Lunes, 21 de enero, 2019

“Amnistía Internacional condena el execrable desprecio por la vida que manifiesta Boko Haram. El ataque iba claramente dirigido contra la población civil y, por tanto, puede constituir crimen de guerra. La organización pide a las autoridades nigerianas que proporcionen de inmediato ayuda humanitaria a las miles de personas que han resultado desplazadas”, ha dicho Osai Ojigho, directora de Amnistía Internacional Nigeria.


Las nuevas imágenes de satélite analizadas por Amnistía Internacional demuestran las horribles secuelas de un ataque de Boko Haram que devastó esta semana la localidad de Rann, en el nordeste de Nigeria, desplazando a más de 9.000 personas.

Las imágenes de satélite revelan la verdadera magnitud del devastador ataque que tuvo lugar el 14 de enero en esa localidad del estado de Borno, que acogía a miles de civiles desplazados internamente por el conflicto con Boko Haram. Según el análisis de Amnistía Internacional, el ataque provocó incendios en grandes áreas del oeste y el sur de Rann, y más de 100 estructuras resultaron destruidas o fuertemente dañadas por el fuego.

“Amnistía Internacional condena el execrable desprecio por la vida que manifiesta Boko Haram. El ataque iba claramente dirigido contra la población civil y, por tanto, puede constituir crimen de guerra. La organización pide a las autoridades nigerianas que proporcionen de inmediato ayuda humanitaria a las miles de personas que han resultado desplazadas”, ha dicho Osai Ojigho, directora de Amnistía Internacional Nigeria.

“Lo sucedido en Rann demuestra lo vulnerables que son las personas desplazadas internamente en Nigeria y la necesidad de hacer más para protegerlas".

Las imágenes de satélite corroboran los informes de la ONG humanitaria Médicos sin Fronteras, según los cuales Rann “parecía un cementerio” tras el ataque del lunes. MSF dijo que estaba preparándose para recibir a muchas de las personas que habían huido como refugiadas a Bodo (Camerún), atravesando la frontera.

“Desde el ataque del lunes por la noche, miles de personas han huido atravesando la frontera con Camerún, y cada día que pasa su situación es más desesperada. Ahora Rann está casi vacío, pues tras los letales ataques de Boko Haram la gente tiene demasiado miedo como para quedarse”, ha dicho Osai Ojigho.

“A ambos lados de la frontera, las autoridades deben proporcionar los suministros y la seguridad que estas personas necesitan. Además, las autoridades camerunesas deben dejar de obligar a volver a la gente hasta que las condiciones sean seguras y decidan regresar de forma voluntaria".