Viernes, 30 de julio, 2021
Buada Blondell , Gabriela
Hoy se conmemora el Día Contra la Trata de Personas y nuevamente se hace un llamado a los Estados en cuanto a la información y prevención de este delito
Al hablar de trata de personas se hace necesario saber que escuchar y aprender de los supervivientes, familiares de las víctimas y organizaciones no gubernamentales expertas en el tema nos llevará a actuar frente al papel crucial que debe desempeñar la ciudadanía en pleno para educar, prevenir y exigir sanciones ante quienes cometen este delito.
El papel que desempeñan los periodistas, investigadores, funcionarios gubernamentales, actores humanitarios, entre otros sigue siendo fundamental, pero de ahí la importancia de la perspectiva de derechos humanos que debe tener la persona para atender a las víctimas.
Es común saber de víctimas que al solicitar ayuda, se han encontrado envueltas en malentendidos o incomprendidas por la falta de conocimiento del tema. Han sufrido experiencias traumáticas al relatar lo sucedido, tras los rescates, durante las entrevistas, y al momento de realizar las denuncias. Muchas víctimas siguen siendo revictimizadas, estigmatizadas o no han recibido el apoyo suficiente. Sobre todo, las mujeres trans, ya que en estos casos es más bien visto como castigo que estas mujeres vivan los horrores de la esclavitud sexual, prostitución forzada, malos tratos, entre otros.
Este delito es una realidad actual pero sigue siendo un secreto a voces. También, se debe mencionar que muchos periodistas son acosados y perseguidos solo por visibilizar estos casos.
Trata nunca más
La trata de personas es un fenómeno muy antiguo que atenta contra los derechos humanos. Desde hace cientos de años, mujeres y niñas han sido separadas de sus lugares de origen y comerciadas como mano de obra, servidumbre y/o como objetos sexuales.
Todavía es usual escuchar en medios de comunicación o en la opinión pública referirse a este delito con el término “trata de blanca”. Sin embargo, este no solo fue desechado por completo porque invisibilizaba a millones de personas porque solo hacía referencia a los riesgos de esclavitud en medio de la movilidad y comercio de mujeres blancas, europeas y americanas, sino que se utilizaba para hablar de temas de prostitución y de alguna manera banalizar el delito.
Después de la Segunda Guerra Mundial, y gracias al aumento de la migración femenina, se hizo evidente que el fenómeno de la trata, lejos de haber desaparecido, se había extendido por todo el mundo y adquirido diversas modalidades. Así, el término “trata de blancas” quedó en desuso por no corresponder ya a las realidades de desplazamiento y comercio de personas, y tampoco a la naturaleza y dimensiones de los abusos inherentes a dicho fenómeno.
En la actualidad, el problema de la trata de personas es mundial y se estima que cobra unas 800,000 víctimas por año.
¿Qué pasa en Venezuela?
En Venezuela, la migración forzada es una realidad y las cifras de quienes huyen están en más de 4 millones, según datos de los gobiernos receptores, lo que representa una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo en tiempos recientes. Durante la pandemia los riesgos de ser víctimas de trata se acentuaron y los venezolanos se encontraban en el ojo del huracán debido al contexto social, la emergencia humanitaria y la crisis de derechos humanos.
En la actualidad, el problema de la trata de personas es mundial y se estima que cobra unas 800,000 víctimas por año. En Venezuela, la migración forzada es una realidad y las cifras son de más de 4 millones, según datos de los gobiernos receptores, lo que representa una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo en tiempos recientes.
Las constantes denuncias de redes de tráfico sexual que operan entre Venezuela y Trinidad y Tobago se han publicado en medios de comunicación. Mujeres, niñas y adolescentes que son llevadas ilegalmente con engaños al país insular salen atendiendo promesas de empleo y estudio. Muchas de ellas ni los familiares tienen contacto, otras de las que solo se sabe que salieron para nunca más volver. Las mismas historias envuelven una crisis sin precedentes en la región.
Debemos exigir a los Estados, debemos alertar a los niños, niñas y adolescentes de lo que ocurre y sobre todo debemos hablar de la trata de personas como un delito y que quienes se lucran económicamente son las mafias articuladas por años pero que también dependen para seguir actuando del poder, la injusticia y el silencio.
Por Gabriela Buada
Foto: Pixabay