Miércoles, 11 de octubre, 2017
Esta semana, el fiscal ha presentado formalmente cargos de terrorismo contra un grupo de 10 notables activistas de los derechos humanos, entre las que se encuentran dos formadores de nacionalidad alemana y sueca y la directora de Amnistía Internacional Turquía, y ha pedido hasta 15 años de prisión.
Hoy se cumplen 100 días desde que las fuerzas de seguridad turcas asaltaron un simple taller de formación y se llevaron a un grupo de 10 notables activistas de los derechos humanos. La mayoría de estas personas –conocidas como los 10 de Estambul– están encerradas en la principal prisión de máxima seguridad de Turquía.
Esta semana, el fiscal ha presentado formalmente cargos de terrorismo contra ellas, entre las que se encuentran dos formadores de nacionalidad alemana y sueca y la directora de Amnistía Internacional Turquía, y ha pedido hasta 15 años de prisión.
Los cargos contra ellas y los motivos de su encarcelamiento son tan absurdos que resulta difícil creer que pueda estar ocurriendo algo así.
Demasiado para una “reunión secreta”
Los fiscales turcos han intentado describir el taller como una reunión clandestina de conspiradores que intentaba provocar el “caos en la sociedad”, PERO…
- no era ninguna reunión secreta ... Habían sido invitadas gran número de personas de muchas organizaciones distintas.
- La reunión se celebraba en un edificio de cristal, donde se las podía ver, y, como señala la policía, la puerta estaba totalmente abierta. "Fuimos al hotel y subimos a la sala de la reunión del piso de arriba. La puerta estaba abierta, y se veía a la gente sentada en círculo en la sala."
- Uno de los formadores del taller, Peter Steudtner, había proporcionado al sistema de registro de viajes al extranjero del gobierno alemán detalles de adónde iba a ir y qué iba a hacer en Turquía. Sin embargo, el fiscal turco está utilizando esta información como prueba de la participación del gobierno alemán en la presunta conspiración.
- Una de las personas participantes, Nalan Erkem, había publicado una fotografía del hotel en su cuenta de Instagram y había anunciado públicamente dónde se alojaban. “¿Dónde os alojáis?”, pregunta una de sus amistades. “En el hotel Ascot Hotel”, responde Nalan. https://www.instagram.com/p/
BWEr75PjcDU/
Buscaron un intérprete al azar en Internet
Si te reúnes para hablar de actividades terroristas, lo más probable es que contrates a un intérprete de confianza que ya conozcas, PERO…
- El grupo buscó a su interprete, a quien no conocían de nada, en un sitio web para intérpretes.
Fue esta persona quien avisó a la policía y le dijo: “[...] algunas de las conversaciones que escucho son sobre pasar teléfonos móviles de contrabando por la policía, cómo se almacena la información en estos móviles, el cifrado de la información en ellos. Estaban muy preocupados, hacían preguntas sobre esto, extranjeros y personas que hablaban turco.
Si fue en este aviso en lo que se basó el asalto, es evidente que no se trató de una operación policial planeada cuidadosamente y dirigida por los servicios de inteligencia con objeto de descubrir una conspiración.
Pruebas poco precisas
- Un rudimentario “mapa”, hallado por la policía sobre la mesa de la sala de reunión, se está utilizando como una de las “pruebas” principales contra las personas detenidas.
A modo de ejercicio preliminar, el formador Peter Steudtner había pedido a las personas participantes que dibujaran algo que les creara tensión. Şeyhmus Özbekli, que padece claustrofobia, dibujó un ascensor; İlknur Üstün, jugadora de squash, unas pelotas volando hacia ella, y Özlem Dalkıran, un dibujo de Turquía que representaba la guerra en el sureste, las personas encarceladas en Estambul, los refugiados que huyen de la guerra de Irak y Siria y las plantas hidroeléctricas del mar Negro.
- El mapa que garabateó Özlem no es el único presentado como prueba.
También se esta utilizando como “prueba” de cargo otro encontrado en el ordenador de Ali Gharavi, pese a no ser más que un mapa académico de grupos lingüísticos de Turquía, Irak e Irán. Se puede encontrar fácilmente en Internet para fines educativos.
“Si eso es un delito [...] continuarémos cometiéndolo”
- Entre las acusaciones contra İdil Eser figura la de que Amnistía Internacional escribió una carta a la embajada de Corea del Sur en Turquía para pedirle que dejara de vender botes de gas lacrimógeno a Turquía tras las manifestaciones del parque Gezi. Eso es lo que hace de manera habitual Amnistía Internacional, pero es que, además, esa carta se escribió ante de que İdil se uniera a la organización.
- İlknur Üstün, activista de los derechos de las mujeres, está acusada de haber solicitado fondos a “una embajada” para apoyar un proyecto sobre “igualdad de género, participación en la elaboración de políticas y presentación de informes”. Ya en prisión, escribió esto acerca de su trabajo: “Si eso es un delito [...] continuarémos cometiéndolo”
- El grupo de “terroristas” más inverosímil jamás visto
Ninguno de estos defensores y defensoras de los derechos humanos ha propugnado el odio, la violencia o la discriminación.
El formador sueco Ali Gharvi se presentaba así a la gente: “Me llamo Ali, como el boxeador Muhammad Ali, sólo que sin la violencia”, y sería difícil encontrar un grupo de personas menos violentas.
Peter Steudtner ha dedicado su vida a promover la solución pacífica y no violenta de conflictos, centrándose en enseñar a la gente el enfoque de “no hacer daño”. En una carta que ha enviado desde la prisión afirma: “Para mí es importante que la responsabilidad política y jurídica de nuestra situación no recaiga en Turquía como país ni en su población [...] ¡Vamos juntos por el camino no violento de los derechos humanos!”
İdil Eser ha trabajado para muchas organizaciones de la sociedad civil, como la Asamblea de Ciudadanos de Helsinki y Médicos sin Fronteras, y cuando en 2011 los terremotos sacudieron el este de Turquía voló a Van para ofrecer sus servicios como voluntaria.
Günal Kurşun es profesor universitario y abogado, y ha escrito 10 cuentos para su hijo de dos años en prisión.