Martes, 06 de junio, 2023
Rojas, Mildred

Habitantes de la zona sur de Maracay agregan la falta de políticas públicas en cuanto a prevención, limpieza y dragado de ríos llenos de sedimentos y basura, plásticos, ejecución de los proyectos de saneamiento del Lago de Valencia


El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972. El año 2023 a través de la campaña #SinContaminaciónPorPlásticos hace un llamado a la ciudadana para que tomen acciones de manera colectiva para impulsar a los gobiernos y empresas a implementar medidas concretas contra la contaminación por plástico. El año pasado 175 países aprobaron una resolución importante en materia de medio ambiente para acabar con la contaminación por plásticos y forjar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para que las futuras generaciones puedan vivir con el plástico y no estén condenados por él.

El plástico se fabrica predominantemente a partir del petróleo, un combustible fósil, mientras más plástico fabricamos, más combustible fósil se necesita y más intensificamos la crisis climática porque estos productos generan emisiones de gases de efecto invernadero. Si no se toman medidas para controlar el ciclo de fabricación del plástico, estas emisiones contaminantes podrían representar el 19% del total de emisiones permitidas por el Acuerdo de París en 2040, para limitar el calentamiento a 1,5ºC. Cada año llegan a los océanos unos 11 millones de toneladas de residuos plásticos, afectando más de 800 especies marinas y costeras por ingestión, enredo y otros peligros, cifra que podría triplicarse de aquí a 2040.

Todos los seres humanos dependen del medio ambiente en el que viven, por lo que es importante reconocer los vínculos entre los derechos humanos y el medio ambiente. Un entorno seguro, limpio, saludable y sostenible es indispensable para el pleno disfrute de los derechos humanos, como el derecho a la vida, la salud, la alimentación, el agua y saneamiento. La ausencia de un medio ambiente saludable nos limita realizar nuestras aspiraciones y acceder a los criterios mínimos de dignidad humana, tal es el caso de los habitantes de las comunidades del Sur de Maracay Estado Aragua Venezuela, quienes cohabitan con aguas residuales, ríos de aguas residuales, enfermedades de piel y tipo respiratorias, viviendas deterioradas y húmedas por los efectos del nivel freático a consecuencia de la crecida de las aguas del Lago de Valencia, desde los años 1990, agudizándose considerablemente en los últimos quince años.   

El mandato relativo a los derechos humanos y el medio ambiente, creado en marzo de 2012 y prorrogado en 2018, examina las obligaciones en materia de derechos humanos en la medida en que estos se vinculan a la existencia de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible. El mandato también promueve las prácticas idóneas relativas a la aplicación de los derechos humanos en la formulación de políticas medioambientales. Las consecuencias del cambio climático son cada vez más evidentes, a través del aumento de la intensidad y gravedad de las sequías, la escasez de agua, los incendios forestales, la subida del nivel del mar, las inundaciones, el deshielo de los polos, las tormentas catastróficas y la disminución de la biodiversidad.

 

Situación del Lago de Valencia

A todas esas consecuencias del cambio climático, los habitantes de la zona sur de Maracay agregan la falta de políticas públicas en cuanto a prevención, limpieza y dragado de ríos llenos de sedimentos y basura, plásticos, ejecución de los proyectos de saneamiento del Lago de Valencia, entre otros, los cuales los mantienen en zozobra en los periodos de lluvias debido a que sufren constantes anegaciones e inundaciones perdiendo sus viviendas y enseres, sin ser resarcidos por parte del Estado.    

Cabe destacar que desde el año 2006 los residentes de estas comunidades esperan que el Estado venezolano acate y de cumplimento a la sentencia 1.632 emanada del Tribunal Supremo de Justica, ratificada en el año 2007, la cual ordena la indemnización y reubicación de las familias allí asentadas. Bajo este marco de referencia, han transcurrido 17 años sin solución definitiva a esta flagrante violación del derecho humano al agua y saneamiento, a una vivienda digna, a la salud y a un ambiente sano, entre otros, particularmente en   la región central de Venezuela.

Es imperativo destacar que la solución es de largo aliento y carácter integral, por lo que acometer obras de saneamiento debe involucrar la NO presencia de familias en el sector a fin de reducir la presión social y el concomitante riesgo que están sometidos desde el punto de vista sanitario y lo que representan los muros construidos que cada vez elevan sus alturas de manera casi improvisada y probablemente puedan colapsar de un momento a otro no solo por la carga hidráulica a que están sometidos sino  porque también son asiento de una falla tectónica y cualquier evento de considerable magnitud puede lograr que se fracturen causando daños considerables, incluso la pérdida de vidas humanas.

 

Fuentes:

ONU Día Mundial del Medio Ambiente

https://www.un.org/es/observances/environment-day

https://www.worldenvironmentday.global/es

Ing. Jesus Castillo ONG Agua Sin Fronteras

https://www.proiuris.org/?p=7391

Derechos Humanos y Ambiente

https://www.google.com/search?hl=es-VE&gbv=2&q=10+derechos+del+medio+ambiente&sa=X&ved=2ahUKEwjX3o6z-qz_AhXOZTABHVKTDtgQ1QJ6BAgHEAI