Jueves, 01 de septiembre, 2022
Pérez, Johny
Alejandro Álvarez, coordinador general de la ONG venezolana Clima21 desglosó la situación del cambio climático en el país y describió cómo está el país en materia de derechos ambientales
En la actualidad, existen muchas amenazas contra los derechos humanos en todo el mundo, pero quizás hay una de la que poco se habla, pero que está allí, como lo es el fenómeno del cambio climático, cuyo impacto tiene una repercusión directa en los derechos de las personas.
A propósito de la campaña Acción Climática Ya que lleva a cabo Amnistía Internacional, conversamos con Alejandro Álvarez, coordinador general de la ONG venezolana Clima21, la cual tiene su origen hace cinco años a través de una acción ambiental de la organización no gubernamental Civilis, pero desde ya hace 3 años viene trabajando de forma independiente enfocada en la misión de defender los derechos humanos ambientales.
¿Cómo influye el cambio climático en los derechos humanos?
Álvarez reconoce que el tema del cambio climático “es complejo” y es una discusión internacional debido a las diversas investigaciones que se han realizado al respecto, sin embargo dejó claro la importancia de voltear la mirada hacia este asunto.
“Para aquellos cambios que ocurren de una manera pausada y continuada somos muy lentos para reaccionar porque no nos damos cuenta de ello. En los últimos tres años está ocurriendo una serie de fenómenos continuados que ya fueron previstos por modelos climáticos, que incluso para muchos investigadores están sucediendo de una manera más acelerada”, explicó.
Sobre esto comentó que este año se están produciendo olas de calor muy fuertes en zonas de la Europa occidental, además de sequías en todo el viejo continente, también en China, el suroeste de los Estados Unidos y Suramérica.
“Todas esas cosas en conjunto a otros fenómenos que han ocurrido en años anteriores, tales como: grandes inundaciones en Alemania, incendios en toda la Costa Oeste de los EE.UU., incendios en toda la zona mediterránea de Europa, además de tormentas, huracanes y ciclones que son cada vez más intensos y más continuados. Todos ellos son síntomas de esta enfermedad llamada cambio climático”, subrayó.
Por las consecuencias devastadoras que esto tiene para los seres humanos se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015, con el fin de hacer un llamado de carácter universal para erradicar la pobreza, proteger el planeta y que, llegados los 2030, las personas puedan gozar de paz y prosperidad. Asimismo, se establecieron con el propósito de acabar con el hambre y la discriminación contra mujeres y niñas.
Entre los 17 objetivos, está la Acción por el Clima, dentro del cual se estableció movilizar 100.000 millones de dólares anules hasta 2020, para ser invertidos en abordar las necesidades de los países en desarrollo para la adaptación del cambio climático.
¿El Estado venezolano ha actuado para atender el cambio climático?
Hace cuatro años Clima21 presentó un informe que indica que el Estado venezolano “omite totalmente las actuaciones que está obligado a realizar” debido a los convenios internacionales, sobre todo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Según Álvarez, Venezuela a pesar de ser un país petrolero, no genera una cantidad importante de dióxido de carbono, que es el principal gas que produce el cambio climático. “Entre los países petroleros producíamos bastante hasta que llegó la emergencia humanitaria compleja, sin embargo, antes Venezuela no era un gran productor de este gas a nivel global”.
“A pesar de eso el problema es que Venezuela va a sufrir una serie de consecuencias aunque haya producido muy poco dióxido de carbono, según lo previsto por los modelos climáticos. Entonces la labor del Estado venezolano es prepararse para esas consecuencias, que se verán reflejadas en el aumento de la cantidad de eventos meteorológicos extremos, tales como: tormentas, inundaciones, sequías”, alertó.
En particular sobre las sequías comentó que está previsto el “aumento de la frecuencia” de las mismas y serán “muy intensas”, caracterizadas por períodos donde se espera que llueva muy por debajo del promedio.
“Como consecuencia de lo anterior, se está previendo que Venezuela tengas muy pocas zonas productivas, porque se van a convertir desde el punto de vista agrícola en desiertos”, sostuvo.
Sumado a esto, Álvarez señala que hay más consecuencias que ya se están comenzando a ver. Una de ellas, producto de las altas temperaturas globales, es que “está apareciendo vectores de enfermedades como el paludismo” en zonas donde antes no se habían detectado. Por ejemplo, en zonas altas de Trujillo, los mosquitos que transmiten la enfermedad ahora se pueden criar en condiciones que antes no podían hacerlo.
“Todas esas cosas tienen un efecto en los derechos humanos ambientales de los venezolanos, por lo tanto la labor del Estado venezolano es prepararse, y eso está previsto en el Convenio Marco del Cambio Climático”, destacó.
En concreto, Clima 21 denuncia que Venezuela debía tener un plan nacional de adaptación al cambio climático, de acuerdo a lo que establece la Ley de Gestión Integral de Riesgos Socioculturales y Tecnológicos creada en el año 2009.
“El Consejo Nacional de Gestión Nacional Integral de Riesgos Socioculturales y Tecnológicos dictará en el plazo de un año las líneas para la formulación del plan nacional de adaptación al cambio climático. Esta ley se creó en 2009, por ende, en 2010 debieron estar las directrices y ya estamos en el 2022, no hay en absoluto ni una sola evidencia que el Estado venezolano haya avanzado sobre eso”, enfatizó.
El activista criticó que recientemente en el seno de la Asamblea Nacional electa en 2020 de mayoría oficialista, se discuta una ley sobre el cambio climático, después que, a su juicio, no se ha cumplido con lo que establece el instrumento jurídico antes mencionado, por ende considera que esto “es muy poco prometedor”.
La preocupante situación de los derechos humanos ambientales en Venezuela
Cuando se habla de derechos humanos ambientales hay que hacer referencia a dos grandes tópicos que han sido reconocidos por las Naciones Unidas, como lo son: el derecho humano al agua y al saneamiento y el derecho a un ambiente limpio.
A propósito de eso, la ONU ha hecho esfuerzos por aclarar y visibilizar realidades respecto a esos dos temas y explicar que distintos aspectos como la contaminación química y por desechos, la deforestación, y el cambio climático están vinculados a violaciones de derechos humanos, sobre todo de las comunidades más vulnerables.
“En el caso venezolano, nos encontramos con violaciones muy fuertes, a propósito de los informes que hemos presentado”, señala.
En este contexto, Clima21 muestra su preocupación por la situación de la fauna silvestre en el país, que sirve como alimento, fuente de recursos, o incluso forma parte de la cultura de algunas poblaciones.
“Todo animal que es cazado es a lo se le llama fauna silvestre. Eso es un grupo muy grande que va desde distintas aves, reptiles y mamíferos entre otros, que van desde los animales más grandes hasta los más pequeños. La situación en este momento de la fauna silvestre venezolana es que todos los grupos están amenazados y descubrimos que para ciertos grupos, en particular campesinos y grupos indígenas, dependen de estos animales para su alimentación para poder consumir proteínas, y la densidad poblacional de estos grupos está disminuyendo cada vez más”, resaltó.
Dicho en otras palabras, explica que esta situación denota que estos grupos se están quedando sin un aporte nutricional, que se suma a la poca capacidad de comprar alimentos industriales.
Los derechos humanos de esta población vulnerable se ven amenazados principalmente por derrames petroleros, contaminación por aguas servidas, desechos sólidos, destrucción de ecosistemas y turismo sin ninguna planificación.
Según la ONG, desde la punta de La Guajira hasta la zona que limita el estado Delta Amacuro con la zona de reclamación con Guyana “no hay espacio en el no haya daño y eso está afectando los derechos de muchas personas en todo ese sitio”; al mismo tiempo, señalan que la situación no es distinta para los pescadores del Lago de Maracaibo, estado Zulia, “quienes han perdido la capacidad de lograr algo”, al resaltar que ser pescador artesanal no es un oficio, sino por el contrario una cultura.
Derrames petroleros
Clima21 denuncia que desde el año 2016 Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no da información sobre los derrames petroleros. En esa última oportunidad el informe estatal se refirió a 50 derrames diarios. “Esos es una barbaridad”, calificó Álvarez, sobre todo porque la organización logró documentar 199 derrames entre 2016 y 2021, apoyándose en lo que fue reseñado por los medios de comunicación.
“Esos son solo los derrames que se convierten en noticias, básicamente cuando son muy grandes o afectan de una manera muy intensa a una comunidad o grupo de pescadores, es decir hay una gran cantidad de derrames que no son reseñados por los medios de comunicación. Cada derrame contamina ecosistemas, economías, sociedades y los derechos de las personas”, precisó.
Esta situación obviamente tiene mayor incidencia en zonas donde están ubicadas las instalaciones petroleras tales como El Lago de Maracaibo, la zona oeste de Paraguaná donde está el Complejo Refinador Paraguaná (CRP), la Refinería El Palito, La Refinería de Puerto La Cruz, las instalaciones portuarias de Guanta, y las zonas del Delta del Orinoco “donde está la salida continua de derrames”.
Además, en el informe "El mar que ignoramos: Derechos humanos y la degradación de los ecosistemas marinos venezolanos” que fue presentado recientemente por la organización, se denuncia que las costas están llenas de desechos.
“Las imágenes que se ven de la costa del Lago de Maracaibo son de una tristeza increíble, son kilómetros de playa llenas de basura”, denunció.
A pesar de los esfuerzos, la ONG no ha logrado precisar el número de personas cuyos derechos humanos se están viendo afectados por esta situación, principalmente por la ausencia de data oficial.
Clima21, una ONG con ímpetu
La organización al centrarse en la defensa de los derechos humanos, su foco está en documentar, denunciar y divulgar. Éste último punto, lo trabajan desde la perspectiva educativa, por lo tanto los informes que han presentado hasta la fecha van en esa dirección para que las personas puedan actuar después de que estén informadas.
“En ese contexto, la importancia es que la gente entienda que los temas ambientales tiene un efecto para la vida humana, porque cuando uno hace incidencia presupone la existencia de un problema político, por lo que es necesario lograr cambios”, reflexionó.
Afectación en el AMO
A propósito del impacto de estos asuntos en la vida de las personas, Clima21 ha hablado del tema minero, sobre todo enfocado en el uso del mercurio, el cual es un elemento químico que puede traer graves consecuencias para la salud.
“Calculamos que alrededor de dos millones de personas pueden estar siendo afectadas por esto, en el consumo de pescado en la Cuenca del Orinoco, en particular hacia el sur”, alertó.
Por esta problemática realizaron el programa Somos Caura para explicarles a las personas cómo afecta el mercurio a su vida, y cómo actuar utilizando el lenguaje de la cultura de las comunidades, por lo que a corto plazo la organización quiere seguir generando campañas educativas respecto a este tema.
“Lo más difícil para nosotros es que somos un ONG pequeña que ha logrado sobrevivir a la emergencia humanitaria compleja, y la pandemia del Covid-19, pero no nos queda más remedio que seguir porque ese es nuestro trabajo”, subrayó.
Recomendaciones:
Al describir tan complejo panorama, Clima21 le hace las siguientes recomendaciones al Estado venezolano, las cuales ya se han repetido en varios de los informes presentados por esta ONG, al no producirse políticas para atender la situación. “Un Estado que no le interesa el tema ambiental, instituciones que no están cumpliendo y la emergencia humanitaria compleja”, señaló.
“Lo primero es considerar el tema ambiental como un asunto de desarrollo nacional, en un país biodiverso como Venezuela la gestión sostenible del ambiente es fundamental para salir de la crisis, para ser un país próspero, siempre y cuando, se tome con criterios ambientales claros”, puntualizó.
Como segunda recomendación la organización subraya que hay que reconstruir la institucionalidad ambiental del país. “Necesitamos un ministerio que realmente actúe”, dice en referencia al silencio e inacción por parte del Estado sobre los derrames petroleros y el “ecocidio al sur del Orinoco”.
“Como tercera recomendación podemos decir que, como sociedad, tenemos que reaccionar, darnos cuenta que el tema ambiental es prioritario para poder salir de la crisis. Si no nos damos cuenta de esto pronto, no vamos a poder o nos va costar mucho salir de ella”, concluyó.