Martes, 19 de marzo, 2019
Buada Blondell , Gabriela
Rotondaro no puede desligarse de la responsabilidad que tenía cuando asumía la cartera de salud y la presidencia del Seguro Social. Expuso denuncias muy graves que afectaron y condujeron a la muerte de al menos 5.000 personas que solían dializarse, cifras que venía manejando Codevida en sus informes
Luego de las polémicas denuncias realizadas por el general Carlos Rotondaro, expresidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y exministro de salud, se encendieron las alertas en la opinión pública. Lo que desde 2015 fue negado bajo la excusa de “crisis inducida desde el exterior” fue denunciado como una realidad que ha afectado por años la salud y la calidad de vida de millones de personas en Venezuela.
Sus palabras demostraron que la emergencia humanitaria compleja es real y dolorosa para miles de personas que aún sufren las consecuencias de políticas ineficientes y despiadadas que atentan contra los más vulnerables, que no son más que las personas que padecen alguna condición crónica de salud.
Rotondaro, quien representó por 10 años continuos la cartera de salud en Venezuela, se encuentra en Colombia solicitando refugio y denunciando que la situación es por demás critica en el sector salud en la actualidad en el país. A través de una entrevista ofrecida a un medio de comunicación indicó que desde 2013 los intereses políticos y factores de poder prevalecieron ante el bienestar de los venezolanos, y fue desde entonces, cuando comenzó la debacle del sistema de salud en Venezuela.
Entre las terribles revelaciones, el exministro aseguró que solo en un año fallecieron cinco mil personas que necesitaban tratamiento de diálisis confirmando así, las cifras que la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida) presentó en sus informes ante organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en las últimas audiencias dedicadas al tema de salud en Venezuela.
Denuncias de las ONG ignoradas
El presidente de Codevida, Francisco Valencia, frente a las declaraciones de Rotondaro indicó que, aunque con esta confesión se blindan de alguna manera las denuncias que las organizaciones de la sociedad civil han realizado desde hace más de 10 años, el general no puede evadir su responsabilidad ante todo el tiempo en que guardó silencio acerca de los supuestos hechos de corrupción en el manejo de los medicamentos sobre los que seguramente tuvo conocimiento y nunca denunció, así como de la crisis humanitaria en general.
“Nuestra respuesta a la entrevista que concedió el general Carlos Rotondaro a una televisora internacional sobre el IVSS es que; en primer lugar, él no puede desligarse de la responsabilidad que tenía cuando asumía la presidencia del Seguro Social, está hablando de unas denuncias muy graves e incluso habló de 5.000 personas que perdieron la vida que solían dializarse, cifras que venía manejando Codevida en sus informes”.
El defensor del derecho a la salud y a la vida afirmó que estas declaraciones son gravísimas ya que el exministro debe asumir su responsabilidad, si sabía que le estaban bloqueando la venta de medicamentos e insumos para personas con enfermedades crónicas. “Él debió haber denunciado, convocar a personas y organizaciones especializadas en el derecho a la salud y plantear la situación, pero no hubo comunicación ni reuniones formales durante su gestión y eso agudizó la crisis de salud”.
Valencia también exigió a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) vigilar los envíos de medicamentos que realizan al país debido a que Rotondaro denunció que un cargamento de inmunosupresores enviado al oficialismo por dicha organización fue acaparado para luego ser distribuidos en temporada electoral por órdenes del Ministro Luis López y para el activista estas situaciones ya se han presentado antes y Codevida las ha denunciado.
“Hacemos un llamado a estos organismos de hacer un seguimiento más rígido de entregar este tipo de medicamentos que vienen a través de convenios de cooperación y asegurarse de que lleguen a los más afectados”.
Del dolor a la documentación
Por su parte, Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria y reconocido defensor de derechos humanos en Venezuela, indicó que sin duda estas denuncias han corroborado lo que venía advirtiéndose desde Codevida y muchos de estas graves violaciones del acceso a la salud se dieron en esa gestión, ya que la de Rotondaro fue la gestión más larga.
Para Reyna es importante recordar en primer lugar que Codevida nace entre 2003 y 2004 “cuando hubo una primera falla grave de medicamentos para personas con condición crónica de salud”. En segundo lugar, afirma que “las declaraciones del exministro ratifican cómo ha sido politizado el acceso al derecho a la salud en el país”.
“Esto es gravísimo porque ratifica cómo equipos que salvan vidas, insumos y medicamentos han sido utilizados de manera deliberada para que las personas no les quede más opción que apoyar al gobierno. Lo resaltante es que es una denuncia que viene de alguien que estuvo nada más y nada menos frente del Seguro Social por largo período”, indicó.
Para el defensor, es fundamental reconocer en el ámbito de derechos humanos que, aunque Rotondaro manifieste que “siguió instrucciones” y que, en su caso, estaba en altísimo nivel de poder, esto no vale de ninguna manera para evadir su responsabilidad.
“Se trata de personas que podían perder la vida. Si él decidió no enviar medicinas a algunos lugares del país para privilegiar a algunos votantes de la capital cometió una grave violación a los derechos humanos. Esto es sumamente grave porque se puso en juego la salud de las personas a cambio de posiciones políticas. Esto es imposible dejarlo pasar”.
Para lograr el avance en materia de derechos humanos y que no se confunda con represalias, Feliciano Reyna comenta que se debe documentar todo lo que está saliendo a la luz para lograr alcanzar al proceso de justicia para los responsables de estas violaciones de derechos humanos y llegar a la reparación a las víctimas y en últimas instancias tomar las medidas para que nunca más se repitan situaciones como estas.
“Como ciudadanos debemos documentar, guardar para la memoria todo aquello que propició que se produjera este tipo de violación a los derechos humanos para que no quede en la impunidad”.
Voces de la emergencia
Fueron muchas las manifestaciones para exigir el respeto por la salud y la vida en el país. Personas de todas partes de Venezuela realizaron esfuerzo sobre humano para trasladarse y decir presente en cada una de las concentraciones. “No me quiero morir”, “Por mi derecho a la salud”, “No más genocidio”, “Venezuela vive un holocausto” fueron algunos de los lemas que se utilizaron y que se continúan escuchando en los hospitales, en los centros de distribución de medicinas para personas con alguna condición crónica de salud.
El dolor y la desesperación de cada una de las personas que perdió a algún ser querido a causa de la ausencia de tratamiento, de atención y hasta por la etiqueta de ser considerado indigno por no apoyar un proceso político que mantiene el poder no puede seguir ocurriendo. Los rostros siguen siendo los mismos, las personas más vulnerables, quienes a medida que pasa el tiempo se quedan sin fuerzas ni salud para luchar. Es propicio, desde todos los espacios alzar las voces y continuar denunciando y exigiendo la cooperación internacional y el alto a las violaciones de derechos humanos que se hacen cada vez más evidentes en Venezuela.