Martes, 21 de abril, 2020
Villafranca, Luis
El Día Internacional de la Madre Tierra, también denominado Día Mundial de la Tierra, se celebra el 22 de abril de cada año, con el objetivo de sensibilizar a la humanidad en torno al bienestar del planeta y así conseguir una armonía entre las necesidades sociales, económicas y ambientales
El origen del día de la tierra se remonta en 1970, y está asociado al nombre de Gaylord Nelson, quien es conocido por ser el artífice del movimiento que el 22 de abril de 1970 inspiró a más de 20 millones de estadounidenses a salir a las calles para expresar su preocupación por los retrocesos ambientales. Su idea de poner en marcha políticas medioambientales integrales tomó impulso de manera abrumadora, por lo que años más tarde Nelson fue merecedor de la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima distinción que se otorga a un civil en Estados Unidos.
En 1972, del 5 al 16 de junio, se desarrolló en Suecia la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, también conocida como la Cumbre de Estocolmo, convirtiéndose en la primera conferencia sobre medio ambiente que reunió a importantes líderes tanto de países desarrollados como en desarrollo. La conferencia marcó un punto de inflexión en el progreso de la política internacional del medio ambiente y finalizó con una declaración estableciendo principios para la preservación del medio humano. Asimismo, trazaron un plan de acción contentivo de recomendaciones concretas para la acción medioambiental en todo el mundo.
En 2009, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra con el objetivo de recordarle a los gobiernos, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones tanto internacionales como regionales, las organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil, que el planeta y sus ecosistemas nos permiten la existencia y el sustento. Señalando así la importancia de la responsabilidad colectiva de fomentar el equilibrio entre la naturaleza y la madre Tierra.
La actual crisis climática afecta letalmente al planeta. Cientos de estudios evidencian que el accionar del ser humano es la principal causa de los perjudiciales cambios que está sufriendo la Tierra, entre ellos, el incremento de la temperatura media mundial, generando consecuencias desastrosas que ponen en peligro la supervivencia de la flora y la fauna de la Tierra, incluido el ser humano, por lo que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) asegura que se deben ejecutar medidas urgentes para combatir este fenómeno.
Con miras a fortalecer la respuesta mundial ante la amenaza del cambio climático, han surgido cientos de movimientos ambientalistas, comúnmente encabezados por jóvenes, quienes de manera inequívoca han decidido emprender una ardua lucha por un futuro sostenible y justo. Tal es el caso de Greta Thunberg y el movimiento estudiantil de activistas contra el cambio climático Viernes para el Futuro, creado para instar a los dirigentes del mundo entero a adoptar medidas más enérgicas para combatir el cambio climático.
La joven sueca acaparó la atención del mundo cuando voluntariamente, en agosto de 2018 decidió faltar todos los viernes al colegio para protestar ante la sede del Parlamento de Suecia, con el fin de advertirles a los parlamentarios la letalidad del cambio climático. A raíz de ese acto puso en marcha su movimiento Viernes por el futuro, movilizando a millones de jóvenes en todo el mundo. Es por esto que en el 2019 Amnistía Internacional decidió otorgarles el premio Embajador/a de Conciencia, máxima distinción que concede la organización, y que rinde homenaje a personas que han demostrado una valentía y un liderazgo extraordinario en la defensa de los derechos humanos.
No hay país en el mundo que no haya experimentado los dramáticos efectos del cambio climático. Venezuela no es la excepción, lo que ha impulsado la consolidación de organizaciones ecologistas como Natural Bio Conservation, que desde Monagas protegen, conservan y defienden el ambiente a través de programas y proyectos que permiten proteger los recursos naturales y los procesos ecológicos, para preservar la vida e impulsar el desarrollo económico y social sin comprometer a las generaciones actuales y futuras.
El cambio climático es la principal amenaza que enfrenta el planeta y es causado por acciones vinculadas a la actividad humana. Lo que nos obliga a entender que este fenómeno incrementará las desigualdades existentes, y sus efectos seguirán extendiéndose y agravándose con el paso del tiempo, generando la devastación de generaciones actuales y futuras. Motivos por los que la falta de medidas concretas de los gobiernos para afrontar el cambio climático, podría convertirse en la mayor violación de derechos humanos intergeneracional de la historia.
Dada la urgencia de la crisis climática, debemos incrementar nuestro compromiso y más allá de las acciones individuales, tenemos que exigirles a los gobiernos que hagan todo lo posible por ayudar a impedir que la temperatura global aumente más de 1,5 °C; reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero a cero de aquí a 2050, a más tardar; dejen de utilizar combustibles tan pronto como sea posible; se aseguren de que las medidas con respecto al clima se toman de un modo que no vulnere los derechos humanos de ninguna persona, y que reduzca la desigualdad, en lugar de incrementarla y cooperen para distribuir de forma justa la carga del cambio climático: los países más ricos deben ayudar a los más pobres.