Martes, 16 de octubre, 2018
Buada Blondell , Gabriela

Más de 800 millones de personas en el mundo aún viven en situación de pobreza lo que constituye un retraso inminente de la garantía y el respeto de los derechos humanos


La pobreza no es solo una cuestión económica y es propicio dejar de observarla de esa forma. Los Estados deben comprender la necesidad urgente en el diseño de políticas sociales efectivas que puedan garantizarles a los ciudadanos la vida con dignidad. A menudo, se conocen las recurrentes violaciones de derechos humanos, donde la multiplicidad de estas acciones desencadena alrededor de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y claramente refleja cómo las personas se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad.

Avanzar en derechos humanos es poner fin a la pobreza

Amnistía Internacional en su informe Anual 2017/2018 documentó en cinco perspectivas regionales e individuales a 159 países y territorios de todas las regiones revelando que en la actualidad, la mayoría de los gobiernos hacen caso omiso de los derechos de sus ciudadanos y toman decisiones cuya mayor carga hacen recaer sobre quienes viven en la pobreza, al tiempo que ponen en peligro el bienestar de la sociedad en su conjunto.

Según este informe, en 2017 se aplicaron medidas de austeridad generalizadas en países de todas las regiones del mundo, limitando sobre todo los derechos económicos y sociales de las personas. En Europa, la ciudadanía protestó por los dañinos efectos de las medidas de austeridad en España, Grecia, Reino Unido y Serbia. En el caso de Reino Unido, investigaciones llevadas a cabo en Inglaterra relacionaron alrededor de 120.000 muertes con los recortes en la atención de la salud y los servicios sociales.

En los últimos años, las medidas de austeridad y las catástrofes naturales han sumido a muchas personas en el mundo en una mayor pobreza e inseguridad y esto impacta directamente en los derechos económicos, sociales y culturales. Por todo esto, es importante tener presente que la extrema pobreza y los derechos humanos están claramente relacionados, partiendo del hecho de que las personas que viven en situación de pobreza se ven afectadas de forma desproporcionada a numerosas violaciones de sus derechos.

En el África subsahariana se han recortado los servicios sociales y los subsidios para personas en situación precaria, al tiempo que han aumentado los impuestos al consumo, como el impuesto sobre el valor añadido (IVA), lo que con frecuencia afecta especialmente a quienes viven en la pobreza. El Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha dejado de “aconsejar” a países como Botsuana, Burundi, Mauricio, Mozambique, Namibia y Togo que sigan aplicando medidas de austeridad, a pesar de que en 2012 había reconocido que este tipo de enfoque no siempre estaba justificado y podía ir en detrimento del crecimiento económico necesario para sufragar servicios. En el norte de África, la respuesta del gobierno de Argelia a la caída de los precios del petróleo consistió en reducir enormemente el gasto en el presupuesto de 2017, a la vez que se aumentaba del 2 al 19% el IVA. Las políticas crediticias del FMI también impulsaron al gobierno egipcio a subir los precios de bienes y servicios esenciales.

Las economías de Asia y Oceanía y Oriente Medio estaban igualmente atadas de pies y manos por las medidas de austeridad. Durante 2017 hubo recortes en el gasto público en Indonesia, Mongolia y Sri Lanka. Incluso los presupuestos de países ricos en recursos como Qatar y Arabia Saudí se redujeron en aplicación de medidas destinadas a reducir el déficit público dando prioridad a la eficiencia económica sobre la protección social.

Repunte de pobreza en Venezuela 

En el país se vive una crisis en materia de derechos humanos sin precedentes en la región. La inflación incalculable ha sido la principal causa de la masiva migración de venezolanos. Y es que la emergencia humanitaria compleja ha hecho que más del 80% de la población, se encuentre imposibilitada de satisfacer sus necesidades en salud y alimentación.

Según datos de la Encuesta Sobre Condiciones de Vida (ENCOVI) 2017 presentada en febrero de este año, 87% de los hogares venezolanos se encontrarían en situación de pobreza. A finales del mes de agosto, luego de algunos anuncios oficiales de la reconversión monetaria el incremento del salario mínimo se hizo realidad y el poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos esperaba verse desahogado, sin embargo los altos costos de los productos de primera necesidad auguraron lo que se vive hoy, la disminución de la calidad de vida de los venezolanos y el incremento de las desigualdades en la obtención de servicios más básicos.

Son múltiples los testimonios de familias enteras que no pueden comer balanceadamente, que están imposibilitadas para adquirir ropa y calzado, la educación también se ve afectada ya que los programas sociales que incluían el desayuno y algunos beneficios quedaron en el olvido. Los hogares con malas condiciones estructurales de vida son cada vez más visibles y el poco acceso a oportunidades de mejorarla por la falta de ingresos hace que estás personas caigan rápidamente en pobreza extrema.

El tema en las regiones es catastrófico ya que a los problemas estructurales por la imposibilidad económica y la inflación se le suma el deterioro de los servicios básicos dejando expuestas a estas familias a un retroceso latente en materia de derechos humanos sin ser reconocido por el Estado venezolano, por ende con la incertidumbre de la garantía de mejor calidad de vida.

Hoy, se conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema y se debe alzar la voz desde todos los espacios para que los Estados actúen en la reducción de la pobreza ya que erradicarla es una obligación.