sufren las mujeres recluidas en la prisión de Shahr e Rey. En lugar de eso, han amenazado con frecuencia a las presas de conciencia que hablan abiertamente con trasladarlas a la prisión de Shahr e Rey, y en algunos casos han cumplido su amenaza.
Golrokh Ebrahimi Iraee y Atena Daemi fueron trasladadas desde la prisión de Evin, en Teherán, a Shahr e Rey el 24 de enero. Ambas han afirmado que algunos guardias penitenciarios varones las agredieron física y verbalmente, con insultos sexuales, patadas y puñetazos, entre otras cosas, cuando protestaron porque su traslado era ilegal y violaba la propia normativa iraní sobre la separación de las diferentes categorías de reclusos y reclusas. Desde entonces, las dos están en huelga de hambre.
El esposo de Golrokh Ebrahimi Iraee, Arash Sadeghi, también activista de derechos humanos y preso de conciencia, lleva en huelga de hambre desde el 27 de enero. Exige el regreso de su esposa y Atena Daemi a la prisión de Evin, hasta que sean liberadas.
“Nos preocupa enormemente el crítico estado de salud de Arash Sadeghi a causa de su protesta por el trato cruel e ilegal que las autoridades iraníes están dando a su esposa. Su organismo ya se encontraba debilitado por huelgas de hambre anteriores, y esta protesta podría poner en peligro su vida”, ha señalado Magdalena Mughrabi.
“Este incidente demuestra además el espantoso entorno de quienes se atreven a defender los derechos humanos en Irán, donde las autoridades criminalizan cualquier forma de disidencia o activismo pacífico. Arash Sadeghi, Golrokh Ebrahimi Iraee y Atena Daemi son preso y presas de conciencia que han dedicado valientemente su vida a construir una sociedad más humana y más justa. Es terrible que se los castigue tan cruelmente por su firme compromiso para con los derechos humanos. Deben ser puestos en libertad inmediata e incondicional.”
Información complementaria
Golrokh Ebrahimi Iraee cumple una pena de tres años de prisión por escribir una historia de ficción, no publicada, sobre la práctica de ejecutar a mujeres por lapidación por adulterio.
Atena Daemi cumple una pena de siete años de prisión por activismo pacífico; entre otros, se le impusieron cargos relacionados con la distribución de folletos contra la pena de muerte y publicaciones en Facebook y Twitter en las que criticaba el historial de ejecuciones de Irán.
Es la segunda vez que Arash Sadeghi se pone en huelga de hambre para defender a su esposa. Ya mantuvo una larga huelga de hambre en octubre de 2016, cuando su esposa fue encarcelada por primera vez. Los médicos han avisado repetidamente que necesita una hospitalización prolongada para recibir tratamiento por el deterioro de sus problemas de salud, que le impiden comer alimentos sólidos y le han provocado graves complicaciones digestivas, renales y respiratorias, hemorragia abdominal y arritmia cardiaca. Sin embargo, las autoridades han bloqueado intencionadamente su traslado a un hospital, para atormentarlo y castigarlo. Amnistía Internacional ya ha manifestado anteriormente que esta práctica abusiva constituye tortura en estas circunstancias.
Amnistía Internacional lanzó una campaña en septiembre de 2017 para instar a las autoridades iraníes a poner fin a su represión contra las personas que defienden los derechos humanos, y a permitir que estas personas trabajen en un entorno seguro sin miedo a sufrir persecución.