No puede quedar en el olvido, quien durante 67 años dedicó su vida al servicio de la humanidad. Nelson Mandela fue un abogado defensor de los derechos humanos. Fue un preso político, encarcelado por su conciencia, pasó 27 años en la cárcel viviendo en condiciones precarias, sólo podía recibir una visita y una carta cada seis meses.

Recordemos otra de sus frases memorables: “Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo.”

Logró salir en libertad gracias a diversos organismos internacionales y también por ser conocido como una figura mundial de la lucha contra el racismo. No se hundió en la amargura, ni perdió el interés o el ánimo por su lucha, al contrario, salió más fortalecido y dedicó su gran energía a hacer realidad su ideal de una Sudáfrica pacífica, multiétnica y democrática. Con esta frase demuestra la firmeza de sus ideales: “Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás.”

Posterior a su liberación logró el premio Nobel a la Paz gracias a la lucha por la justicia social y los derechos humanos, también fue elegido como el primer presidente electo democráticamente de una Sudáfrica libre. Durante su período presidencial, consiguió la reconciliación nacional de su país, dándole voz a todas las víctimas por los crímenes acaecidos en el sistema apartheid.

En noviembre de 2006, Amnistía Internacional nombró a Nelson Mandela Embajador de Conciencia como reconocimiento por sus numerosos años de labor de denuncia de los abusos contra los derechos humanos, no sólo en Sudáfrica, sino en todo el mundo.

Al aceptar el galardón, Nelson Mandela dijo: “Al igual que Amnistía Internacional, llevo muchos años luchando por la justicia y los derechos humanos. Ya me he retirado de la vida pública. Pero mientras persistan la injusticia y la desigualdad en nuestro mundo, ninguno de nosotros puede descansar de verdad. Debemos ser aún más fuertes”.

También dijo: “Deseo que este premio pueda ayudar a los activistas de todo el mundo a hacer brillar la vela de la esperanza para las personas olvidadas presas de la pobreza. Como la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es un estado natural. Son las personas las que han generado y tolerado la pobreza y son las personas también las que la superarán”.

El movimiento universal de derechos humanos mantiene una enorme gratitud con Nelson Mandela. Por esta razón es necesario y merecido seguir conmemorando su vida con acciones para mejorar nuestro mundo. Hagamos que su legado, entrega y lucha por los derechos humanos trascienda de generación en generación.

Que su ejemplo de vida sea nuestra inspiración, que sus palabras sabias y llenas de justicia sigan siendo utilizadas para motivar a millones de personas a trabajar por la defensa y promoción de los derechos humanos con la firme convicción de que un mundo más justo es posible.

“Siempre parece imposible hasta que se hace”, Nelson Mandela.