Martes, 27 de febrero, 2018
Ramos, Jorgen
El papel de la mujer y la niña en la ciencia debe replantearse en muchos países, donde en sus sistemas educativos existe un currículo oculto lleno de estereotipos de lo que “normalmente” se espera de ellas en la sociedad, y esto no solo en el ámbito científico, sino también en el político, social, económico entre otros
Este mes se celebró el día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, esta celebración fue proclamada por la asamblea general de las Naciones Unidas el 11 de febrero de 2015. Es una oportunidad para pedir un cambio más profundo y continuado de nuestra sociedad, es una oportunidad para desafiar los estereotipos, mostrar como la ciencia se beneficia de la diversidad y que las mujeres están llegando a nuevas metas en ciencia, tecnología e innovación.
También representa un recordatorio de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología y que su participación debe fortalecerse. La celebración de este día está dirigida por la UNESCO y ONU-Mujeres, en colaboración con instituciones y representantes de la sociedad civil que promueven el acceso y la participación de mujeres y niñas en esta amplia metodología del saber humano.
El papel de la mujer y la niña en la ciencia debe replantearse en muchos países, donde en sus sistemas educativos existe un currículo oculto lleno de estereotipos de lo que “normalmente” se espera de ellas en la sociedad, y esto no solo en el ámbito científico, sino también en el político, social, económico entre otros
Papel actual de la mujer y la niña en la ciencia
La ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible. Aún así, las mujeres siguen encontrando obstáculos en el campo de la ciencia: menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres. Esta brecha se ve potenciada por las brechas salariales que afectan a las mujeres en gran parte del mundo.
Hacer frente a algunos de los mayores desafíos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible -desde la mejora de la salud hasta el cambio climático- dependerá del aprovechamiento de todos los talentos. Eso significa conseguir la inserción de las más mujeres en estos campos. La diversidad en la investigación amplía el número de investigadores talentosos, aportando una nueva perspectiva, talento y creatividad.
En un mensaje conjunto de la Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, y la Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres manifestaron que:
“La mayoría de los países, ya sean o no industrializados, distan mucho de alcanzar la paridad de género en las asignaturas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) en todos los niveles del sistema educativo. Ese déficit contribuye a aumentar las disparidades en materia de empleo. Según las estimaciones del Instituto de Estadística de la UNESCO, actualmente las mujeres representan menos del 30% de los profesionales de investigación y desarrollo del mundo… Uno de los principales medios de hacer frente a la desigualdad de género en las ciencias es la eliminación de los obstáculos que encuentran las niñas y las mujeres en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo. Para ello, se deben cambiar las actitudes y poner en entredicho los estereotipos.”
En dicho planteamiento hay que sumar que en algunos países de Latinoamérica la inversión en material educativo para el estudio de la ciencia es insuficiente, en algunos casos obsoletos y en otros inexistente; inclusive, la desigual inversión del Producto Interno Bruto en materia educativa se puede notar al observar la amplia brecha entre escuelas de las capitales y aquellas que se encuentran ubicadas en zonas alrededor de ellas.
Hacer investigación científica es como escalar el Everest
Las anteriores palabras pertenecen a la cristalógrafa Ada E. Yonath, ganadora en 2008 del Premio L’Oréal-UNESCO “La Mujer y la Ciencia”. Ella recibió el Premio Nobel de Química en 2009 por sus descubrimientos pioneros sobre la estructura y función de los ribosomas.
En una entrevista realizada por Cathy Nolan narró que si hay menos mujeres científicas, es porque la sociedad no las alienta en dicha elección, ni siquiera en las sociedades consideradas abiertas y liberales.
Con demasiada frecuencia se escuchan comentarios como “no estudies demasiado, no encontrarás marido”, o “no elijas una carrera tan absorbente, no tendrás vida familiar”. Estas fórmulas aparecen explícitamente en algunas sociedades, y en otras de manera más insidiosa. Lo mismo ocurre en la política, en carreras artísticas y en cualquier profesión exigente.
En este sentido, la entrevistadora le consulta acerca de ¿Cómo cambiar la mentalidad de las mujeres? Responde, muy acertadamente, “No son solo las de las mujeres las que hay que cambiar”. Prosiguió diciendo: “Es la sociedad como un todo la que debe evolucionar. La educación nos ayudará. Es difícil, y no sucederá en un día. Cuando hablo en las escuelas, aunque no logre convencer a las jóvenes que tengo delante a emprender una carrera científica, puede que les haga ver las cosas de manera diferente y estas cambien en la generación siguiente”.
En las anteriores líneas queda evidenciado la imperiosa necesidad de un sistema educativo que le permita a las mujeres y niñas disminuir la brecha existente en los diversos ámbitos de la sociedad, esto respecto a sus pares masculinos. Son cambios que deben aplicarse desde la cotidianidad hasta los soportes estructurales de cada sociedad, donde es común escuchar ataques a la independencia femenina, generalmente disfrazados de “inocentes chistes”
Imagen de ShutterStock/ProStockStudio
Fuentes consultadas:
- https://es.unesco.org/courier/2018-1/ada-e-yonath-hacer-investigacion-cientifica-es-como-escalar-everest
- https://es.unesco.org/women-and-girls-in-science/message
- http://www.unesco.org/new/es/santiago/press-room/single-new/news/future_progress_will_be_the_greatest_when_it_draws_on_the_fu/