Lunes, 16 de marzo, 2020
Albano, Gonzalo
El sistema de salud público en el municipio Tinaquillo del estado Cojedes colapsó dramáticamente durante los últimos años, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), los consultorios populares de la Misión Barrio Adentro y el hospital Joaquina de Rotondaro están especialmente paralizados
Por Gonzalo Albano Gutiérrez
El sistema de salud público en el municipio Tinaquillo del estado Cojedes colapsó dramáticamente durante los últimos años, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), los consultorios populares de la Misión Barrio Adentro y el hospital Joaquina de Rotondaro están especialmente paralizados, deteriorados, sin insumos médicos , rayos X, medicinas, resonadores magnéticos, laboratorio de sangre y ambulancias. El Gobierno municipal y regional ha evidenciado no tener la capacidad de prueba el derecho constitucional y fundamental a la salud de más de 100 mil de tinaquilleros.
Sistema Barrio Adentro, consultorios populares y CDI colapsaron
En muchas comunidades de Tinaquillo, como por ejemplo Matías Salazar, Villa Clara, Caño Claro, La Candelaria y 3 de Mayo, hace algún tiempo existe una red de consultorios y ambulatorios populares pertenecientes a la Misión Barrio Adentro, los mismos eran atendidos por médicos cubanos que daban atención primaria a los ciudadanos; sin embargo se constató a través de reportes ciudadanos y recorridos por múltiples zonas que esos consultorios cerraron y que los galenos se marcharon de esos sectores, así lo confirmó el dirigente social, Juan Carlos Villegas
Vecinos de múltiples comunidades y defensores de los derechos humanos de esta jurisdicción llanera aseguran que la mayoría de los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) están desmantelados o clausurados, y los pocos que siguen abiertos no cuentan con medicamentos, tensiómetros, nebulizadores, material médico- quirúrgico, gasas, inyectadoras, kit de sutura, vacunas y servicio de odontología. Además muchas sedes han sido vandalizadas y desmanteladas por el hampa.
El Gobierno municipal en Tinaquillo aseguró que para el año 2018, tuvieron en el distrito llanero 37 ambulatorios atendidos por 60 médicos y decenas de enfermeras (sin especificar número), sin embargo, los informes ciudadanos y las denuncias realizadas por usuarios y lugareños confirman que efectivamente las sedes aún existen, pero la mayoría de las infraestructuras están desguarnecidas y cerradas, otras están seriamente deterioradas y en todas hay déficit o ausencia total de medicamentos, equipos e insumos. El dirigente social Juan Carlos Villegas, asegura que cerca del 90% de las enfermeras y médicos cubanos y venezolanos desertaron.
Hospital Joaquina de Rotondaro
El principal y más grande centro médico público de este municipio cojedeño, presenta una serie de irregularidades y limitaciones que impiden dar asistencia y respuestas técnicas óptimas a las personas que allí asisten en busca de sanación para sus hombres.
Gladys Ochoa, residente de Tinaquillo reveló que llevó a su esposo de emergencia al hospital con una fractura en la pierna y recibió la noticia de que no funciona el servicio de rayos X, también le informaron que no había tenido yeso, gasa, inyectadoras, oxígeno, y no estaba de guardia ningún médico traumatólogo.
Además le dejaría saber que si su cónyuge se quedaba hospitalizado tenía que traer su propio colchón, porque en el hospital no había.
Para cerrar con broche de oro, Ochoa una persona de pequeños recursos solicitó una ambulancia para llevar a su marido a hacerse la placa de rayos X en una clínica privada y en la Joaquina de Rotondaro le dijeron que no había ambulancias disponibles, ni ahí ni en todo el municipio. Finalmente, obtuve los exámenes en la parte trasera de un camión 350.
Un médico que actualmente presta servicio en el hospital Joaquina de Rotondaro, cuenta que no hay equipos básicos indispensables para el diagnóstico oportuno a los pacientes, cuentos como dispositivos de otorrinolaringología, monitores para pacientes críticos, negatoscopio para observar las radiografías, laringoscopio sólo hay uno, pero con fallas, hay un solo desfibrilador, y adicionalmente asegura que no hay equipos de radiación para rayos X, resonadores magnéticos y reactivos para realizar los exámenes de sangre, por lo que el laboratorio está fuera de servicio.
En cuanto a la escasez de insumos, el galeno tinaquillero narra que no hay equipo médico-quirúrgico, no cuenta con gasas, compresas, Betadine, sondas nasogástricas, sondas Foley, bisturí, yeso, guata, suturas, guantes estériles, alcohol, agua oxigenada , tapabocas, gorros, batas de cirujano, anestesia, oxígeno, entre otros.
Entre otras de las carencias del Joaquina de Rotondaro está la escasez de medicamentos de todo tipo, pero lo más alarmante es que una enfermera y una médica internista de esa institución afirma que las personas se les administran medicinas con hasta dos años de vencimiento, esto se le notifica a la persona enferma, mayoritariamente acepta que les pongan el remedio vencido, porque no tienen recursos económicos para adquirirlo. Las dos profesionales en ciencias de la salud de ese nosocomio también dan su testimonio, de la antibioticoterapia que ofrece la institución se limita a 3 dosis, posterior a eso, los pacientes o familiares deben comprar el antibiótico
Bebé murió por falta de oxigeno
El 13 de octubre del año 2019, un bebé de 10 meses de nacido, quien residía en el barrio La Floresta, sector Los Tanques, se intoxicó con gasoil y fue llevado de emergencia al hospital Joaquina de Rotondaro.
Al llegar, no se le pudo tener oxígeno porque no había en el centro de salud. Ante esta situación, recomendaría trasladarlo a otro centro de salud en Valencia, estado Carabobo, pero no se pudo por falta de ambulancias, las pocas horas murieron de un paro respiratorio.
Trágicos casos de personas con hipertensión
A finales del 2019, el señor Luis González acudió al servicio de emergencia del hospital Joaquina de Rotondaro con una crisis aparente hipertensiva, al llegar le pregunté, si era hipertenso y respondió que sí, inmediatamente el personal de guardia le informó que no había tensiómetros en ese centro médico. Por el malestar, el paciente no podría mantenerse en pie, le pidió que se acostara en el piso, porque no contaban con camillas ni colchones, tampoco le administraron ningún medicamento antihipertensivo porque no tenían.
Una situación similar, pero con un trágico final, se presentó en el nosocomio tinaquillero en el mes de septiembre de 2019. Una señora de la tercera edad, de quien nos reservamos el nombre a petición de sus familiares, llegó con un infarto, y como en el caso del señor González no había tensiómetros para medir la presión arterial, esto era la familia salió corriendo a buscar un Esfigmomanómetro prestado, mientras tanto a la señora no le pusieron tratamiento antihipertensivo, solo solución para hidratarla, luego de 4 horas falleció.
Del mismo modo más de 50 pacientes que asistieron en busca de asistencia médica de emergencia en el Joaquina de Rotondaro, denunciaron que no hay tensiómetros, medicinas antihipertensivas, diuréticos, bloqueadores de los canales de calcio, vasos dilatadores beta bloqueantes, y equipos para electrocardiogramas, ecos cardíacos, ni resonadores magnéticos.
Infraestructura deteriorada
Las instalaciones del hospital Joaquina de Rotondaro están visiblemente deterioradas, las habitaciones están en un estado deplorable, techos y paredes en ruinas, baños destruidos y fuera de servicio, no hay colchones ni electricidad en los cuartos.
El nosocomio llanero no cuenta con Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero tiene un área de cuidados intermedios para pacientes críticos, que desde hace más de un año se encuentra inoperativo. No hay oxígeno, aires acondicionados, camas y los monitores de signos vitales que estaban empotrados en la pared se los robaron, así lo han denunciado durante varios meses los propios tinaquilleros y activistas de la Fundación Ayuda a tu Prójimo, Cadef, médicos que allí laboran , y el medio digital Agencia Cojedeña de Investigación.
De igual forma, una enfermera de ese centro hospitalario aseguró que solo hay un total de siete camas con sus colchones para los pacientes del Servicio de Emergencia de adultos y niños, la Unidad de Trauma Shock y la Sala de Hospitalización de Damas y Caballeros , por lo que constantemente se les solicita a las personas enfermas que traigan su propio colchón para su estadía en el hospital.
Por otra parte, en cuanto a las condiciones del área de emergencias, una profesional de la salud, quien requiera permanecer en el anonimato, relata que no hay consultas para examinar a los pacientes. De hecho, asegura que se realizarán consultas simultáneas en el mismo espacio y sin privacidad, porque no hay ni siquiera un paraban médico o divisor. También explica la doctora que no se aísla, ni se toman medidas preventivas para consultar apropiadamente a las personas que tienen problemas infecciosos-contagiosos relevantes como tuberculosis, inmunosuprimidos con VIH o panticopénicos.
En cuanto al ambiente y las condiciones de trabajo, las fuentes internas del hospital informan que no hay sillas, escritores, papelería, área de descanso óptico para trabajadores, enfermeras y médicos, los baños están afectados, los cuartos no tienen ventilación, las puertas están rotas y en gran parte del centro médico hay fallas de energía eléctrica. Además, denuncian irregularidades administrativas y maltrato al personal.
Por otra parte, un empleado de mantenimiento del centro médico público expresó su preocupación en cuanto a la limpieza y desinfección de todas las áreas, ya que no se cumplen cumpliendo con los protocolos de sanidad que dicta la ley, desde hace mucho tiempo sin contar con los químicos especializados y productos para esterilizar los quirófanos y otras áreas sensibles, simplemente asean con agua, y eso para él es irresponsable y permite que muchas bacterias proliferen, poniendo en riesgo la vida de los usuarios.
Juan Carlos Villegas, dirigente social y director de la Fundación Ayuda a Tu Prójimo, explica en qué a los medicamentos existe una crítica escasez, por lo que los directores del nosocomio racionan los pocos que les direccionan, filtran los casos y deciden la relación son emergencias ineludibles y proveen a esos pocos pacientes. "Si la muerte es inminente puede que le otorgue el remedio a la persona enferma, de restaurar cada persona debe conseguir y comprar sus tratamientos"
Villegas también asegura que el ala de emergencia médica de adultos está completamente cerrada, por no tener capacidad de atención, de igual forma manifiesta que no hay servicio de rayos X, en el laboratorio las máquinas de bioanálisis no funcionan y no hay reactivos para hacer exámenes , así como tampoco hay, yeso, gasas, algodón, inyectadoras, material quirúrgico, oxígeno, entre otras cosas.
"Quienes van a operar en el hospital tinaquillero deben llevar a cabo todo, anestesia, kit quirúrgico, batas médicas, monos, tapa bocas, bisturí y el químico para desinfectar el quirófano", espetó Villegas.
Deben comprar una lista de costosísima de insumos y medicinas para operarse
Varios tinaquilleros, incluyendo a una señora que debe hacerse una cesárea próximamente en el hospital y un joven que tuvo un accidente en su motocicleta y debe ser intervenido quirúrgicamente, llegaron al equipo reportero de Amnistía Internacional la lista de medicamentos e insumos que les pidieron para poder llevar a cabo los procedimientos necesarios. Los pacientes y sus familiares aseguran que no tienen los recursos económicos para comprar todo lo que le piden en la lista.
No hay dieta especializada para los enfermos
Entre otra de las precariedades que presenta el hospital Joaquina de Rotondaro está la imposibilidad de proporcionar la dieta especializada y balanceada que tienen los pacientes. Familiares denunciaron que durante muchos días consecutivos no recibieron nada, en otras pocas ocasiones les sirvieron arroz blanco solo (Una comida diaria). En el caso de los niños, fundaciones como “Ayuda a tu Prójimo”, El Centro de Acción y Defensa por los Derechos Humanos (Cadef) y el Programa Chamo Solidario, han tenido que auxiliares y llevar alimentos balanceados, pero les es imposible hacerlo fácilmente .
Ambulancias tampoco hay
En Tinaquillo, desde hace 4 años no hay ambulancias, ni ningún tipo de transporte para trasladar a los enfermos y no funciona el servicio de respuesta inmediata, si se presenta una emergencia al ciudadano en su hogar u otro sitio, tienen que buscar sus propios medios para movilizarse, si hay necesidad de referir y mover a un paciente desde el “Joaquina de Rotondaro” a otro centro médico, los familiares deben improvisar un medio de transporte o contratar un servicio privado que tienen precios muy altos y dolarizados.
Es reiterativo el traslado de los pacientes desde el hospital Joaquina de Rotondaro a otros centros médicos en camiones 350, en condiciones inhumanas, pone al enfermo en una camilla y lo montan en la parte trasera del vehículo, y sus familiares van con ellos y los agarran fuerte para evitar que se muevan, se lesionen más o se caigan.
En el estacionamiento del hospital hasta hace muy poco había un cementerio de al menos 4 ambulancias. A finales del año 2019 personal del gobierno de Cojedes les quitó las refacciones y componentes a los vehículos de emergencia para armar o reparar otros transportes médicos con esas piezas. Además en el Centro de Atención Médico Integral (CAMI) de Tinaquillo hay otras 5 ambulancias accidentadas.
Las únicas ambulancias con las que cuentan esporádicamente los más de 100 mil tinaquilleros y en pocas ocasiones auxilian al hospital Joaquina de Rotondaro con el traslado de personas enfermas, es una que tiene disponible la empresa La Fina y otras dos que están a cargo de Protección Civil y el Sistema Integral de Emergencias Cojedes (SIEC), pero casi nunca están disponibles porque atienden casos en las nueve jurisdicciones llaneras y en múltiples oportunidades se accidentan y por falta de repuestos quedan fuera de servicio por largo tiempo.
Finalmente, ante la ola de denuncias sobre el mal funcionamiento del centro hospitalario, la directora Evelin Pacheco fue destituida en el mes de octubre del año pasado. Además, un nutrido grupo médicos especialistas, enfermeras y camilleros se han marchado del hospital, han emigrado del país para buscar un mejor recuerdo, por lo que también hay escasez de personal, en el caso de la sala de pediatría, solo están activos un par de enfermeras