Martes, 13 de septiembre, 2022
Pérez, Johny

La ONG pudo documentar que las enfermedades respiratorias, estomacales, desnutrición, malaria y enfermedades de la piel persisten en miembros de estas comunidades


La realidad de las comunidades indígenas en Venezuela sigue siendo un foco de preocupación desde la perspectiva de derechos humanos, en vista que los principales problemas que aquejan a estos pueblos aún no reciben una respuesta por parte del Estado venezolano, a pesar de que diferentes organizaciones han denunciado la situación en los últimos años.

“Existe violación de derechos humanos en cuanto a su cultura, tierras y discriminaciones”, sostiene Armando Obdola, director de la A.C. Kapé Kapé, durante entrevista con Amnistía Internacional Venezuela.

La ONG ha seguido de cerca la situación al fundarse en el estado Bolívar el 28 de julio de 2005, con el propósito de defender y proteger los derechos de los pueblos y comunidades indígenas.

Derecho a la educación comprometido

Recientemente la ONG publicó el Informe de Violación de Derechos Humanos en Comunidades Indígenas, que recoge datos de la situación en el primer semestre del año en curso, donde el derecho a la educación de estas comunidades se está viendo afectado por la crisis que enfrenta el país.

“El retorno a clases programado para el año 2021/2022, se fue realizando de modo progresivo en los centros educativos del país; no obstante, a diferencia del 2021 donde el principal motivo de inasistencia fue el “tener que trabajar”, en esta oportunidad la primera razón de inasistencia escolar fue la ausencia de maestros”, señaló Obdola.

La investigación de Kapé Kapé sostiene que esto está ocurriendo por el progresivo déficit de docentes en las escuelas a nivel nacional, debido a bajos salarios percibidos por estos profesionales, quienes se han visto en la necesidad de dedicarse a otras actividades o bien  irse del país en busca de mejores oportunidades.

Además, los investigadores se encontraron con un hallazgo importante y “es la falta de escuelas como denominador común en los tres estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro”.

Desempleo galopante

Otro hallazgo importante que Kapé Kapé pudo documentar fue el desempleo al que se enfrentan estas comunidades, situación a la que no escapa el resto del país.

“Respecto al empleo, el estado Bolívar si presentó una condición de empleo crítica comparativamente con los estados mencionados teniendo un 55% de hogares donde ninguna persona trabaja”, subrayó.

Asimismo, agregó que “los trabajadores de estas comunidades, la mitad o un poco más no cuentan con condiciones características del trabajo formal como el contrato de trabajo y los beneficios otorgados por la LOTTT. De este modo, la primacía del empleo informal en estas comunidades dificulta aún más las posibilidades de superar la pobreza, así como las posibilidades de un mayor desarrollo profesional”.

“En el aspecto relacionado con los problemas sociales y ambientales es preciso destacar en los primeros la consolidación de problemas como el desempleo, la desnutrición, y la minería ilegal; sin embargo, un problema que representó un hallazgo que ya venía siendo emergente en el 2021 es la presencia del consumo de alcohol y drogas en los tres estados”,  subrayó con preocupación.

Enfermedades persisten

La ONG también pudo observar que las enfermedades respiratorias, estomacales, desnutrición, malaria y enfermedades de la piel persisten en miembros de estas comunidades.

“Siendo las enfermedades respiratorias, junto a la malaria, las más frecuentes en adultos. En niños, las de la piel y la desnutrición”, destacó el defensor de derechos humanos.

Minería ilegal y cambio climático

Aparte de lo ya descrito, uno de los principales problemas que enfrentan estás comunidades es la minería ilegal, asunto que ha sido claramente denunciado por organizaciones civiles nacionales e internacionales, sobre todo por la situación en el Arco Minero.

“La minería ilegal es uno de los problemas más fuertes que aquejan a las comunidades indígenas, siendo un factor generador de otros fenómenos como la guerrilla, problemas de territorio entre los grupos ilegales armados y los pueblos originarios, la existencia de un mundo propio manejado bajo sus propias reglas por parte de los mineros”, denunció.

También, el defensor sostiene que “el impacto de la crisis climática global llegó más temprano de lo presagiado por expertos ambientales”. 

Los pueblos indígenas son  de  los primeros en experimentar los efectos directos del cambio climático, aunque contribuyen poco a las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Obdola.

Sobre esto, aseguró  que los conocimientos y sabidurías ancestrales de la población indígena minimizan los embates de las sequias e inundaciones y otras condiciones extremas en un “escenario acelerado y rapaz de cambio climático”.

Bajo este contexto, las comunidades se ven afectadas directamente por la destrucción ambiental, producida por prácticas como la deforestación, la degradación del suelo y la contaminación originada por la minería y la extracción de otros recursos naturales.

Kapé Kapé y su noble labor 

La organización ha sido capaz de dar su aporte a estas comunidades a través de tres ejes fundamentales, uno de ellos es la investigación, con el propósito informar y crear conciencia sobre las libertades y derechos de los pueblos indígenas venezolanos.

También están enfocados en proyectos con el fin de mejorar  la calidad de vida de las comunidades indígenas y, a su vez, ejecutan una labor humanitaria dirigida a las áreas de seguridad alimentaria, nutrición, salud, recreación y deporte.

“Nuestra visión es consolidarnos como la organización líder en materia de cultura, democracia, la resolución no violenta de los conflictos y la identificación de mecanismos de defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas en el contexto nacional e internacional”, señaló.

La organización, con sus informes semestrales o anuales, le está dando visibilidad a la precaria realidad de los pueblos indígenas venezolanos.

“La formación es primordial, tratamos de llevarles capacitaciones en materia legal y de derechos a nuestros hermanos para que puedan defenderse y permanecer con sus valores y cultura en el mundo occidental”, destaca. 

A juicio de Obdola es un gran compromiso dirigir una organización de este calibre. “Implica responsabilidad, perseverancia, transparencia y honestidad, además de luchar por los hermanos indígenas y buscar soluciones para mejorar las condiciones de vida”.

“El mayor reto es trabajar con rigor científico, que cada una de nuestras comunicaciones o posturas estén soportadas con hechos, veracidad y contraste. En un país dominado por las monofuentes, cuando una organización que defiende los derechos indígenas publica un hecho es porque es confiable. Además de evitar las persecuciones políticas, trabajar en alianza con algunos alcaldes y gobernadores, ganándonos nuestro espacio reconocido por las comunidades indígenas y los mismos actores oficialistas”, sostuvo.

A pesar del panorama complejo que vive el país, la organización tiene planes para desarrollar proyectos orientados a la construcción de la paz y profundizar en temas que tengan que ver con los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) y la inclusión.

Recomendaciones para el Estado venezolano

Ante la situación que vienen enfrentando las comunidades indígenas, el director de Kapé Kapé le hace un llamado al Estado Venezolano: “Principalmente, recomendamos que lo más importante es hacer justicia a los pueblos indígenas con los cuales está en deuda. Y en otro aspecto, empoderar a los indígenas en materia de leyes para que puedan defender a sus comunidades”, concluyó.