Lunes, 12 de noviembre, 2018
“Mientras Europa no ofrece a las personas que están atrapadas en Libia en peligro de sufrir abusos la ayuda que necesitan desesperadamente para salvarse, es hora de que las autoridades libias asuman la responsabilidad de sus terribles políticas de detención ilegítima y protejan los derechos humanos de todas las personas que están en su territorio", declaró Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África
Un año después de la indignación internacional provocada por las impactantes imágenes que mostraban la compraventa de seres humanos en Libia, la situación de las personas refugiadas y migrantes en este país sigue siendo desoladora, y en algunos aspectos ha empeorado, según ha declarado Amnistía Internacional.
Un documento publicado hoy por la organización pone de manifiesto cómo las políticas de los Estados miembros de la UE para frenar la migración, junto con el insuficiente número de plazas de reasentamiento que ofrecen, sigue alimentando un círculo vicioso de abusos, al mantener atrapadas a miles de personas refugiadas y migrantes en terribles condiciones en los centros de detención de Libia.
“Un año después de que las imágenes que mostraban la compraventa de seres humanos como si de mercancía se tratara conmocionaran al mundo, la situación de las personas refugiadas y migrantes en Libia sigue siendo desoladora”, ha declarado Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Las crueles políticas de los Estados de la UE para contener la afluencia de personas que llegan a las costas europeas, junto con su apoyo sumamente insuficiente para que las personas refugiadas lleguen en condiciones de seguridad a través de rutas regulares, provocan que miles de mujeres, hombres, niños y niñas estén atrapados sin salida en Libia sufriendo terribles abusos”.
En los centros de detención de Libia, las personas migrantes y refugiadas están habitualmente expuestas a sufrir tortura, extorsión y violación.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) tiene registradas 56.442 personas refugiadas y solicitantes de asilo en Libia y ha pedido reiteradamente a los gobiernos de Europa y de otras partes del mundo que se ofrezcan a reasentar a las personas refugiadas atrapadas en Libia, incluso mediante su evacuación a Níger. Sin embargo, 12 países han prometido sólo 3.886 plazas de reasentamiento, y hasta ahora sólo han sido reasentadas 1.096 personas refugiadas desde Libia y Níger. Italia evacuó directamente a 312 solicitantes de asilo desde Libia entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, pero desde entonces no ha realizado más evacuaciones.
En los últimos dos años los Estados miembros de la UE han aplicado una serie de medidas para bloquear la migración a través del Mediterráneo central, reforzando la capacidad de la Guardia Costera Libia para interceptar travesías por mar, llegando a acuerdos con las milicias en Libia y obstaculizando la labor de las ONG que llevan a cabo operaciones de búsqueda y salvamento.
Estas políticas han contribuido a que el número de personas que cruzan el Mediterráneo central y llegan a Italia haya descendido casi un 80%, pasando de 114.415 entre enero y noviembre de 2017 a sólo 22.232 en lo que va de 2018. Actualmente hay unas 8.000 personas refugiadas y migrantes retenidas en centros de detención en Libia.
Como la ruta del Mediterráneo central ha quedado casi totalmente clausurada, y las autoridades libias mantienen detenidas de forma ilegítima a las personas refugiadas y se niegan a entregarlas al cuidado del ACNUR, la única forma de salir de los centros de detención libios es mediante la evacuación a otro país a través de programas de la ONU. Al no ofrecerse plazas de reasentamiento internacional, en los centros de detención libios han quedado atrapadas miles de personas refugiadas que no pueden regresar a su país.
La apertura de un centro de tramitación del ACNUR en Libia, prometida desde hace largo tiempo, que ofrecería seguridad a hasta 1.000 personas refugiadas al permitirles salir de los abusivos centros de detención y ser reubicadas en otro lugar, se ha retrasado una y otra vez. La apertura de este centro sin duda sería un paso positivo, pero sólo ayudaría a una pequeña proporción de las personas refugiadas detenidas y no es una solución sostenible.
“Los gobiernos europeos hacen todo lo que pueden para detener las travesías marítimas y ayudar a la Guarda Costera Libia a interceptar a la gente en el mar y enviarla a conocidos centros de detención, y al mismo tiempo no ofrecen otras rutas de salida del país a quienes más lo necesitan, lo cual es catastrófico”, ha afirmado Heba Morayef.
“Mientras Europa no ofrece a las personas que están atrapadas en Libia en peligro de sufrir abusos la ayuda que necesitan desesperadamente para salvarse, es hora de que las autoridades libias asuman la responsabilidad de sus terribles políticas de detención ilegítima y protejan los derechos humanos de todas las personas que están en su territorio".
Los enfrentamientos armados que hubo en Trípoli entre agosto y septiembre de este año también contribuyeron a hacer más peligrosa la situación de las personas refugiadas y migrantes. Algunas de estas personas recluidas en centros de detención resultaron heridas por balas perdidas. También hubo casos en que los guardias huyeron de los centros de detención para escapar de los ataques con cohetes, dejando a miles de personas encerradas sin comida ni agua.
La publicación de las conclusiones de Amnistía coincide con una reunión de dirigentes libios y de otras partes del mundo que se celebrará en Palermo (Italia) los días 12 y 13 de noviembre. Con esta conferencia internacional se pretende hallar soluciones para abordar el punto muerto político en que se halla Libia. Amnistía Internacional pide a todas las personas que participan en la conferencia que se aseguren de que los derechos humanos de todas las personas que están en Libia, incluidas las refugiadas y las migrantes, ocupan un lugar central en las negociaciones.