Viernes, 18 de octubre, 2024
En vísperas de la cumbre sobre la biodiversidad COP16, que se celebrará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali (Colombia), Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha manifestado:
“En 2022, los Estados Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, reunidos en Montreal, acordaron el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, un conjunto de objetivos ambiciosos para reforzar la protección y la promoción de la biodiversidad en todo el mundo hasta 2030. Fue un primer paso importante para abordar la crisis de biodiversidad, que ha provocado la extinción total o casi total de innumerables especies y vulnera el derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.”
“El Marco Mundial de Biodiversidad contiene numerosas salvaguardias en materia de derechos humanos, pero sólo resultará eficaz si los Estados acuerdan un mecanismo sólido para darle seguimiento y hacerlo cumplir. Las delegaciones de la COP16 deben ultimar un marco de seguimiento que rastree de manera exhaustiva todas estas salvaguardias de derechos humanos y el encauzamiento adecuado de los fondos, que someta a rendición de cuentas a los Estados que no las respeten y que incorpore la información aportada por los pueblos indígenas, las organizaciones campesinas y afrodescendientes y la sociedad civil.”
“El Marco Mundial de Biodiversidad, incluido su mecanismo de vigilancia, es especialmente crucial para los pueblos indígenas y las comunidades que dependen de la tierra, que sufren a su vez las peores consecuencias de la pérdida de biodiversidad y de las respuestas a esta pérdida. En concreto, como ha documentado Amnistía Internacional, corren el peligro de ser expulsados de sus tierras en nombre de la creación de zonas de conservación protegidas, práctica vergonzosa conocida como conservación fortificada.”
El Marco Mundial de Biodiversidad contiene numerosas salvaguardias en materia de derechos humanos, pero sólo resultará eficaz si los Estados acuerdan un mecanismo sólido para darle seguimiento y hacerlo cumplir.
Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional
“Por lo tanto, es crucial que el marco de seguimiento que se acuerde en Cali contenga indicadores para medir la protección de los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y sus conocimientos y prácticas tradicionales y científicos, así como los derechos de las personas afrodescendientes, campesinas y otras comunidades locales que dependen de la tierra. El mecanismo de vigilancia debe dar seguimiento a la financiación de la biodiversidad para garantizar que llega directamente a esos actores y reconocer formalmente la labor de conservación que llevan a cabo en sus tierras, que suele ser más eficaz que las zonas protegidas sancionadas por el Estado.”
“Del mismo modo, a menudo los defensores y defensoras de los derechos ambientales y quienes protegen la tierra arriesgan su vida para proteger nuestro planeta y su biodiversidad. Las delegaciones deben tener presente esta dura realidad cuando se reúnan en Colombia, que durante mucho tiempo ha sido el país más mortífero del mundo para las personas activistas medioambientales.” El marco de seguimiento debe incluir parámetros para captar las iniciativas y las protecciones jurídicas para los defensores y defensoras de la tierra, así como su impacto y sus consecuencias, también en materia de impunidad.”